La Policía detiene a dos ladrones de cobre que dejaron sin luz a seis barrios de Palma

El escaso beneficio de los los cacos contrasta con los daños económicos causados

Agentes de la Policía Nacional en Palma han detenido a dos personas de origen español, un hombre de 44 años y

una mujer de 38 años, como presuntos autores de un delito continuado de hurto de cableado eléctrico del alumbrado público de los barrios palmesanos de La Vileta, Son Flor, Son Anglada, Son Xigala, Son Rapinya y Secar de la

Real.

Los agentes del grupo de robos de la Policía Nacional recibieron más de 30 denuncias de una empresa encargada del mantenimiento del alumbrado público de Palma en las que se daba cuenta de la sustracción de numeroso cableado

eléctrico.

Los robos se produjeron desde finales del mes de mayo hasta el mes de julio en los citados barrios; en todas las ocasiones, las calles afectadas se quedaban totalmente a oscuras con el evidente peligro e inseguridad que ello supone, a lo que hay que sumar el perjuicio económico de la sustracción y posterior restitución del cableado.

Los ladrones siempre sustraían el cableado de las arquetas del suelo, con más de mil metros de cable por un importe de cerca de 12.000 euros. Los robos se produjeron en la misma calle.

Los agentes averiguaron que detrás de estos hechos se encontraba un hombre que se hacía pasar por empleado de una

empresa que realiza los mantenimientos del alumbrado público y que incluso había sido observado por testigos con uniforme de la mercantil. Fue despedido de la misma precisamente por sustraer cobre. En los robos le había ayudado una mujer,

que le acompañaba para vender el material sustraído, cerca de una tonelada. Finalmente, fueron detenidos.

Aparte del grave quebranto económico que supone la sustracción de este tipo de cableado de cobre para la empresa propietaria del mismo, subraya la Policía, se atenta contra el correcto funcionamiento de uno de los servicios públicos, al dejar sin luz y totalmente a oscuras a numerosas calles con el consiguiente peligro e inseguridad que de ello supone.

Por otro lado el dinero que reciben los ladrones por la venta del cable sustraído es exiguo, con escaso beneficio económico que se contrapone con el menoscabo económico para la empresa de mantenimiento y el grave perjuicio a la sociedad en general.