World News in Spanish

¿Qué santo se celebra hoy, 23 de agosto? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica

El santoral católico es un calendario que contiene los nombres de los santos y las fechas en que se celebra su festividad. Este compendio agrupa a los santos y beatos que la Iglesia Católica conmemora oficialmente en días específicos a lo largo del año. La tradición de celebrar el santoral se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando se comenzó a venerar a los mártires y otros personajes considerados ejemplares por su vida y su testimonio de fe.

El santoral es una herramienta útil para aprender sobre la historia de la Iglesia y el cristianismo. También sirve como fuente de inspiración, basada en las vidas de los santos. Funciona como una guía espiritual, dando fuerza y dirección a través de las experiencias de estos personajes históricos. Además, el santoral ayuda a recordar y honrar a personas que han sido muy importantes para la fe católica, uniendo el pasado, el presente y el futuro de la Iglesia.

Cada día del calendario litúrgico está vinculado a uno o varios santos, que son recordados en las misas y en las oraciones de los fieles. Estas celebraciones no son simples recordatorios, sino momentos de reflexión y conexión con los principios y valores que estos personajes representan.

Este 23 de agosto, la Iglesia Católica conmemora a varios santos y santas que han dejado una huella en la historia de la cristiandad. Entre ellos se encuentran San Antonio de Gerace, San Arquelao de Ostia, San Asterio de Egea, San Ciriaco de Ostia, San Claudio de Egea, San Eugenio de Ardstraw, San Flaviano de Autun, Santa Fructuosa mártir, San Lupo de Nove, San Minervo mártir, San Neón de Egea, San Zaqueo de Jerusalén, Beato Francisco Dachtera y Beato Juan Bourdon.

Sin embargo, desde el periódico La Razón destacamos especialmente a Santa Rosa de Lima, patrona de Perú, América y Filipinas, fue primera santa del Nuevo Mundo.

¿Quién fue Santa Rosa de Lima?

Isabel Flores de Oliva, hija de Gaspar de Flores y María de Oliva, nació en Lima en 1586. Sin embargo, su madre pronto comenzó a llamarla Rosa debido a su belleza, un apodo que más tarde adoptaría oficialmente. Los padres de Rosa se esfuerzan en darle una seria educación humanística además de proporcionarle una sólida formación en la fe.

Esta joven limeña, que más tarde se convertiría en la primera santa del Nuevo Mundo, demostró desde temprana edad una mostró una inclinación temprana hacia la oración y la meditación y una devoción excepcional que marcaría el curso de su vida y su legado espiritual. Cuando Rosa fue confirmada como religiosa, eligió mantener el nombre de Rosa, por el cual es conocida y venerada en todo el mundo hasta el día de hoy.

Vida religiosa

A la edad de 20 años, Rosa contempló la posibilidad de unirse a la orden de las monjas agustinas. No obstante, durante un momento de oración, experimentó una inexplicable parálisis temporal que interpretó como una señal divina. Al manifestar su disposición a acatar la voluntad de Dios, la parálisis cesó, lo cual ella consideró como una indicación para no ingresar al convento. En su lugar, se decantó por adoptar el hábito dominico inspirada por el ejemplo de Santa Catalina de Siena.

Cuando su familia atravesó dificultades económicas, Rosa contribuyó activamente cultivando un huerto y realizando labores de costura. En su rol como dominica seglar, se dedicó a la enseñanza de niños, incluyendo lecciones de música. Adicionalmente, demostró un firme compromiso con la obra misionera de la Iglesia, destacándose por su compasión y ayuda a los necesitados, con un enfoque particular en la salvación espiritual de pecadores e indígenas.

Oración y ascetismo

Rosa se distinguió por sus prácticas ascéticas rigurosas como medio de desarrollo espiritual. Cultivó la humildad por encima del orgullo y el reconocimiento personal. Sus hábitos de descanso eran austeros, optando por superficies duras para dormir. Mantenía una dieta estricta, que incluía ayunos prolongados y abstinencia de carne, limitándose a lo esencial.

En momentos de privación física, encontraba fortaleza en la contemplación espiritual. Ante los desafíos a su disciplina, se inspiraba en las enseñanzas cristianas para mantener su compromiso ascético. A través de sus escritos, Rosa articulaba la importancia de estas prácticas para el crecimiento personal y espiritual.

Muerte y canonización

En sus últimos años, Rosa residió en la mansión de Don Gonzalo de Massa, un prominente funcionario gubernamental. Durante su enfermedad terminal, la santa mantuvo una actitud de oración incesante, ofreciendo su sufrimiento como sacrificio espiritual. Su vida se caracterizó por un estado de contemplación mística permanente, cuya influencia se extendió más allá de su propia experiencia, provocando un aumento notable en las conversiones y en la devoción religiosa de la sociedad limeña.

Con una precisión que rozaba lo sobrenatural, Rosa había predicho durante años que su fallecimiento coincidiría con la festividad de San Bartolomé, el 24 de agosto. Esta profecía se cumplió con exactitud cuando, a la edad de 31 años, Santa Rosa de Lima exhaló su último aliento en la fecha prevista de 1617.

Las exequias de Rosa trascendieron las convenciones asociadas a su estatus socioeconómico y su féretro fue portado por una procesión que incluía tanto a dignatarios eclesiásticos como a autoridades civiles. La inhumación se pospuso debido a la afluencia masiva de fieles que anhelaban rendir un último tributo, evidenciando el profundo impacto de su vida en la comunidad.

En la actualidad, sus restos mortales son objeto de veneración en la Basílica de Santo Domingo en Lima, un testimonio perdurable de su legado espiritual. Posterior a su deceso, se documentaron numerosos milagros atribuidos a la intercesión de Rosa. Su canonización fue oficiada por el Papa Clemente X el 12 de abril de 1671. Desde entonces, Santa Rosa de Lima es venerada como patrona de la América Hispana y Filipinas.

Читайте на 123ru.net