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Biden insiste ante Netanyahu en la urgencia de un alto el fuego en Gaza

Biden insiste ante Netanyahu en la urgencia de un alto el fuego en Gaza

La esperada reunión en la Casa Blanca entre el presidente de Estados Unidos y el primer ministro israelí sirve para confirmar la necesidad de Washington por poner fin a la guerra en Gaza

La relación entre Joe Biden y Benjamin Netanyahu ha sido respetuosa pero distante en lo personal. De hecho, hace menos de dos meses, el presidente de Estados Unidos se atrevió a decir públicamente que el primer ministro israelí estaba prolongando la guerra contra Hamás por intereses políticos. «Hay razones para que la gente saque esa conclusión», dijo Biden durante una entrevista en mayo al ser preguntado directamente sobre el asunto, añadiendo que, antes de la guerra, Netanyahu se enfrentaba a reacciones adversas por impulsar una reforma del sistema judicial de la nación.

«Así que es un debate interno doméstico que parece no tener consecuencias. Y si él va a cambiar su posición o no es difícil de decir, pero no ha sido útil», dijo entonces.

Biden ha descrito las acciones de Israel en Gaza como «excesivas», amenazado con bloquear algunos envíos de armas y presionado repetidamente a Netanyahu para reducir y ser más preciso en su operación militar en la Franja, una crítica que alcanzó su punto álgido cuando un ataque israelí mató a siete trabajadores de World Central Kitchen a principios de abril.

Netanyahu, por su parte, ha sido firme en su posición de que la guerra no terminará hasta que Hamás sea eliminado, mientras acusa a la Administración Biden de retener armas de su aliado más cercano, afirmaciones rechazadas con rotundidad por los funcionarios estadounidenses. Sin embargo, cuando ambos se vieron este jueves en Washington, sólo intercambiaron elogios.

Se trata de dos políticos que se conocen desde hace cuarenta años, un hecho que Netanyahu trajo a colación para agradecer a Biden su defensa por la seguridad de Israel no sólo desde la presidencia, sino también durante sus décadas en el Senado. «Defendiéndonos en todos los frentes, sé que América nos apoya y les agradezco por ello, a todos los lados del pasillo», expresó Netanyahu.

La política de apoyo estadounidense a Israel es bipartidista, aunque la presión ciudadana sobre los demócratas en este último tramo de conflicto por las muertes de civiles en Gaza ha aumentado, sumando a ello el factor electoral. Los votantes jóvenes a quienes deben seducir de cara a noviembre reclaman más presión para conseguir un alto el fuego.

En general, el apoyo de Biden a la ofensiva israelí ha sido uno de los temas políticamente más tóxicos dentro de su propio partido durante gran parte del año, con muchas de sus apariciones públicas de campaña siendo interrumpidas repetidamente por manifestantes que exigen una tregua en Gaza. La postura del líder demócrata hacia esas protestas ha sido conciliadora: ha respondido repetidamente a ellas diciendo que los manifestantes tienen motivos, y que en el enclave palestino están muriendo demasiadas personas inocentes.

Finalmente ha sido la necesidad de lograr ese cese de hostilidades, además de una ruta hacia el futuro de Gaza tras la guerra, los temas que han protagonizado el encuentro que ambos mandatarios sostuvieron en la Casa Blanca, mientras seguían las manifestaciones en rechazo a la ofensiva israelí en las calles de Washington.

Tanto Biden como Netanyahu cuidaron las formas. Durante su discurso del miércoles frente al Congreso, el ‘premier’ israelí agradeció a Biden por «todo lo que ha hecho por el pueblo de Israel», al tiempo que pidió más ayuda militar para «acabar la tarea más rápido», en referencia a la «destrucción» de Hamás.

Antes del encuentro, trascendió que la Casa Blanca intentaba apostar todos los esfuerzos para convencer a Netanyahu de avanzar con la propuesta de alto el fuego trabajada desde hace semanas. «Estamos más cerca que nunca», decían. En contraste, el discurso que Netanyahu había ofrecido ante el Congreso apenas 24 horas antes fue más desafiante sobre la necesidad de continuar la guerra.

La reunión también fue la primera de Biden con un líder mundial desde que anunció que no se postularía en las elecciones de noviembre. Y el demócrata parece haber entrado en una recta final de análisis sobre cuál será su legado. En este contexto, una resolución para poner fin a la guerra entre Israel y Hamás que comenzó en octubre ahora tiene un gran peso para él. El camino para llegar allí ha sido de avances esporádicos en los últimos meses, y Biden y sus altos funcionarios de seguridad nacional han estado estrechamente involucrados en tratar de concretar el marco para detener las hostilidades.

A nadie se le escapa que el objetivo principal del inquilino de la Casa Blanca es presionar a Netanyahu para que llegue a un acuerdo con Hamás que permita declarar una tregua en la Franja de Gaza, donde 39.000 personas han perdido la vida en casi diez meses de guerra, según cifras palestinas. A cambio, Israel debería obtener la liberación de los rehenes que Hamás tomó el 7 de octubre y que permanecen en el enclave.

En su discurso horas después de apearse de la carrera electoral, Biden ya había dejado claro que uno de sus objetivos principales en los seis meses que le quedan en el poder será poner fin a la guerra en Gaza, lo que supondría un logro importante para su legado después de haber puesto fin a su campaña.

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