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Así es 'el pan de cada día' de una veterinaria de caballos: Mamporrera, ginecóloga, pediatra...

Así es 'el pan de cada día' de una veterinaria de caballos: Mamporrera, ginecóloga, pediatra...

La medicina veterinaria es tan amplia que sus practicantes deben poder dominar amplias áreas de conocimiento

¿Cuántas personas nacidas a final de siglo no han tenido algún juego de 'Imagina ser...' de Nintendo? Probablemente esta sea una de las sagas de videojuegos que más han marcado a toda una generación de chicos y chicas. Lo cierto es que muchos de aquello niños y niñas, ahora ya "jóvenes", llevan ya unos años en edad laboral.

Algunos incluso siguieron con la misma inspiración y vocación por un oficio, y ahora de mayores han acabo convirtiéndose en aquello que soñaron desde pequeños. Pero como diría Oscar Wilde, "la realidad supera a la ficción". Y es que las expectativas de un inocente niño pueden llegar bastante con las labores verdaderas de la profesión. Por eso no es bueno idealizar, pero también la satisfacción y el orgullo son mucho más grandes que lo que puede concebir una persona ajena a cada trabajo.

Es el caso de la medicina veterinaria, a cuyos profesionales muchas veces se les acusa de "solo atender a motivos económico", cuando la realidad suele ser toda la contraria: horas infinitas en el quirófano, jornadas laborales muy extensas para ayudar a algún animal herido, soportar arañazos, ladridos, diarreas, vómitos y otra clase de problemas con los pacientes... 'Imagina ser veterinaria' inspiró a miles de niños y niñas que ahora han tomado ese camino profesional.

Un veterinario, de hecho, sin atender a su especialización, debe tener un conocimiento mucho más amplio que un doctor para el género humano. Es, al mismo tiempo, pediatra, peluquero, dentista, masajista, cirujano... Aunque depende de cada caso, muchas veces un veterinario se debe encargar de multitud de funciones que para la medicina de personas son independientes.

Luego existen especializaciones como atendiendo tanto al campo de conocimiento (odontología, anestesiología, dermatología...) y del reino animal sobre el que se tenga más conocimiento (exóticos, reptiles, marinos, mascotas, de granja, etc.). La veterinaria es todo un mundo increíblemente extenso y muy exigente, por lo que solo valen para él las personas con vocación en el oficio.

Veterinaria de caballos: de mamporrera a pediatra

No todo iba a ser limarle las uñas a gatos encantadores, como idealmente presentan los videojuegos. La realidad es que los veterinario lidian cada jornada de trabajo con aspectos más o menos duros o desagradables, pero no siempre. Como una de las profesiones más antiguas, la veterinaria de encarga, además de las mascotas, de los animales de granja, como cerdos, ovejas, cabras, vacas o caballos.

El caso de los caballos es especial, ya que necesitan de muchos cuidados y una atención exhaustiva cuando éstos no se utilizan para la producción de carne, sino para prácticas deportivas o exhibiciones de otras clases. Las necesidades de estos animales son diferentes, y para criar un "caballo ganador" de carreras, es necesario mancharse mucho las manos y prestar extremado esmero a su reproducción.

Es el caso de María José Martínez (@mariajosehema), una joven veterinaria de caballos que compagina su oficio con la tarea de divulgación sobre su trabajo y sus animales a través de las redes sociales, especialmente en TikTok. En sus vídeos, María José muestra cómo es realmente el día a día en la vida de una veterinaria equina, y las tareas que debe llevar a cabo.

Esta veterinaria está especializada más concretamente en la reproducción equina, toda una disciplina la mar de curiosa que conlleva mucha paciencia y extremo cuidado con las formas, ya que un despiste podría dañar a los animales o dar al traste con meses de trabajo.

Los caballos sementales deben ser cuidados con mucho mimo y esmero para asegurar las mejores condiciones. De ellos se extrae su preciado esperma, muchas veces teniendo que masturbarles manualmente. Este producto, una vez recolectado, debe ser almacenado y transportado con sumo cuidado para que después pueda utilizarse para preñar a las hembras.

Como la propia veterinaria María José enseña en uno de sus vídeos, utilizan una especie de recipiente de goma especial para recolectar el esperma del caballo, que incluso se puede regular de temperatura y presión dependiendo de las preferencias sexuales de cada animal.

Esta profesional de la medicina animal explica en otro de sus contenidos que el esperma siempre ha de utilizarse fresco y a la mayor brevedad posible para que sea más efectivo y no pierda calidad, siempre después de un elaborado análisis en el laboratorio. La veterinaria equina es una profesión completa, en la que los profesionales tienen que combinar tanto el trabajo en el laboratorio (comúnmente, "de bata"), con el de granja ("de bota").

Esta clase de prácticas de mamporrero, inseminación artificial, reproducción asistida o atención al parto tal vez no apareciesen en los videojuegos que se jugaban de niños, pero son el pan de cada día de los veterinarios rurales. Es una parte de la profesión esencial para la economía y que conlleva un abanico muy grande de conocimientos que dominar y ejecutar.

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