World News in Spanish

Álvaro Martín y María Pérez, oro olímpico en el relevo mixto de marcha para firmar la triple corona

Álvaro Martín y María Pérez, oro olímpico en el relevo mixto de marcha para firmar la triple corona

Campeones de Europa y del mundo, los españoles, que en los 20 kilómetros en París ganaron la plata (María Pérez) y el bronce (Álvaro Martín) hace una semana, ya pueden presumir de ser también campeones olímpicos 

Álvaro Martín y María Pérez, qué pareja. Los dos deportistas han hecho su historia prácticamente de la mano. En 2018, en Berlín, ambos se proclamaron campeones de Europa. Él repitió en 2022. En 2023, en Budapest, los dos ganaron dos medallas de oro en el Mundial de Budapest, en 20 kilómetros y en 35. Hace una semana, el extremeño fue bronce en 20 kilómetros marcha en los Juegos y la granadina, plata. Todo separados, pero, de alguna manera, juntos, compartiendo sus alegrías. En París tenían la posibilidad de estar juntos, juntos, en el relevo mixto, y el resultado parecía escrito, aunque había que pelearlo, un último esfuerzo que mereció la pena. Si cada uno por separado son extraordinarios, el conjunto todavía lo fue mejor. Les estaba esperando un oro gigantesco, más que trabajado. Ya puede presumir de tener la triple corona.

El nuevo relevo

El relevo fue una invención para sustituir a los míticos 50 kilómetros marcha. El problema principal fueron las formas, que a un año de los Juegos de París todavía no se sabía cómo iba a ser la competición y no se podía trabajar en el hecho, por ejemplo, de cómo era hacer un parón tan largo, de 40 minutos, entre relevo y relevo, y volver a activar el cuerpo para dar el máximo. Había mucho que trabajar y poco tiempo para hacerlo. Son dos relevistas, hombre y mujer. Ellos hacen algo más de distancia porque la primera posta sirve para redondear la distancia de la maratón, 42 kilómetros y 195 metros.

Las sanciones

Es una prueba en el que las sancionas también se deben tener muy en cuenta, ya que son tres, pero se acumulan entre los dos participante. Que se lo digan a China, que antes del último relevo vio cómo Zhang tenía que parar tres minutos por marchar mal cuando estaba cerca de la cabeza y tenía a Jiayu Yang, la campeona de 20 kilómetros, preparada para la remontada. Ahí se acabaron sus opciones.

La primera parte del maratón se vivió con cierta tranquilidad. Se hizo una primera gran selección con cinco países Brasil (Bonfim y Lyra), España (Álvaro y María), Ecuador (Pintado, el campeón olímpico; y Glenda Morejón), Italia (Stano y Palmisano) y los chinos. El grupo creció porque en el arranque de las chicas se bajó el ritmo. Ahí, María pareció ceder un poco de terreno casi al final, pero fue mínimo.

Ecuador y España

Lo bueno para España era que iba limpia de sanciones. Era mínima la diferencia con la que dio la mano María a Álvaro y el extremeño la recuperó en nada. Ahí empezó a decidirse la prueba. Se escapó Martín con Pintado e hicieron hueco. El panorama pintaba bien para España, porque María era mejor que Glenda Morejón para el final y una entrega igualada era una garantía. Álvaro aguantó con el ganador del oro hace una semana, siempre a la expectativa, con su gorra, sus gafas, sin cambiar la imagen del rostro. Cuando estaba acabando este tercer relevo, pareció que cedía terreno, pero decía "sí, sí", con la cabeza, tranquilizando a todo el mundo. A Pintado se le empezaban a acumular las sanciones. Recibió dos. Otra más, y adiós, porque los tres minutos de parón hubieran sido letales. No perdió de vista Martín al ecuatoriano. Todo lo contrario. Lo atrapó y lo superó en la última recta, para llegar el primero al cambio final, con tres segundos de ventaja.

Hacia la gloria

Tenía que rematar la faena María y todo lo estaba a su favor en el mano a mano con Glenda. Primero, por su fortaleza: la pequeña duda que había dejado en su última aparición quedó resuelta. Y segundo, por la amenaza que había sobre Ecuador. Bajo la Torre Eiffel, la granadina marchó hacia la gloria en solitario y esta vez sí tuvo tiempo de poder celebrarlo. Faltaban tres kilómetros y ya sonreía. En el último, se quitó las gafas e incluso ir dando la mano a algunos aficionados. “María, María”, se escuchaba entre los aficionados.

Allí, al final, le esperaba Álvaro con los brazos abiertos.

Читайте на 123ru.net