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Bardella, el reclamo de la extrema derecha para los jóvenes franceses

Nicolas votará este domingo por primera vez. A sus 19 años, este estudiante de comercio en Toulouse es uno de los cientos de miles de seguidores de Jordan Bardella en redes sociales. Dice “no sentirse identificado” con las ideas del Reagrupamiento Nacional pero es muy crítico con Macron y un gobierno que “ha manejado Francia a golpe de 49.3”, refiriéndose al famoso artículo constitucional del “decretazo” con el que el gobierno francés ha aprobado varias de sus reformas, incluida la de las pensiones el año pasado al no llegar a articular mayorías parlamentarias suficientes.

Para este estudiante, Macron “da lecciones de democracia mientras él gobierna a base de decretos” y ahora toca que gobiernen otros que no lo han hecho antes. Su voto el domingo no es de adhesión por las filas de Le Pen, sino más bien el de probar una alternativa normalizada que considera "no más extrema que Macron".

Las viñetas de situaciones de la vida cotidiana con un punto cómico de Bardella en Tik Tok, donde suma un millón y medio de seguidores, han contribuido a la estrategia de Le Pen: acercar a una extrema derecha simpática y liviana a un público joven más desideologizado. Bardella comiendo golosinas con niños o inmortalizando su sonrisa con un selfie en una granja.

La clave estaría en “una estrategia de comunicación digital masiva, muy planificada y controlada, dirigida a un público muy joven, que sí tiene un fondo enmascarado radical pero con una fachada de barniz nuevo y tranquilizante”. Con estas palabras lo define el periodista Pierre-Stéphane Fort en el libro “Le Grand Remplaçant, la cara oculta de Bardella” tras una investigación de un año del aspirante ultraderechista a primer ministro.

Cuenta Fort a LA RAZÓN que son muy pocos los que conocen a Bardella de verdad. “Se protege hasta de sus amigos” dice mientras describe la atmósfera de desconfianza que impregna cualquier intento de acercamiento a ese círculo reducido. Varios testimonios recogidos en el libro hablan de un Bardella capaz de minimizar o esconder cualquier idea priorizando por completo su imagen para llegar al poder.

Bardella es ante todo, imagen. La del yerno perfecto, como a veces es apodado. Le Pen vio en él la figura adecuada para completar el proceso de desdiabolización del Reagrupamiento Nacional, y por fin, acceder al poder. El estrellato de Bardella en Tiktok se presenta como la culminación de la metamorfosis del partido. Los jóvenes que ahora votan RN no tienen esa percepción de derivas antisemitas de Jean Marie Le Pen ni de la historia del árbol genealógico de la formación que estos días se empeñan en recordar sus rivales políticos del centro y la izquierda.

Fue en 2022 cuando Le Pen cedió la presidencia del partido a Bardella, que tres años atrás había liderado la candidatura del partido a las europeas con solo 23 años e incluso llegó a superar a la experimentada candidata europeísta de Macron por un punto. Bardella pudo acceder a un electorado que se le resistía a Le Pen gracias a su perfil: un chico joven con buenas maneras, nada faltón en la refriega política, hecho a sí mismo desde unos orígenes humildes.

Creció en uno de los rincones más pobres y complicados de Francia, hijo de padres separados y descendiente de emigrantes italianos, con dotes para la oratoria y ningún vínculo con el oscuro pasado del partido. Bardella se ha esforzado en cultivar su storytelling aunque no son pocas las voces que ponen en tela de juicio varios aspectos de su biografía.

“Pocos le conocen aquí, es cierto que tenía su residencia con su madre aquí, pero se dejaba ver poco” dice Moussa, un joven africano que atiende a LA RAZÓN en la entrada de la cité Gabriel Peris, un conglomerado de torres altas de vivienda social en Seine Denis. La presencia de dealers en la zona es palpable. Muchos vecinos nos cuentan cómo el barrio ha experimentado una progresiva degradación en los últimos años por el comercio de droga.

En este contexto, Bardella se presenta como un chico modélico que conoce a la perfección los problemas sociales de pobreza e inmigración que arrastran barrios franceses como éste y por ello, sabe qué recetas adoptar. Pero el relato que él mismo ha hecho de su vida cuenta con lagunas, medias verdades y sobre todo, una gran capacidad de adaptación al momento político que vive Francia. “Es una cáscara vacía movido por el oportunismo” con esta dureza lo define en un documental de France 2 Pascal Humeau, gurú de la derecha dura que fue coach de comunicación del propio Bardella hace años.

La percepción generalizada de ser una marioneta de Le Pen con imagen cuidada va quedando atrás. Un sondeo reciente del instituto Elabe muestra que un 38% de los franceses tienen buena imagen de Bardella frente al 33% de Le Pen.

Su protagonismo con autonomía propia ha tenido en estas legislativas una vitrina excepcional. Bardella está eclipsando a Le Pen aunque para muchos expertos de extrema derecha se trata de un matrimonio de conveniencia donde ambos se necesitan para llegar al poder.

De momento, la pareja impulsa al RN hasta un 36% de intención de voto de cara a la primera vuelta de este domingo según el último sondeo de France Info, seguida del Nuevo Frente Popular con un 29% y de la lista macronista con un 20%. La participación se vaticina alta atendiendo a cómo se han disparado las peticiones de voto por delegación y correo.

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