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Egipto y Arabia Saudí, dos de los países que se han unido este año a los BRICS, mantienen una estrecha relación con España

Egipto y Arabia Saudí, dos de los países que se han unido este año a los BRICS, mantienen una estrecha relación con España

Esta relación es principalmente en el sector energético y comercial, y puede ser una excelente oportunidad para empresas e inversores españoles

El bloque económico de los BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, dio la bienvenida este año a cinco nuevos miembros: Irán, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos (BRICS+), poniendo de relieve que estas economías emergentes podrían redefinir el panorama económico y geopolítico mundial.

En particular, Arabia Saudí, como principal exportador de petróleo del mundo, y Egipto, con su posición estratégica y recursos naturales, se destacan como potencias emergentes con una creciente presencia internacional. Siendo especialmente Egipto un mercado con enorme potencial, con una población de más de 100 millones de personas, con 60% de la población en edad laboral, además de las fortalezas por su posición geográfica, con especial hincapié en el sector turístico, con gran crecimiento de infraestructuras en el último año. Además, Arabia Saudí y Egipto son dos países que mantienen una estrecha relación con España en diferentes aspectos, entre ellos el energético y el comercial, gracias a figuras como Kira Negron, presidenta del Saudi Business Council en España, y la embajada de Egipto en España.

Energía, un pilar central

Un área clave en la que los países miembros de los BRICS+ están preparados para ejercer una influencia significativa es el sector energético. Arabia Saudí, con su gran experiencia en petróleo y gas, y su reciente enfoque en energías renovables, especialmente el hidrógeno verde, tiene el potencial de liderar una transformación en el panorama energético mundial, y España puede tener también un papel destacado en ello y ayudar al país saudí a esta diversificación de su economía (enmarcado en el plan Visión 2030), ya que las empresas energéticas españolas, con una gran trayectoria en desarrollo de energías renovables, están preparadas para contribuir a una transición sostenible y ordenada hacia el hidrógeno verde como energía limpia y eficiente.

Por otro lado, las buenas relaciones entre España y Arabia Saudí, principal destino de las exportaciones españolas en Oriente Medio y el más importante proveedor de España en la región, posibilita la colaboración de ambos países también en este ámbito, el energético. De hecho, el Saudi Business Council, encabezado por Kira Negron, ha jugado un papel crucial en este desarrollo no solo promoviendo la exploración de tecnologías emergentes para descarbonizar la economía global, sino también apoyando iniciativas en España como la organización del Foro Mundial del Hidrógeno (WHF), cuya quinta edición se celebrará en Barcelona en abril de 2025.

De la misma manera que Arabia Saudí está diversificando su economía mirando hacia las energías renovables, Egipto, por su parte, ha estado invirtiendo en este tipo de proyectos, buscando aprovechar su abundante sol y viento para producir energía limpia. La cooperación con otros países BRICS+ podría facilitar el acceso a tecnologías avanzadas y financiación, acelerando así su transición energética.

En el caso egipcio, y gracias a la gran labor de la embajada de Egipto en España para reforzar lazos bilaterales, ha encontrado en nuestro país un socio estratégico para desarrollar las energías renovables, incluyendo también el hidrógeno verde. Especialmente relevante este último punto, ya que hace tan solo unos pocos meses, en febrero, el país norteafricano firmó hasta siete acuerdos para proyectos de esta energía por valor de 37.000 millones de euros. Un proyecto que ha contado con el respaldo financiero y técnico del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), puesto que Europa será un mercado de exportación clave del hidrógeno verde producido en Egipto. En este sentido, el país norteafricano ha subrayado la necesidad de atraer inversión extranjera y colaboración internacional para lograr los ambiciosos objetivos que se ha propuesto en este sentido, por lo que puede ser una excelente oportunidad para empresas e inversores españoles, aprovechando precisamente las buenas relaciones entre ambos países.

Un papel fundamental ha sido desarrollado por la Oficina Comercial de la Embajada de Egipto en Madrid, quien además está promoviendo la incorporación de proyectos de energía renovable en la Red de Energía Eléctrica mediante un programa de Acuerdos Bilaterales entre empresas privadas. La primera fase de este programa incluye cinco proyectos de energías renovables (tanto solar como eólica) con una capacidad total de 500 MW, es decir, 100 MW por proyecto.

Más allá de la energía: otros horizontes en expansión

Si bien la energía sigue siendo un pilar central de la relación entre estos dos países y España, ambos están explorando cada vez más nuevas áreas de cooperación. Desde el turismo y el desarrollo de infraestructura hasta la innovación tecnológica y la educación, lo cierto es que el potencial de asociaciones mutuamente beneficiosas es enorme.

En concreto, Arabia Saudí, como así se recoge en su plan Visión 2030, quiere potenciar el turismo, con un creciente interés por llevar a visitantes internacionales. Y España, uno de los líderes mundiales en el sector turístico, puede aportar sus conocimientos y tecnologías para el desarrollo de destinos turísticos sostenibles. Además, las inversiones en infraestructura turística, como hoteles y resorts, representan oportunidades adicionales para las empresas españolas.

En términos de infraestructura, Arabia Saudí y España han estado colaborando en varios proyectos clave. Las empresas españolas han participado en el desarrollo de líneas ferroviarias y otros proyectos de infraestructura, beneficiándose del ambicioso programa de expansión de infraestructura del país árabe. Este tipo de colaboración no solo fortalece los lazos bilaterales, sino que también ayuda a mejorar las capacidades locales y fomenta el desarrollo económico; de hecho, conviene recordar que ya son más de 200 empresas españolas las que hacen negocios en Arabia Saudí y han ganado más de 70.000 millones en contratos.

La relación de Arabia Saudí con España se ha profundizado en los últimos años, impulsada por intereses compartidos en materia de energía, comercio e intercambio cultural. España, con su amplia experiencia en tecnologías de energía renovable, es considerada un socio valioso para Arabia Saudí en su búsqueda de diversificar su economía y realizar la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.

El Saudi Business Council, liderado en España por Kira Negrón, ha desempeñado un papel crucial en el fomento de vínculos más estrechos entre los dos países. A través de diversas iniciativas y eventos, el Consejo ha facilitado el diálogo y la colaboración entre las empresas saudíes y españolas, promoviendo la inversión, el intercambio de conocimientos y el entendimiento cultural.

La innovación tecnológica y la educación son otros campos en los que se pueden establecer colaboraciones fructíferas. Las universidades y centros de investigación españoles están bien posicionados para ofrecer programas de formación y desarrollo de capacidades, que pueden ser beneficiosos para la juventud saudí en su preparación para un mercado laboral diversificado y moderno. Además, la transferencia de tecnología y el intercambio de conocimientos en sectores como la inteligencia artificial y la biotecnología pueden impulsar la innovación en ambos países.

Por su parte, Egipto también busca expandir su colaboración con España en diversos sectores. El turismo sigue siendo un sector crucial para la economía egipcia, y la cooperación con España podría aumentar el flujo de turistas entre ambos países. Las inversiones en infraestructuras turísticas y el intercambio cultural podrían revitalizar destinos históricos y promover nuevas rutas turísticas. Tan importante es este sector que Egipto quiere en 2028 alcanzar 30 millones de turistas (en 2023 fueron cerca de 15 millones), por lo que ha lanzado un plan estratégico para captar inversión internacional para financiar más plazas hoteleras y sumar oferta de ocio.

En el ámbito comercial, Egipto y España han visto un aumento en el intercambio de bienes y servicios. Las exportaciones e importaciones entre los dos países abarcan una variedad de sectores, desde productos agrícolas hasta maquinaria y productos manufacturados. La diversificación de la economía egipcia y las reformas económicas en curso presentan oportunidades para que las empresas españolas inviertan en el país norteafricano y se beneficien de un mercado en expansión.

En definitiva, los BRICS+ representan un cambio en el equilibrio económico mundial con potencias emergentes, destacando a Egipto y Arabia Saudí, que desempeñan un papel cada vez más importante en un mundo interconectado. Los diferentes sectores en los que están expandiéndose —energético, turístico, infraestructuras y tecnológico— son oportunidades para empresas españolas, así como para reforzar lazos bilaterales entre España y estos dos países.

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