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La AEMET tiene las claves para protegerte de la ola de calor extremo que azota a España

La AEMET tiene las claves para protegerte de la ola de calor extremo que azota a España

La Agencia Estatal de Meteorología alerta sobre temperaturas extremas en gran parte de España que pueden causar golpes de calor.

La primera ola de calor durante este verano llegará con gran ímpetu. De hecho, la AEMET ya ha advertido que una lengua proveniente desde África disparará los termómetros a temperaturas extremas superiores a los 44 grados. En ese orden de ideas, el peligro de sufrir un golpe de calor, episodios que pueden provocar incluso la muerte, se incrementa y, por ende, es importante estar alerta para la prevención y rápida respuesta ante los primeros síntomas.

Si bien la primavera en España durante este 2024 no fue particularmente calurosa (la octava primavera más cálida del siglo XXI y la décima desde 1961), el verano que acontece promete ser más cálido de lo normal en la mayor parte de la península. Esto se debe al aumento significativo de las temperaturas medias a lo largo de las últimas décadas.

Cuándo se produce un golpe de calor

A raíz de estas temperaturas, en muchos casos, inhóspitas, es normal que al cuerpo humano le cueste regular su temperatura. Por ejemplo, durante el 2022, España registró sus peores cifras en muertes causadas por el tiempo en el periodo estival (4.000). Todos recordamos al barrendero que falleció por el tiempo en la capital y durante 2023 la historia no fue muy diferente.

Los golpes de calor se presentan cuando los mecanismos de enfriamiento del cuerpo, como la sudoración, fallan y la temperatura corporal aumenta rápidamente, a menudo superando los 40C. Factores como la deshidratación, el uso de ropa inadecuada y la permanencia en ambientes mal ventilados también contribuyen al riesgo de sufrir un golpe de calor. Las personas más vulnerables, como los niños, los ancianos y aquellos con condiciones médicas preexistentes, deben tomar precauciones adicionales.

Cómo reconocer un golpe de calor

Ahora queda claro que un golpe de calor en su versión más grave puede causar la muerte. Por eso es importante identificar cualquier síntoma que nos ayude a actuar con rapidez sobre nosotros mismos y sobre nuestros seres queridos. Los síntomas iniciales incluyen mareos, confusión, fuertes dolores de cabeza, náuseas y vómito, piel roja y extremadamente caliente pero sin señales de sudor, pulso rápido y, en situaciones de alerta roja, desmayos.

La persona que sufre un golpe de calor ha estado gravemente expuesta a las altas temperaturas, ya sea por estar mucho tiempo al aire libre, bajo el sol, en un espacio cerrado con poca ventilación, entre una multitud en festivales y conciertos, con ropa inadecuada como abrigos, sudaderas, etc., o haber pasado largos periodos de tiempo sin la hidratación adecuada.

Los consejos de la AEMET para prevenir un golpe de calor

Una vez identificamos los síntomas iniciales y la posible causa, el objetivo primordial es bajar la temperatura corporal de la persona; sin embargo, no puede ser de golpe. Es necesario trasladar a quien está padeciendo los síntomas a un lugar a la sombra, con ventilación, darle agua de beber y aplicar frío paulatinamente en zonas como el cuello y la cabeza.

Además, es indispensable mantenerse hidratado con abundante agua. Bebidas que contengan cafeína y alcohol pueden deshidratar nuestro cuerpo, llevándolo al límite de un golpe de calor. Es importante que durante las 12:00 y las 16:00 la exposición al sol sea moderada, sobre todo al momento de practicar actividad física. Durante estas horas, el calor se asienta más, provocando peligro para quienes deben pasar tiempo al aire libre.

Vestir ropa ligera, de colores claros y holgada es fundamental para mantener el cuerpo fresco durante los días calurosos. Estos tipos de prendas permiten una mejor circulación del aire alrededor del cuerpo y reflejan más luz solar, evitando que el calor se acumule. Se debe complementar esta medida con la búsqueda de lugares frescos, lo cual también es crucial.

Usar sombreros, gafas de sol y aplicar protector solar con un alto factor de protección reduce el riesgo de insolación y protege la piel de los daños causados por los rayos UV. Además, es vital prestar especial atención a los más vulnerables, como niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas, ya que son más susceptibles a los efectos adversos del calor. Asegurarse de que estas personas estén bien hidratadas, vestidas adecuadamente y protegidas del sol es clave para prevenir los golpes de calor.

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