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Bidones de agua, hielo y manguerazos. Así luchan los ciclistas contra el calor

El calor es una de las preocupaciones de los deportes al aire libre al menos desde que Maradona y Valdano se quejaban en 1986 de que los partidos del Mundial de México se disputaran a pleno sol y con temperaturas muy elevadas. La costumbre es suspender competiciones por frío extremo, nieve o inundaciones, pero no por el calor. Por eso los ciclistas se están tomando de manera relajada los primeros días de la Vuelta. Una vez superado el Pico Villuercas, el calor es el gran enemigo de la carrera. El sol ralentiza el ritmo y sube la temperatura corporal de los corredores. Y los equipos buscan la manera de luchar contra él.

Cerca de 40 grados marcaban los termómetros en la localidad pacense de Fuente del Maestre donde la etapa tomó la salida. 37 esperaban en Sevilla y los equipos se preocupan de cómo enfrentarse al calor. Pablo Lastras, director de Movistar y representante de los equipos, charlaba con los comisarios en la salida para que fueran más permisivos en algunas cuestiones del reglamento.

«Están siendo muy flexibles. Una cosa es la norma y otra cosa es saber aplicarla. Están abriendo mucho para permitir a los equipos dar más bidones. Hasta nos dejan ya empujar. Cuando un corredor va tan cargado el último empujón es primordial y no te multan. Para mí lo están haciendo muy bien, están siendo más humanos», reconoce Lastras.

La preparación de Movistar para un trayecto como el que llevaba a los ciclistas hasta Sevilla es similar a la de días anteriores, basada en 200 bidones de agua y 80 kilos de hielo para los ciclistas. Y algunos pueblos reciben a los ciclistas con manguerazos, como si fueran conscientes de las estrategias de los equipos para derrotar al termómetro. «Ahora lo que se busca más que la hidratación es la refrigeración, ir todo el rato mojado porque ayuda a reducir la temperatura. En Villuercas sólo pasaron calor al final. Consiguen menos gasto [de energía] para los ciclistas y que ya estén recuperados para el día siguiente», explica el director del equipo telefónico, que como ciclista puede presumir de haber ganado etapas en las tres grandes.

«Hay que dar un aplauso al staff porque son los líderes en silencio, siempre están y nunca te fallan. Hacen un trabajazo. Organizan todo, neveras, bidones extras, porque llega un momento en que el coche uno se queda sin bidones y tenemos un punto donde recargan de bidones el coche uno [el que va más adelante en carrera], las medias de hielo para los corredores. Es brutal el trabajazo que hacen y que no se ve», añade Lastras.

Cuando habla de las medias se refiere a una estrategia parecida a la que utilizaban los atletas en los pasados Juegos Olímpicos, con toallas con hielo enrolladas para ponérselas en el cuello. Los auxiliares rellenan medias con hielo y van cortando y cerrando para dejarlas de un palmo de medida aproximadamente para aplicárselas en el cuello.

Los chalecos de hielo son otra medida para rebajar la temperatura, pero desde el desayuno se preocupan de la ingesta de líquidos como base de la alimentación y también durante la etapa. Además, controlan la orina de los corredores para comprobar el nivel de deshidratación.

Así los equipos luchan para combatir el calor en carrera pero hay un plan más allá. «Ahora no es el momento de buscar soluciones, eso hay que pensarlo antes, antes de venir aquí. Hay que estar preparados para correr, pero hay que hacer cosas», explica Lastras. «Los equipos lo hablamos. Falta reunirse y poder hablarlo, pero tenemos ideas. Y buenas, además», añade.

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