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Un paso clave contra el hongo de las 6.500 muertes

En España hay una causa de muerte que mata a cuatro veces más personas que los accidentes de tráfico. Dieciocho españoles cada día fallecen por su culpa: 6.500 muertos al año. Pero no suele ocupar las portadas de los periódicos ni parece merecer la atención de las campañas de prevención públicas. Se trata de las infecciones hospitalarias. Según datos de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Hospitalaria, casi 8 de cada 100 pacientes que pisan un hospital contraerán una infección con la que no habían entrado. Bacterias y hongos nosocomiales (de latín nosocomium, hospital) encuentran su hábitat ideal en los centros sanitarios y su caldo de cultivo para extenderse en las condiciones inmunitarias debilitadas de los enfermos. Como resultado, los pacientes que contraen estas infecciones ven prolongadas sus estancias una media de 9,2 días, lo que supone un gasto sanitario extra de cerca de 2.000 millones de euros al año.

Pero ahora, un estudio hecho público por la Universidad de Salamanca y dirigido por el microbiólogo Víctor Arribas ha dado un paso adelante en la lucha contra este problema. Su trabajo, publicado en la revista «Antioxidants», revela el papel que juega una proteína en nuestras células para combatir la infección de Candida albicans, una especie de hongo presente en un número elevado de sepsis producidas en hospitales. Por ejemplo, puede contraerse por el uso de catéteres infectados. En condiciones normales, este microorganismo forma parte de la microbiota de la piel, el intestino y las mucosas. Pero cuando una persona está inmunodeprimida –condición habitual en un hospital– causa una micosis muy agresiva conocida como candidiasis invasiva. Esta enfermedad afecta especialmente a pacientes con cáncer, en procesos postoperatorios o en cuidados intensivos. Existen muy pocos medicamentos que sean eficaces contra ella. Además, el patógeno ha ido generando alta resistencia a algunos tratamientos.

El equipo de Arribas ha desarrollado su investigación alrededor de la proteína Prn1 que se encuentra generalmente en patógenos como la citada Candida o el Aspergillus nidulans. Esta sustancia interviene de manera activa en la capacidad de supervivencia de los hongos. Cuando está muy presente, los patógenos son capaces de sobrevivir mejor al ataque del sistema inmunitario humano. Eso ocurre porque Prn1 es una proteína que el hongo usa para reparar daños oxidativos celulares. Todas las células sometidas a una fuente de estrés –desde el paso del tiempo a la presencia de toxinas o el ataque de células que las combaten– pueden generar procesos de reparación que restituyen algunas funciones dañadas. Cuando estos procesos no son suficientemente eficaces se produce la muerte programada del microorganismo, conocida como apoptosis.

En palabras del propio investigador de la Universidad de Salamanca, cuando Prn1 está ausente, «las células tienen más dificultades para combatir el daño causado y son más propensas a morir». En concreto, el mecanismo de defensa del cuerpo contra este invasor consiste en la producción de peróxido de hidrógeno (parecido al agua oxigenada) por parte de células del sistema inmunitario como los macrófagos. Es decir, la investigación demuestra que una clave para la supervivencia del agente infeccioso es la calidad del trabajo de la proteína Prn1.

Arribas y su equipo han trabajado durante más de dos años en colaboración con el grupo de investigación del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad Complutense de Madrid y la Unidad de Proteómica del CAI de Técnicas Avanzadas de la misma universidad.

Se han utilizado técnicas de proteómica diferencial para ayudar a conocer mejor los cambios en la proteína del hongo antes y después de interactuar con células del sistema inmunitario.

Tras exponer diferentes células de Candida albicans a distintos grados de estrés oxidativo se han podido establecer los patrones de respuesta celular del patógeno y confirmar que, efectivamente, Prn1 es vital para la resistencia del microorganismo aunque el mecanismo exacto por el que actúa aún se desconoce.

Esta investigación permite por primera vez situar una diana terapéutica clara sobre la que se podrá atacar en el futuro. Los próximos pasos podrían ser desarrollar algún tipo de medicamento que actúe sobre esa diana o sobre proteínas similares que se conoce que existen y que podrían jugar un papel similar en otras infecciones de hospital.

En el caso de esta enfermedad, la candidiasis producida por C. albicans o por otros tipos de la especie Candida, el hallazgo de una diana terapéutica es de especial importancia. Este microorganismo es el principal responsable de infecciones fúngicas hospitalarias. Un estudio publicado en 2021 por investigadores de la Universidad de Alcalá, demostró que en España el número de casos de contagio en edificios sanitarios a aumentado a razón de cerca de un 10 por 100 anual hasta 2021.

Cuando se produce una patología causada por algunas de las tipologías de hongo más agresivas, como C. parapsilosis, la mortalidad derivada puede ser de hasta el 33 por 100. En 2018 se realizó un estudio global de la afectación de estas candidiasis en hospitales de Europa y Estados Unidos. Desde entonces, se sabe que existe una serie de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de contraer la infección. El más importante de todo es el tiempo de hospitalización. Cuanto más prolongado es el ingreso, más probable es adquirir una infección nosocomial. Otros factores son el estado del sistema inmunitario del paciente, el uso de sistemas de ventilación mecánica, el empleo de catéteres y el historial previo de tratamientos con antibióticos del enfermo. De más de 7.000 pacientes analizados en hospitales de Estados Unidos se arrojaron datos de interés sobre el coste real de estas enfermedades. La inversión por pacientes aumenta en cerca de 40 dólares y la estancia en la UCI se extiende entre 7 y 8 días.

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