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Se buscan curas «con predilección por los pobres»

Se buscan curas «con predilección por los pobres»

 Francisco dibuja el perfil del sacerdote de hoy al recibir a cuarenta seminaristas de la diócesis de Getafe

El Papa Francisco quiere que la reforma de «la Iglesia pobre y para los pobres» que formuló al inicio de su pontificado arranque desde abajo. Esa fue una de las razones que llevó al pontífice argentino a convocar una cumbre extraordinaria con los obispos españoles en noviembre del año pasado, con el fin de poner al día los seminarios centrada en dos aspectos: una reagrupación de los centros ante la falta de vocaciones y descartar cualquier tinte ideologizador en la formación sacerdotal.

Ayer volvió a remarcar cuál es el perfil que quiere para los curas españoles de hoy. Y lo verbalizó ante uno de los seminarios más numerosos de España, el de la diócesis de Getafe, que aglutina a las ciudades y pueblos del sur de Madrid. En total, ayer recibió a cuarenta estudiantes. Con ellos mantuvo un diálogo de tú a tú en la Sala Clementina de los palacios apostólicos que se extendió durante más de dos horas. Los jóvenes getafenses viajaron hasta Roma acompañados de sus formadores y del obispo Ginés García Beltrán y su auxiliar, José María Avendaño, para celebrar los 30 años de la creación del Seminario Mayor Nuestra Señora de los Apóstoles, ubicado en el Cerro de los Ángeles.

Como suele ser habitual ya en este tipo de encuentros, Jorge Mario Bergoglio entregó en mano el discurso previsto para someterse a un particular «tercer grado» de los jóvenes. Aun así, esa conversación discurrió por las líneas generales que el Obispo de Roma expuso en su texto escrito: «El Señor, y la Iglesia, esperan que los sacerdotes sean, ante todo, hombres íntegros y generosos en la respuesta a la vocación recibida, siempre disponibles para la escucha y el perdón». Justo después, Francisco les llamó a estar «decididos a vivir hasta el tope su entrega total a Dios y a los hermanos, con especial predilección por los que más sufren, por los pobres y los descartados». A la par, el pontífice les insta a cuidar «cuatro aspectos fundamentales, que son la vida espiritual, el estudio, la vida comunitaria y la actividad apostólica».

«Nos ha subrayado las cuatro cercanías que ha de tener el sacerdote: a Dios, al obispo, al presbiterio y al pueblo», comparte Ginés García Beltrán a LA RAZÓN tras la audiencia papal. «También, ha explicado a los seminaristas cómo vivir el binomio obediencia-libertad y de la necesaria integración de los movimientos eclesiales en la diócesis», añade. En esta misma línea, valora que les ha hablado del hecho de ser «personas normales, curas normales» que asumen sus dificultades y que son capaces de afrontarlas «no guardándoselas, sino compartiéndolas con otros y rezándolo».

Aunque el Papa no ha hablado directamente de las reforma abierta de los seminario, García Beltrán apunta que sí ha compartido su preocupación por «un seminario no español en el que había dos seminaristas, a los que formaba el propio obispo y no tenía ninguna regla. A partir de ahí, ha explicado que las normas también ayudan a poder crecer». Precisamente, sobre el número de jóvenes presentes en la cita vaticana, Francisco ha bromeado con el obispo nada más saludarle: «Cuando ha visto a tantos seminaristas me ha consultado si todos eran de la misma diócesis porque no esperaba a tantos. Justo después me ha dicho: ‘¿qué haces tú para tener esto?’».

«Nuestro seminario se esfuerza cada día en tener un tono espiritual sano, que aprendan a encontrarse con el Señor», reflexiona este prelado que lleva ya seis años en Getafe: « Yo también intento hacer realidad la cercanía del obispo, no solo espiritual y afectiva, sino también real, puesto que vivo junto a ellos. También ponemos mucho énfasis en que los seminaristas pongan rostro a las realidades que tiene a su alrededor, que pongan rostros a los pobres, a las comunidades…». «No es un seminario encerrado en el Cerro de los Ángeles, sino abierto a una realidad con casi dos millones de habitantes», remarca.

En cualquier caso, el pastor de origen almeriense expone que ha encontrado a un Papa con una buena salud, que ha contestado «con toda sinceridad, con ese estilo tan llano pero, a la vez, con una profundidad tremenda al abordar cuestiones existenciales».

«El cura de hoy tiene que ser un hombre que contagie la alegría de anunciar el Evangelio en la vida de cada día, por lo tanto, un hombre empapado por Cristo, por el Evangelio y con una gran pasión por el apostolado, por la misión», sentencia el obispo auxiliar José María Avendaño. Por ello, destaca la importancia de que el papa Francisco les haya citado expresamente la exhortación apostólica ‘Evangelii Nuntiandi’ de Pablo VI, que considera su «libro de cabecera», así como a Carlos de Foucauld y a Teresita de Lisieux, entre otros. «Ha insistido mucho en que quiere curas normales, que sepan moverse en la cultura de su tiempo, que conozcan y aprecien la literatura y la música de hoy», apunta Avendaño, que subraya que «me quedo con su sentido eclesial grande que nace de una intimidad gra nde con el Señor».

«Francisco nos han planteado la necesidad de acompañar a los seminaristas como padres y ha destacado la importancia de tener normas, es decir, de dar criterios a los jóvenes como si fueran nuestros hijos y así puedan ir creciendo en madurez y libertad», detalla el rector del Seminario Mayor de Getafe, Cruz Gonzalo López Palomo, sobre las palabras recibidas del Papa. Para Antonio Sánchez, seminarista de Alcorcón de 24 años, el coloquio le ha permitido «confirmar nuestra fe y vivir la plena comunión con la Iglesia». «Le he pedido al Santo Padre un consejo para aquellos que nos vamos a ordenar diáconos, por el ministerio que empezamos después de la formación, por un ministerio que abruma», desvela. «El Papa me ha respondido apelando a la necesidad de vivir desde la cercanía a Dios, con fervor en la misión y paciencia».

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