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Ocho preciosos pueblos de interior que merecen una escapada este verano

Ocho preciosos pueblos de interior que merecen una escapada este verano

Estos pueblos de interior ofrecen una alternativa refrescante y enriquecedora para el verano. Cada uno de ellos invita a desconectar del bullicio costero y a sumergirse en la tranquilidad y belleza de la España menos conocida

El periodo estival también invita a alejarnos un poco (tan solo un poco) de la costa, para deleitarnos con pueblos de interior de España que desprenden historia, calma y mucha belleza. ¿Nos escapamos? Que sí, que el verano es sinónimo de playa, mar y pueblos blancos junto a la costa. Pero también existe otro verano, ese que aunque pasa un poco más desapercibido, es un soplo de aire fresco para aquellas personas que huyen de las aglomeraciones estivales y de la disputa por conseguir un buen sitio en la playa de turno.

Un turismo repleto de desconexión, naturaleza e historia, protagonizado por destinos de interior que hablan del pasado, palpan el presente y miran al futuro con el mejor de los propósitos. Perdonad por adelantado: en este breve listado tan solo están algunas del sinfín de localidades que conforman el interior de España, esa que llaman la España abandonada o vaciada, pero que con el paso del tiempo ha conseguido volver a brillar por sí misma.

Desde Navarra, pasando por Huesca, Girona, Valencia, Cuenca, Mallorca y hasta llegar a al sur en Córdoba o Cádiz. Recorremos España de norte a sur y de este a oeste en busca de algunos destinos de interior que bien merecen una escapada este verano. Aquí no habrá playa o chiringuitos, pero ya te vaticinamos que no los vas a necesitar. ¿Nos acompañas?

Olite: Un viaje al pasado medieval

A tan solo media hora de trayecto en coche desde la querida Pamplona, nos da la bienvenida la ciudad medieval de Olite. Y no es una bienvenida cualquiera, sino que consigue hacerlo a lo grande. Su majestuoso castillo, pura inspiración Disney y de estilo gótico francés, nos recibe desde la carretera de acceso para vaticinar al visitante que no se encuentra ante un lugar común.

Considerado Monumento Nacional desde 1925, fue en su día la residencia oficial de la corte de los reyes navarros por lo que también es considerado Palacio Real y en la actualidad puede presumir de ser uno de los castillos medievales mejor conservados y más bonitos de todo el mundo.

Pero Olite no es solo su castillo, todo el entramado que conforma el casco antiguo es un viaje al pasado protagonizado por calles adoquinadas, direcciones que hablan del gótico –como la iglesia de Santa Maria la Real o la iglesia de San Pedro–, rincones con encanto y una gastronomía local repleta de verduras, carnes y ¡mucho vino! No en vano, está considerada como la Capital del Vino de Navarra.

Olvera: La joya blanca de Cádiz

En esta ocasión, ponemos rumbo al sur. Concretamente, a la provincia de Cádiz. Pero no al Cádiz costero de Tarifa, Caños de Meca, Conil de la Frontera o El Palmar, sino a ese de postal caracterizado por los pueblos de interior donde el blanco de sus casas son la gran carta de presentación. De toda esa red de nombres que conforman la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz toca prestarle atención a Olvera, ubicado a menos de una hora en coche de Arcos de la Frontera y nombrado Capital del Turismo Rural en el año 2021.

Como es habitual en los pueblos de esta zona, Olvera se asienta en lo alto de un burgo repleto de casas con sus fachadas de color blanco y techos de color teja. Está custodiado por dos joyas patrimoniales que recrean una bella instantánea desde la distancia como son la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de estilo neoclásico y el castillo de Olvera de influencias árabes.

Una vez visitados estos dos puntos clave y tras la foto de rigor desde las escaleras de la calle Calzada, debemos callejear por las angostas callejuelas que serpentean por el barrio de La Villa, uno de los más bonitos y de origen árabe.

Xàtiva: Historia y naturaleza en la Comunidad Valenciana

A medio camino entre Valencia y Alicante, si nos desviamos de la costa, nos recibe una de las localidades de interior con más encanto de toda la Comunidad Valenciana, epatada solo por otras como Morella o Bocairent. Sí, no hablamos de otra que de la ciudad de Xátiva.

Capital de la comarca de La Costera, pasar 24 horas o un fin de semana entero en ella garantiza desconexión absoluta, contacto con la naturaleza, una gastronomía de infarto e historia por doquier. El reclamo principal lo encontramos en su castillo, una doble fortaleza con una privilegiada posición estratégica que fue construida entre los periodos ibérico y romano (el Castillo Menor) y finalmente, durante la época medieval, el Castillo Mayor.

Además, también podemos visitar la Iglesia Colegial Basílica de Santa María, el Museo Municipal del Almodí, el Museo de Bellas Artes o hacer una ruta de senderismo hasta la Cova Negra. En el momento de la comida o la cena, tenemos propuestas que prometen conquistar todo tipo de paladares: El Gourmet del Socarrat (Joan Baptista Trobat, 5), Carpanel (Sant Francesc, 38) o El Túnel (Portal Valencia, 22) con un excelente patio interior.

Belmonte: La joya de Cuenca

En esta ocasión, es entre Valencia y Madrid donde se localiza nuestro próximo destino: Belmonte. Con un gran palmarés a sus espaldas como uno de los pueblos más bonitos de toda Castilla- La Mancha y una de las maravillas rurales de España, esta localidad de la provincia de Cuenca bien merece un alto en el camino.

¿Qué no perderse? Su castillo de estilo gótico mudéjar que data del siglo XV, La Colegiata de San Bartolomé, La Casa Belmonte, el Molino El Puntal o alguna de sus antiguas puertas de entrada como la Almudí o La Estrella.

El golpe de hedonismo corre a cargo de Casa El Bálsamo, un hotel boutique compuesto por habitaciones y apartamentos privados acondicionados con cocina destinados al turismo familiar o de grupo. Las joyas de este alojamiento rural son la piscina exterior, ubicada en el coqueto patio, y la climatizada interior que surge de la excavación de la cueva donde se asienta la casa en la planta inferior. ¡Imprescindible reservar hora de manera previa a la estancia!

Si el hambre llama a la puerta, podemos salir al Restaurante La Muralla (calle Osa de la Vega, s/n) o al Palacio del Infante Don Juan de Manuel (calle Infante Don Juan Manuel, 2), que son acierto asegurado.

Estos pueblos de interior ofrecen una alternativa refrescante y enriquecedora para el verano. Cada uno de ellos, con su historia, arquitectura y gastronomía, invita a desconectar del bullicio costero y a sumergirse en la tranquilidad y belleza de la España menos conocida. Desde el majestuoso castillo de Olite hasta las callejuelas blancas de Olvera, pasando por la riqueza histórica de Xàtiva y el encanto rural de Belmonte, estos destinos prometen una experiencia inolvidable. No hace falta playa para disfrutar de un verano lleno de descubrimientos y momentos únicos.

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