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La agenda de Kamala Harris para conquistar América: Estos son los temas que decidirán las elecciones

Kamala Harris ha devuelto la ilusión a los demócratas tras la convención de Chicago, pero todavía debe revelar cómo abordará las cuestiones que más preocupan a los estadounidenses. La economía se ha convertido en un tema clave de las próximas elecciones de noviembre debido al temor de que el país caiga en una recesión y arrastre al resto de las economías del planeta. Los malos datos del empleo tampoco ayudan a la vicepresidenta pese a la euforia de sus filas tras el éxito de la nominación y la rapidez con la que parece que se ha pasado página de Joe Biden. La inmigración es otra de las principales preocupaciones de los ciudadanos y afecta de lleno a Harris que ha sido duramente criticada por su mala gestión de la crisis en la frontera con México.

Economía

Harris ha prometido el acceso a una vivienda asequible, sobre todo para las familias con hijos y bajos ingresos. Antes de que comenzara la convención, ella y Joe Biden anunciaron una reducción de precios en 10 medicamentos tremendamente caros utilizados, entre otros, para combatir la diabetes o el cáncer de sangre. A la vicepresidenta le preocupa la atención sanitaria, la tercera edad y la clase media, «es un tema personal», dijo esta semana haciendo referencia a sus raíces. Llegó a Chicago con muy buen dato, porque la semana pasada se registró la inflación más baja de los últimos tres años, situándose en un 2.9%. Aun así, muchos votantes están enfadados con Biden por cómo se encuentra la economía estadounidense, y eso podría salpicarle a su heredera. Durante su candidatura a las primarias del partido en 2020, su postura fue más progresista que la de Biden, proponiendo un crédito fiscal de 6.000 dólares al año a las familias de clase media, elevando el impuesto de sociedades a un 35% (Biden propone un 28%) y abogando por un crédito fiscal reembolsable para los ciudadanos que gasten más del 30% de sus ingresos brutos en el alquiler.

Aborto

La vicepresidenta ha pedido al Congreso que apruebe una legislación de implicación nacional para garantice el acceso al aborto. En enero inició la «gira por la libertad reproductiva» por todo el país. Sus políticas durante las elecciones primarias del 2020 fueron más progresistas que las de su actual jefe. Es una cuestión que ha estado muy presente durante la Convención, e incluso su compañero de fórmula, Tim Walz, hizo una gran defensa de los derechos reproductivos asegurando que, gracias al avance de la ciencia, él y su mujer pudieron ser padres de Hope y Gus Walz. La candidata demócrata ha sido la mayor protectora del derecho al aborto desde que entró en la carrera política y ha promovido ayudas para aquellas mujeres que viven en estados donde el aborto está prohibido, y tienen que viajar a otros territorios para acceder a él.

Inmigración

Es la gran piedra en el zapato de la vicepresidenta. Biden le encomendó la difícil tarea de solucionar los problemas en la frontera. Fue un fracaso anunciado que le relegó a las sombras en sus cuatro años de vicepresidencia y ha hecho que los republicanos le culpen de que la situación está fuera de control por sus políticas demasiado indulgentes. Harris culpa de la situación a los republicanos en el Congreso que, incitados por Trump, frenaron un compromiso bipartidista que habría mejorado la situación. En su discurso del jueves prometió conseguir que ese acuerdo salga adelante. La demócrata también ha defendido el aumento de agentes en la frontera, se ha reunido personalmente con varios mandatarios extranjeros, y en junio la Administración Biden firmó una orden por la que se suspendía la tramitación de asilo en la frontera de EE UU con México si los cruces llegaban a los 2.500 diarios. A la vicepresidenta se le acaba de abrir un nuevo frente, porque 16 estados del país, liderados por republicanos, han presentado una demanda para detener un programa federal que podría otorgar el estatus migratorio legal a los cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidense.

Gaza

Seguramente el tema más divisorio entre sus partidarios y también dentro de su partido. En su discurso Kamala dijo que «ya es hora de una tregua» y se comprometió a asegurar la autodeterminación del pueblo palestino. La demócrata ha dicho en varias ocasiones que Israel tiene derecho a defenderse de la organización terrorista de Hamás, «aunque la forma cómo lo hace importa». Al igual que Biden, respalda una solución de dos Estados. A finales de julio Harris se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y en su discurso posterior dejó clara su opinión en esta cuestión, «no podemos mirar hacia otro lado ante estas tragedias. No podemos permitirnos insensibilizarnos ante el sufrimiento, y yo no me callaré».

Ucrania y la OTAN

Mientras Donald Trump amenaza con abandonar la OTAN si regresa a la Casa Blanca, Kamala Harris ya ha dicho que sería «una tontería» arriesgar las alianzas globales que el país ya ha establecido. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, el pasado enero, Harris dijo que «el presidente y yo estamos con Ucrania. En colaboración con mayorías partidistas de apoyo en ambas Cámaras del Congreso de EE UU, trabajaremos para asegurar las armas y recursos críticos que Ucrania tanto necesita».

Cambio climático

Harris fue una de las primeras en patrocinar el Green New Deal en el Senado para luchar contra el cambio climático y sus consecuencias. La candidata ya mostró en el 2019 que no está de acuerdo con la perforación en alta mar para buscar petróleo. Como exfiscal de California, demandó a grandes petroleras como BP o ConocoPhillips e investigó a Exxon Mobil por «mentir repetidamente al público y a sus accionistas sobre el riesgo que el cambio climático representaba para su negocio, y las acciones podrían equivales a fraude de valores y violaciones de las leyes ambientales». Nada que ver con su rival, que ha asegurado devolver a EE UU a los combustibles fósiles y sacar al país de sus compromisos climáticos globales, entre ellos el acuerdo de París.

Comercio

A pesar de que en el pasado fue dura con los acuerdos de libre comercio, su discurso se ha suavizado y cada vez más apoya las políticas de su antecesor en materia comercial. En mayo la administración Biden – Harris aumentó la tasa arancelaria sobre importaciones de acero y aluminio procedentes de China, de un 7,5% a un 25% en un esfuerzo por potenciar la industria local y evitar la competencia injusta con los productos nacionales. Antes de arrancar la Convención, Harris aseguró que acabaría con la especulación de precios en los alimentos y castigaría a las empresas que los aumenten injustamente, porque son oportunistas que se aprovechan de la crisis y se saltan las normas. Muchos le han acusado de defender el intervencionismo del Estado, lo que ha levantado ampollas en algunos votantes, sobre todo grupos latinos, un electorado clave en estos comicios.

Sanidad

Harris confirmó a finales del mes pasado que no apoya un sistema de salud donde el único pagador es el Gobierno. Más bien aboga por un sistema de salud que esté respaldado por el Gobierno, pero sin eliminar los seguros privados. Defiende un precio justo para cualquier medicamento que se venda más barato en algún país que sea equiparable a EE UU, desde Francia a Japón, Australia o Canadá. Además, Harris quiere borrar miles de millones de dólares en deuda médica de millones de estadounidenses para ayudarlos a evitar acumular dicha deuda en el futuro, porque nadie debería ir a la quiebra por enfermarse.

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