El italiano Carlo Acutis, primer santo de Internet
El Papa Francisco dio ayer luz verde a la canonización de Carlo Acutis, el joven italiano que falleció con solo 15 años en 2006 por una leucemia y popular en los ámbitos eclesiales por considerarle un apóstol en el mundo
digital. Aunque todavía se desconoce la fecha elegida para la celebración, el pontífice argentino ratificó que es un modelo de católico en el mundo de hoy, especialmente para las nuevas generaciones de cristianos.
No en vano, Acutis era catequista y estaba implicado en un voluntariado para personas sin hogar, amén de su pasión por la informática. De hecho, puso en marcha varios proyectos de evangelización a través de internet, entre ellos, unas piezas audiovisuales sobre los milagros eucarísticos. Él mismo decía que la misa era para él «mi autopista hacia el cielo». Pero, lejos de ser considerado un bicho raro en su entorno, sus amigos apreciaban el ser y hacer católico de este «influencer» de Dios.
Esta autorización papal se hizo efectiva al recibir en audiencia al prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, y tomar la decisión de convocar un consistorio para que se habiliten todos los procesos necesarios para la ceremonia de canonización.
Con este paso al frente dado por el Papa, la Iglesia rejuvenece el santoral en fondo y forma. Y es que, Acutis rompe con la iconografía habitual de las estampitas puesto que en todas las imágenes aparece con una sudadera. De hecho, su cuerpo que se venera en la basílica de San Francisco de Asís también está revestido con unos vaqueros y una chaqueta de chándal.
Antonia Salzano, madre de Carlo, tal y como compartió con este periódico, siempre supo que su hijo era «un chico especial». «Él prefería no brillar para que la luz del que tenía al lado pudiera tener su lugar protagonista», exponía al esbozar un perfil del joven, convencida de que «no vivía en las nubes ni tenía una actitud clerical. No era un cristiano de boquilla». Sobre su vocación para evangelizar en el mundo digital, su madre está convencida de que podría «un buen referente para iluminar a quienes se mueven en la red de redes, porque él supo descubrir que era un instrumento poderosísimo que podemos utilizar sin contaminarnos». O lo que es lo mismo, no ve descabellado que la Iglesia le proclamara patrón del mundo de la informática o de Internet.
Ascenso exprés
Lo cierto es que el ascenso del primer «millennial» a los altares ha sido exprés. Tan solo cuatro años después de su muerte, Roma no solo reconocía la ejemplaridad cristiana de su vida, sino que además ratificaba la curación milagrosa por su intercesión de un niño de tres años con una malformación congénita del páncreas. Con este aval, Acutis fue beatificado en octubre de 2020.
Ahora se ha dado un salto más. Para pasar de beato a santo, era necesario un nuevo milagro atribuido a su intercesión.
El Dicasterio para la Causa de los Santos le ha atribuido a su intercesión la sanación inexplicable de Valeria, una joven costarricense que, tras caerse de una bicicleta fue diagnosticada por un traumatismo craneoencefálico muy grave que apuntaba a una esperanza de vida casi nula. Después de que su madre acudiera a rezar a la tumba de Acutis el 8 de julio de 2022, Valeria reanudó de forma espontánea su respiración y diez días después la hemorragia interna que sufría desapareció sin que se le tratara un tratamiento específico alguno.
El propio Papa ha manifestado su devoción por el nuevo santo a través de la exhortación apostólica «Christus vivit» que escribió en 2019 dedicada a los jóvenes. «Es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales», escribió entonces Jorge Mario Bergoglio, que añadía justo después: «Es lo que hacía el joven siervo de Dios Carlo Acutis».
Sobre el joven, el pontífice también reconoció que «sabía muy bien que esos mecanismos de la comunicación, de la publicidad y de las redes sociales pueden ser utilizados para volvernos seres adormecidos».
Junto a Carlo Acutis, el Papa aprobó ayer la canonización de otros tres beatos: el cura italiano Giuseppe Allamano, fundador de los Misioneros de la Consolata, la monja canadiense Marie-Léonie Paradis y la religiosa italiana Elena Guerra.