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Duplantis lleva su récord del mundo de pértiga un centímetro más allá: 6,26

¿Cuál es el límite de Mondo Duplantis en salto con pértiga? Es una pregunta que ahora mismo no tiene respuesta. El atleta sueco volvió a batir su récord del mundo en la reunión de la Diamond League en Silesia, dejándolo en 6,26 y con la sensación de que la próxima vez que compita puede ir un centímetro más allá. La primera que vez que lo logró fue en 2020, con 6,17, superando el registro de su amigo Renaud Lavillenie, el hombre que batió la plusmarca de la leyenda Bubka, y lo ha ido mejorando, ganando además en el camino dos oros Europeos al aire libre (ya tenía otro de 2018), dos Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

Otra vez el último

Precisamente en París protagonizó uno de los mejores momentos de los Juegos hace tres semanas, cuando la locura estalló en el Stade de France, repleto con 80.000 espectadores, cuando a la tercera rebasó los 6,25. Sólo quedaba su salto, y nadie se movió para vivir ese momento. Esta vez lo ha vuelto a hacer a su estilo. El primer intento en 6,26 se quedó a medias, algo poco habitual en él, que va siempre a por todo y casi nunca retrocede. Quedaba por disputarse la carrera de 100 metros femenina del meeting, en los que se impuso la jamaicana Clayton.

Con eso terminó todo, menos Mondo y el listón, que esta vez encaró con la determinación habitual para superarlo un poco ajustado, llegó a rozarlo, pero no lo suficiente para derribarlo. El atleta tranquilo del resto de la tarde ya sí se dejó llevar. Le dio la mano a la mascota, se tiró al suelo, saludó a su madre, que se encarga de su preparación física, y posó con el cartel con su nombre al lado de la marca.

 

El podio de los Juegos

El concurso había sido algo más complicado esta vez, pues el estadounidense Sam Kendricks pasó los seis metros, algo que llevaba mucho tiempo sin hacer (su mejor marca, 6,06, es de 2019) y el griego Karalis también, llegando más lejos que nunca. Para el heleno, esa hazaña fue el límite y ni siquiera intentó las siguientes alturas. Kendricks sí probó con los 6,08, pero falló. Duplantis ya había ganado (se repetía el podio de París), y pasó directamente a los 6,26 para volver a hacer historia, otra vez basándolo todo en su velocidad y en su atrevimiento. La velocidad, por cierto, podrá comprobarse el próximo 4 de septiembre, un día antes de la reunión de la Diamond League de Zúrich, la penúltima de 2024. Tendrá un inédito cara a cara en los 100 metros con el noruego Karsten Warholm, plusmarquista mundial de 400 vallas. Un espectáculo montado por la marca que los viste.

 

Ingebrigtsen, récord del mundo

El de Duplantis no fue el único récord del mundo que se batió en Silesia. Jakob Ingebrigtsen paró el reloj en 7:17.55 en los 3.000 metros, superando por mucho los 7:20.67 del keniano Daniel Komen en 1996.

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