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"Paul is dead", el origen de la loca leyenda urbana sobre la muerte de McCartney

En 1966, una teoría recorrió el mundo y algunos dejaron de creer en ella nunca: McCartney había muerto y el que vemos es un imitador

En el mundo del pop se alimenta tanto de las realidades palpables como de las leyendas. A veces, las identidades las construyen tanto las canciones y los discos como el comportamiento fuera de los escenarios y los estudios de grabación. Pocas leyendas urbanas hay tan poderosas como las que aseguran que artistas muertos en realidad están viviendo en el anonimato de una tierra lejana, como es el caso de Elvis Presley, o bien, por el contrario, los que dan por muertos a grandes estrellas de la música y que aseguran que, en realidad, estamos viendo a hombres de paja interpretar sus canciones. Paul McCartney cumplió ayer 82 años y, según lo previsto, visitará nuestro país en diciembre, con dos noches en Madrid. Sin embargo, algunos aseguran que hace tiempo que falleció.

Esa es la loca teoría que determina que el bajista de los Beatles falleció en realidad el 9 de noviembre de 1966 en un accidente de automóvil y que fue reemplazado por otro bajista, canadiense para más señas, de nombre William Campbell, aunque otros apuntan a Billy Shears. Según esta conspiración, Campbell fue uno de los más destacados imitadores del compositor e intérprete, cuya muerte habría sido silenciada para evitar un efecto llamada de suicidios entre las fans del beatle que, en 1966, desataba las pasiones más enloquecidas de la historia del pop.

Pero, ¿cómo empezó toda esta locura? Según algunos, la fuente original de la historia hay que buscarla en un artículo de 1969 del periódico "Times-Delphic", de Drake University, en Iowa. Se trataba de un artículo que, en tono paródico, fantaseaba con la posibilidad. El título del artículo, “Is Beatle Paul McCartney Dead?”, hizo correr la historia como la pólvora. El 12 de octubre de ese mismo año, un locutor radiofónico llamado Russell Gibb recibió una llamada en antena de un anónimo oyente que anunciaba la muerte del cantante. Su principal argumento era un tanto fantástico: pidió al locutor que reprodujese "Revolution 9", una pieza vanguardista del grupo, pero en sentido inverso. Así se podría escuchar claramente "Turn me on, dead man", que para este espontáneo era la prueba irrefutable del fallecimiento del beatle.

El rumos continuó extendiéndose y dos días después aparecía un artículo en un diario de Michigan, el estado donde la emisora tenía su antena. Gibb, que gozaba de credibilidad en el mundo musical, continuó difundiendo la historia, con la que iba ganando audiencia día tras día. La historia se descontroló por completo cuando Ruby Yonge, un disc jockey nocturno de la radio WABC, ubicada en Nueva York comentó la teoría en la transmisión del 21 de octubre de 1969. Yonge fue despedido inmediatamente y su programa, suspendido. Sin embargo, la semilla ya se había extendido a través de los 38 estados del país a los que la emisión llegaba claramente. El rumor ya no había quien lo parase.

Fue entonces cuando los seguidores del grupo empezaron a buscar pistas delirantes en las canciones y los trabajos del cuarteto. Una teoría aseguraba que la portada de "Sgt. Peppers" no era otra cosa que el propio funeral de McCartney. Otros creían escuchar, en el minutos y siete segundos de "Let it Be" una voz de fondo que decía "Paul is dead". Otros interpretaban que la línea "He didn't notice that the lights had changed" ("No se dio cuenta de que el semáforo había cambiado") de la canción "A Day in the life" era una clara prueba del accidente de tráfico.

La cosa se fue tanto de madre que la agencia de noticias United Press publicó un desmentido de la banda el 22 de octubre de 1969 y el propio McCartney daba una entrevista a la revista "Life" para desmentir las historias. Muchos se dieron cuenta de que todo era un bulo, pero otros siguieron alimentando la historia en la que querían creer. Con la llegada del Internet, los rumores de que "Paul está Muerto" encontraron nueva vida. Varios sitios web han afirmado que la evidencia fotográfica prueba que el McCartney de antes y después de 1966 no son el mismo hombre. Algunas de estas teorías indican que McCartney fue asesinado por el Ku Klux Klan, los Illuminati, la CIA, ETA, Al Qaeda, el FBI, Yoko Ono, Richard Nixon, o incluso los otros Beatles.

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