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The Highlands: tras los pasos de Harry Potter y James Bond en Escocia

The Highlands: tras los pasos de Harry Potter y James Bond en Escocia

Comenzamos en Glasgow un viaje de película hacia las Highlands, el lado más salvaje y auténtico del norte de Reino Unido

l espíritu rebelde de los escoceses no es ficción. Es una realidad. Aunque tras ese corazón inquieto y su ansia de independencia respecto al resto de Reino Unido, los norteños británicos desprenden una amabilidad y calidez que contrasta con el fresco clima que allí predomina. «Podemos vivir las cuatro estaciones en un mismo día», dicen sus vecinos con buen humor.

Comenzamos esta ruta por los lugares más auténticos de Escocia en Glasgow, la otrora «royal burgh» del imperio británico. Una de sus capitales reales y actualmente la tercera más grande del país, después de Londres y Birmingham, bañada por el río Clyde y centro mercante que se consagró como gran puerto de comercio internacional en la época victoriana.

Caminar ahora por sus calles es toparse en cada esquina con edificios emblema del estilo arquitectónico victoriano del siglo XIX. Visitamos la catedral de San Mungo y paseamos por la impresionante necrópolis donde reposan los cuerpos más ilustres del lugar y desde donde se puede disfrutar de una de las vistas más bonitas de la ciudad. Imprescindible para los visitantes es también acercarse al impresionante Museo de Kelvingrove, una de las galerías de arte más relevantes de la ciudad donde contemplar una de las mayores colecciones de arte cívico de Europa.

The Social Hub

Pero en Glasgow no todo es observar el pasado, sino que este se fusiona con fuerza con el presente gracias a un proyecto de innovación que se palpa nada más poner un pie en la ciudad. Alisdair Gunn, que trabaja en la Universidad Strathclyde (una de las tres que hay en la ciudad) nos habla del proyecto sin ánimo de lucro Glasgow City Innovation District en el que trabaja para atraer el talento y la innovación a la ciudad. Nos encontramos con él en The Social Hub, donde es embajador. Se trata de un concepto híbrido de hospedaje, coworking, centro de trabajo y reuniones, ocio y gastronomía, que acaba de inaugurarse y que también está involucrado en este nuevo concepto de ciudad que busca respetar el pasado y aventurarse al futuro.

«Glasgow fue en su momento la ciudad más rica del reino, aquí se fabricaban los barcos de la Royal Navy. Este Distrito de Innovación alberga muchas empresas y organizaciones que se han ubicado aquí para fomentar y acelerar el crecimiento, mejorar la productividad y acceder a investigación y tecnología de primer nivel», cuenta Gunn.

Conos de obra en la cabeza

Esta zona puntera de desarrollo tecnológico y sostenibilidad se encuentra en el Distrito Merchant, el barrio donde convergen las boutiques, cafeterías y restaurantes más «chic» de la ciudad. Una especie de Quinta Avenida a la británica. De hecho, al final de esta gran avenida denominada Ingram Street, se encuentra la Galería de Arte Moderno que bien merece una visita, presidida por una Estatua de Wellington con el mítico cono de obras en su cabeza. Aquí lo de poner conos en las cabezas de los hombres de bronce es una tradición desde que una gamberrada de algún estudiante con una copa de más se convirtió en un icono de la ciudad.

Cogemos el coche y continuamos nuestra ruta hacia el norte. Y es que, Glasgow es también la puerta a las Highlands, las Tierras Altas de Escocia donde lucen los impresionantes paisajes verdes, montañas, valles, cascadas y donde buscaron refugio alguno de los personajes más famosos de la ficción. Vamos en busca de los escenarios de Harry Potter, James Bond, Braveheart y Outlander.

Nuestro destino es el Lago Ness, parada obligatoria pero no la más espectacular. Nuestra primera parada es el lago Lomond, el más grande de Escocia, cruzamos la antigua falla natural que atraviesa Escocia y nos sumergimos en las majestuosas Tierras Altas, donde el paisaje cambia drásticamente. Las llanuras de las Tierras Bajas se transforman en lagos resplandecientes, montañas escarpadas y cascadas en medio del bosque. Próxima parada, Rannoch Moor, una llanura de 300 metros cubierta de brezos, humedales y docenas de lagos.

Impresionante Glencoe y Nessie

Llegamos así al valle más famoso de Escocia, Glencoe, donde los ojos no dan de sí para tanta belleza natural. Impresionantes acantilados y empinadas laderas. Este paisaje de ensueño fue el elegido por Sam Mendes para rodar la película «Skyfall» de James Bond. De igual modo, a una hora en coche de donde estamos, en el Viaducto de Glenfinnan, es donde se rodó una de las escenas más populares de «Harry Potter». Glenco, donde nos encontramos, también ha sido el escenario de la serie «Oultander».

Pero dejemos la ficción y volvamos a la realidad. Rozamos la montaña más alta de Gran Bretaña, Ben Nevis, antes de llegar a Fort Augustus, en la orilla del lago Ness, nuestra última parada. En misterioso lago tratamos de avistar al mítico monstruo mientras recorremos en barco parte de sus 56,4 kilómetros cuadrados. Nessie es un reclamo inigualable. Aunque si se trata de captar la magia basta con poner un pie en las Tierras Altas. Sin duda, un viaje de película a la parte más salvaje de Escocia.

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