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Descubren que un parásito intestinal puede ser clave en la cicatrización de heridas

La cicatrización de heridas quirúrgicas, accidentes, quemaduras, entre otras, evoluciona de distinta manera para cada persona debido a factores genéticos, la localización de la herida, la profundidad o su extensión. Es un proceso de alta complejidad cuyo objetivo es recuperar la integridad del tejido, permitiendo su regeneración y restaurando sus funciones.

Cuando no funciona bien, puede ser una señal de existencia de enfermedad vascular, arterial o venosa; patologías sistémicas como la diabetes o enfermedades del colágeno. Si una herida no cicatriza o el proceso es más lento de lo normal, existe un riesgo de infección y complicaciones graves. Si cicatriza demasiado rápido, puede favorecer la aparición de tejido cicatricial en lugar de piel regenerada adecuadamente, lo que favorece que el tejido se hipertrofie y restrnija el movimiento de músculos, articulaciones y tendones.

Por ello, los científicos estudian nuevos compuestos que ayuden a la reparación correcta de los tejidos, un proceso que está intrínsecamente relacionado con la capacidad de reacción de las células inmunitarias que favorecen la regeneración, y la de inhibir al mismo tiempo la actividad de las células inmunitarias que favorecen la formación de cicatrices tisulares.

En este sentido, un equipo de investigadores de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey (EEUU) han descubierto que una proteína producida por gusanos parásitos del intestino es capaz de mejorar la cicatrización de heridas en ratones, según recoge Ep.

El estudio, publicado en la revista 'Life Science Alliance', revela que las aplicaciones tópicas diarias de una la proteína llamada TGM- que es producida por Heligmosomoides polygyrus, un ascáride parásito que vive en los intestinos de ratones y otros roedores- en heridas cutáneas de ratones acelera su cierre, mejora la regeneración de la piel e inhibe la formación de tejido cicatricial.

A diferencia de los animales no tratados, los ratones tratados con TGM fueron capaces de formar nuevos folículos pilosos dentro de la región de la piel herida. Ahora, queda por ver si la proteína puede aprovecharse para mejorar la cicatrización de heridas en pacientes humanos.

"En este estudio hemos desarrollado una terapia novedosa para el tratamiento de las heridas cutáneas que favorece la cicatrización regenerativa de las heridas frente a la fibrosis tisular y la formación de cicatrices", explicó William C. Gause, director de la investigación."Proporciona un marco significativo para el uso potencial de una proteína parásita fácil de producir como terapia para promover la cicatrización de heridas cutáneas", detalló.

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