El compromiso de mejorar vidas con una raqueta
Emilio Sánchez Vicario (Madrid, 1965) fue el mayor exponente del tenis español en la década de los 80, llegando a ser número 1 del mundo en dobles, además de capitanear en 2008 el equipo que ganó la tercera Copa Davis para España tras vencer en Argentina. Se retiró en 1997 («tú no te retiras, te retiran, porque los jugadores jóvenes son más fuertes y rápidos», asegura) y puso en marcha un ambicioso proyecto que rumiaba desde hacía tiempo. «Siempre tuve en la cabeza crear oportunidades en la vida a través del tenis y los estudios, montar un centro en el que se pudieran compaginar las dos cosas. En Europa no había ningún lugar en el que se pudiera entrenar y estudiar. En mi época tenías que dejar prácticamente los estudios para poder jugar y muy pocos llegan...», explica. Tras acompañar a su hermana Arantxa por el circuito femenino le surge la posibilidad de fundar en Barcelona ese centro que tenía en mente. Así nace la Emilio Sánchez Academy , que acaba de cumplir 25 años y es el orgullo de Emilio. «Tenía claro que había que dar oportunidades a través del tenis y la educación. No puedes centrarte solo en el tenis porque muy pocos van a llegar. Hemos formado a cientos y cientos de jugadores que han seguido en el tenis universitario, también profesionales espectaculares como Andy Murray, Grigor Dimitrov o Svetlana Kuznetsova , que estudiaron aquí de pequeños y luego se fueron al profesionalismo, pero el alumno normal se va a Estados Unidos, sigue jugando y hace una carrera», explica. A la academia de Barcelona le siguió otra en Florida y una más en Dubái. El extenista prioriza la formación, aunque reconoce que «los Andy Murray y compañía son el reclamo, los que promocionan, los que pones como espejo porque la gente se mueve por triunfos, pero lo importante es que el alumno consiga todos los recursos para aplicarlos a su vida . Si lo consigue en el tenis, genial, pero si consigue una estrella Michelin o es el mejor en la Bolsa de Nueva York… me llena igualmente». No obstante, el mayor de los Sánchez Vicario notaba que le faltaba algo con el que cambiar el mundo. Y en 2010 creó la Fundación que lleva su nombre para «ayudar a cualquier persona discapacitada a través de cualquier deporte de raqueta». Tenis en silla de ruedas o proyectos para personas con capacidades intelectuales diversas en Barcelona, Madrid (síndrome de Down), Sevilla (autismo, Asperger, discapacidades psicológicas...) y Toledo (personas con lesiones medulares y con problemas de movilidad) centran ahora buena parte de su tiempo. De hecho, en sus instalaciones entrenan Martín de la Puente y Daniel Caverzaschi, 4º y 19º en el ranking mundial de tenis en silla de ruedas. «Tenemos a chicos que juegan a tenis o pádel con discapacidades fuertes y severas y que mejoran mucho. Al final es la misma misión: tratar que a través del tenis o del deporte de raqueta la gente viva mejor . Lo que experimentan estos chicos es brutal, las ganas de ir a entrenar a jugar…», apunta Emilio, antes de hacer referencia al Casper Tour , un proyecto en memoria de Casper Fernández, alumno de la Academia fallecido de cáncer a los 16 años. «Los niños con cáncer, con ese tratamiento tan duro que tienen que hacer, no pueden practicar deporte y empezamos a desarrollar un sistema de realidad virtual para que puedan jugar sin tener que hacer prácticamente nada. Este proyecto está en marcha. El poder ayudar por haber sido quien eres y conseguir recursos para la gente que lo necesita vale la pena», concluye.