Qué frutas debo guardar en la nevera y cuáles no

Siempre tenemos la duda de qué es mejor, ¿guardar la fruta en el frigorífico o dejarla a temperatura ambiente? Depende del tipo de fruta

La conservación adecuada de frutas y verduras es esencial para mantener su frescura, sabor y valor nutricional. Saber dónde almacenar estos alimentos puede marcar una gran diferencia en su durabilidad y calidad. Te contamos qué frutas deben guardarse en la nevera y cuáles es mejor dejar fuera. Además, vamos a darte una serie de consejos prácticos para maximizar la vida útil de estos productos y que no se pongan malos de buenas a primeras. Desde las uvas hasta los plátanos, pasando por los tomates y las cebollas, cada fruta y verdura tiene su lugar ideal para conservarse de la mejor manera posible.

Frutas que deben guardarse en la nevera

Algunas frutas se benefician enormemente del frío, ya que este ayuda a mantener su frescura y a prevenir su deterioro. Las uvas, por ejemplo, deben almacenarse en la nevera para evitar que su azúcar se convierta rápidamente en etanol, lo que podría llevar a su descomposición. Los frutos rojos como las fresas, moras y arándanos también duran más cuando se mantienen en un ambiente fresco. Las manzanas, si no se van a consumir en una semana, es mejor guardarlas en el refrigerador para prolongar su frescura.

Un ejemplo práctico es guardar las uvas en un recipiente hermético dentro de la nevera. Esto no solo las mantendrá frescas, sino que también evitará que absorban olores de otros alimentos. De igual manera, los frutos rojos pueden colocarse en un tupper con papel absorbente en el fondo para evitar la humedad excesiva. Las manzanas, por su parte, pueden almacenarse en el cajón de frutas de la nevera, preferiblemente separadas de otras frutas que emiten etileno, como los plátanos, para evitar una maduración acelerada.

Frutas que deben mantenerse fuera de la nevera

Al contrario, guardar algunas frutas en el frigorífico no siempre es beneficioso. Determinadas frutas pueden ver afectada su textura y sabor si se almacenan en la nevera. Los plátanos, por ejemplo, deben mantenerse fuera del refrigerador, ya que el frío interfiere con su proceso de maduración y puede volverlos harinosos. Los tomates, aunque técnicamente son frutas, también deben mantenerse fuera de la nevera, ya que el frío les hace perder sabor y textura. Los cítricos como limones y naranjas están mejor fuera del refrigerador, donde pueden conservar su frescura y sabor por más tiempo.

Un consejo útil es mantener los plátanos en un frutero a temperatura ambiente, alejados de la luz directa del sol. Los tomates pueden colocarse en una cesta en la cocina, donde se mantendrán frescos y sabrosos. Los cítricos, por su parte, pueden almacenarse en un lugar fresco y seco, como una despensa, donde estarán protegidos de la humedad y el calor excesivo. Al conocer el lugar ideal para cada fruta, podrás mejorar su sabor y duración.