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La Unesco advierte que la IA podría rescribir la historia del Holocausto

La Unesco advierte que la IA podría rescribir la historia del Holocausto

En un nuevo informe advierte del uso que debemos de hacer de esta nueva tecnología, con el fin de evitar que personas antisemitas tergiversen el pasado

La historia está documentada, escrita, narrada, contrastada, investigada, estudiada. Pero no deja de peligrar. Se pone en riesgo el pasado cuando se tergiversa, cuando se cuenta desde el interés y no desde la objetividad y la veracidad. Y, además, parece que la amenaza de su conservación aumenta a medida que las nuevas tecnologías avanzan. Así lo advierte la Unesco: un nuevo informe advierte que la Inteligencia Artificial (IA) amenaza nada menos que la memoria del Holocausto, pues el contenido generado por dicha herramienta puede inventar o distorsionar registros históricos y magnificar los sesgos. Una vía que puede ser explotada por personas malintencionadas o por grupos de odio, quienes podrán utilizar estas debilidades para proyectar la desinformación, algo bastante peligroso si se realiza, especialmente, con periodos de la historia tan delicados y claves como el del genocidio judío por parte de la Alemania nazi.

Casi 80 años después de que finalizase la Segunda Guerra Mundial, aún hay mucho por descubrir de lo ocurrido. Además, asegura la Unesco en dicho informe que la gente "sigue encontrándose con información inexacta, falsa y engañosa sobre el Holocausto y la ideología nazi". A esto, se le suman los "vídeos producidos por la IA, que muestran a Hitler o a celebridades leyendo el 'Mein Kampf', de manera que el espectador poco perspicaz no pueda distinguir la falsedad de la realidad. Las víctimas del Holocausto están siendo revictimizadas", apunta el documento. Reivindican, con esto, que "nuestra comprensión de esta historia, basada en décadas de investigación y en el valor de miles de supervivientes, se ve amenazada por personas con una agenda ideológica antisemita. Estas amenazas se ven aceleradas y exacerbadas por las herramientas de IA para generar, modificar y difundir contenidos".

Por tanto, el peligro no está en la IA, sino en el uso que hacemos de ella. Por eso estamos aún a tiempo de actuar frente a los poderosos e innumerables tentáculos de la IA. Aún no podemos saber de qué es capaz, y por ello es momento de comenzar a limitarla, de regularla para buscar una convivencia y una coherencia de uso y comportamientos. De lo contrario, de dejar que campe a sus anchas y que se desarrollo al ritmo que lleva hasta ahora -uno veloz y vertiginoso-, puede llegar a escaparse de nuestras manos, y ello conlleva un consecuente descontrol, ante todo, intelectual. "Si permitimos que los horribles hechos del Holocausto se diluyan, distorsionen o falsifiquen mediante el uso irresponsable de la IA, corremos el riesgo de que se propague explosivamente el antisemitismo y de que disminuya gradualmente nuestra comprensión de las causas y consecuencias de estas atrocidades", subraya Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, instando a los diferentes gobiernos y administraciones que adopten directrices éticas.

Colaboración y hallazgos

Con esto, es cierto que la IA no es solo un peligro o una amenaza, sino que puede servir de ayuda bastante útil y avanzada. De hecho, gracias a esta tecnología se han alcanzado grandes éxitos en diversos estudios, como fue el caso de los papiros de Herculano, cuyos secretos se pudieron dilucidar gracias a la IA. Asimismo, esta tecnología está ayudando a Archivos Arolsen, la colección más completa de documentos originales y personales de 17,5 millones de personas afectadas por la persecución nazi, a alcanzar nuevos logros. Por ejemplo, está colaborando en la extracción y contraste de millones de documentos, así como a responder a 20.000 consultas anuales. Por su parte, a Yad Vashem, centro mundial de conmemoración del Holocausto en Jerusalén, la IA le está aportando un procesamiento del lenguaje natural y le está ayudando a identificar víctimas previamente desconocidas.

"La IA puede utilizarse para mejorar la labor de las instituciones educativas y patrimoniales, generando nuevas formas de interactuar con el pasado", apunta la Unesco, asegurando que necesita de una regulación, pero que cabe tener en cuenta que "también libera nuevas capacidades para la investigación del Holocausto al permitir a los estudiosos procesar grandes conjuntos de materiales de archivo. Puede ayudar a identificar patrones y generar nuevos conocimientos", reza el informe.

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