Ocho años sin el centenario Gustavo Bueno, el filósofo que arremetió contra la UE y Gran Hermano
El padre del materialismo filosófico murió el 7 de julio de 2016 en su casa de Asturias
El 7 de agosto del 2016, hace hoy ocho años, murió el filósofo Gustavo Bueno, dos días después de hacerlo su esposa Carmen Sánchez, en su casa de Niembro (Asturias). Bueno había nacido casi 92 años antes, el 1 de septiembre de 1924, en el municipio de Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja.
El próximo día 1 de septiembre, por tanto, sería centenario.
Más que centenario, su saber era milenario. Padre del materialismo filosófico: doctrina sistemática monista sobre la estructura de la realidad, en oposición al idealismo. El filósofo riojano, gran conocedor de la escolástica, cultivó un amplio campo de saberes: desde la ontología a la antropología pasando por la filosofía de la ciencia.
A Bueno no se le caían los anillos y no dudó en bajar a debatir (o como él decía, "pensar contra alguien") sobre asuntos tan mundanos como la telebasura y Gran Hermano.
En sus últimos años, ya en el siglo XXI, se centró en estudiar la esencia de España, y defender la Hispanidad frente a la [[LINK:TAG|||tag|||63361a5859a61a391e0a183c|||Unión Europea]]: "Europa es el problema y España la solución", solía decir contrariando a Ortega y Gasset.
Gustavo Bueno estudió en las universidades de Zaragoza y Madrid, y se doctoró en materia de filosofía de la religión, en la senda de su mentor, el historiador nacionalsindicalista Santiago Montero Díaz.
Tras una etapa en Salamanca como docente con una cátedra de enseñanza media, tiempo en el que estuvo ligado a la Falange, se convirtió en catedrático de filosofía en la Universidad de Oviedo, donde permanecería hasta su jubilicación en 1998.
Su original, profundo y heterogéneo pensamiento quedó plasmado en artículos y libros como 'El mito de la izquierda', 'El mito de la derecha', 'El mito de la cultura', 'España frente a Europa' o 'El fundamentalismo democrático'.
La fundación que lleva su nombre, sita en Oviedo, y en la que trabajó hasta sus últimos días, recoge y difunde el pensamiento y la obra de uno de los filósofos contemporáneos españoles más importantes con Fernando Savater, Julián Marías o Antonio Escohotado.
Creador de escuela, los hoy llamados 'rojipardos', escritores y articulistas como Ana Iris Simón, Pedro Insúa o Víctor Lenore reivindican la figura de este pensador que se movió entre el marxismo y el nacionalismo español.