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Cuidado con el volumen de la música en la playa, la multa puede ser cuantiosa

El verano es sinónimo de sol, arena y mar, pero también de convivencia en espacios públicos como las playas. Una de las cuestiones que más controversia genera entre los bañistas es el uso de altavoces para poner música a un volumen elevado. Mientras algunos disfrutan de llevar su banda sonora personal, otros prefieren la tranquilidad del sonido de las olas. Abordamos la normativa vigente en diferentes municipios españoles sobre la música alta en la playa y las posibles sanciones.

Normativa y sanciones en diferentes municipios

En España, la regulación sobre el uso de música en la playa varía según el municipio. Por ejemplo, en Barcelona, está prohibido poner música alta en la playa, y esta conducta puede ser sancionada con multas que oscilan entre los 300 y los 3.000 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. En San Javier, Murcia, la multa puede llegar hasta los 3.000 euros, mientras que en Laredo, Cantabria, la sanción es de 300 euros y en Badalona, 600 euros.

Estas normativas buscan garantizar la convivencia y el respeto entre los bañistas, evitando que el disfrute de unos pocos se convierta en una molestia para la mayoría. El abogado Juan Manuel Medina, en una entrevista para el programa «Más Vale Tarde», confirma que la Policía Municipal tiene la autoridad para sancionar a quienes infrinjan estas normativas. Medina subraya que «las normativas son claras: tú no puedes poner música en la vía pública a un volumen determinado».

¿Cómo actuar si la música alta te molesta?

Si te encuentras en la playa y la música alta de otros bañistas te molesta, tienes varias opciones. La primera y más recomendada es hablar directamente con la persona que está poniendo la música. Usar el sentido común y la cortesía puede resolver el problema sin necesidad de recurrir a medidas más drásticas. Sin embargo, como señala el abogado Juan Manuel Medina, «como la gente somos muy idiotas por regla general, esa conversación puede acabar a bofetones». En caso de que la conversación no sea efectiva o se prevea un conflicto, la opción más segura es llamar a la Policía Municipal. Los agentes tienen la autoridad para intervenir y sancionar a quienes no respeten las normativas locales. Es importante recordar que estas regulaciones están diseñadas para proteger el derecho de todos los bañistas a disfrutar de un ambiente tranquilo y agradable.

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