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Los expertos españoles de la pértiga: «Duplantis saltará 6,35 metros»

Es el atleta el año. No cabe duda alguna. Cuando finalice la temporada y comiencen las votaciones para designar al mejor del mundo en 2024, todas las miradas se centrarán en él. Mondo Duplantis, 24 años, el saltador de Louisiana reconvertido en sueco, ha conseguido todo lo que se podía esperar de él en esta campaña. Un año redondo. Campeón mundial de pista corta en marzo, campeón europeo en junio y campeón olímpico en agosto. Sus marcas merecen capítulo aparte. Ha elevado el récord mundial este año en tres ocasiones: 6,24 metros en abril (Xiamen), 6,25 en París en la final olímpica y 6,26 ayer en la localidad polaca de Chorzów. En sólo cuatro años, Duplantis, centímetro a centímetro, rodaja a rodaja, ha elevado el récord mundial en 10 ocasiones. En alguno de sus saltos ha ofrecido incluso una clara impresión de que su límite real está mucho más arriba. ¿Tiene techo Duplantis? «Yo pienso que va a mejorar unos 3 o 4 centímetros» . Así se expresa para ABC Javier García Chico, el mejor pertiguista español de la historia. En opinión del medallista olímpico en Barcelona 92 «hay que tener en cuenta de todos modos que la cadera engaña mucho en las imágenes que se ven de sus récords, es verdad que le sobra a veces mucho sobre el listón, pero el problema está en los pies al subir y en los movimientos de bajada, ahí no le sobra tanto. Quizá llegue a 6,30, pero no va a ser fácil». Alberto 'Lobito' Ruiz, el que fuera máximo rival de García Chico en los años ochenta, y actualmente el mejor entrenador español en salto con pértiga, sigue sorprendiéndose a diario con los récords de Duplantis. «Es que a mí me descuadra. Estábamos acostumbrados a pertiguistas con físicos muy potentes, auténticos armarios, como Sergei Bubka , que era un oso. Todos los grandes saltadores eran muy fuertes… Hasta que llegó Mondo, que debe de andar por los 78 kilos, unos diez menos que Bubka. Ha roto todos los esquemas». Respecto a los límites del sueco, Ruiz opina que aún tiene margen de mejora. «Ya son marcas muy bestias, pero creo que si agarra una pértiga diez centímetros más larga, o sea, una de 5,30 sí va a ser capaz de llegar a los 6,30. Ahora bien, eso implica cuatro récords más porque esto va centímetro a centímetro, y los récords mundiales no los regalan, necesita otras cuatro situaciones perfectas, con condiciones ideales». Ignacio Sola, exrecordman olímpico en la cita de México hace 56 años, es el otro gran sabio español de la pértiga. El vizcaíno destaca en Duplantis que «tiene una carrera de aproximación perfecta. Su talonamiento es impresionante, nunca duda, va en una progresión fantástica, siempre clava la carrera y entra con muchísima fuerza». «Duplantis es un obsesivo-compulsivo de la pértiga», afirma García Chico entre risas. «Tiene muy claro lo que quiere hacer desde muy niño… ¡es que nació con una pértiga en la mano! Su vida es la pértiga hasta el infinito y más allá». Ruiz está de acuerdo en que la mente de Duplantis es especial. «Tiene una cabeza tremenda. No tiene nada que ver con la de sus rivales. En la pértiga hay un factor que es el miedo, un miedo a las alturas que no existe en la adolescencia pero que va creciendo a medida que el atleta se va haciendo mayor. En Duplantis no existe . Tiene cero miedo ». El secreto del sueco parece estar en una mezcla muy bien equilibrada entre genética y entrenamiento desde una edad temprana. El talento físico lo lleva inscrito en el ADN. Su padre, Greg, fue un pertiguista de alto nivel en los años noventa con una mejor marca de 5,80 metros. Su madre, Helena, compitió a nivel internacional en heptatlón (récord personal de 5.314 puntos) y a su vez era hija de pertiguista. La otra clave del éxito de Mondo (abreviatura de Armand) está en su temprana exposición al salto. Sus padres situaron un pasillo de saltos en el jardín de su rancho con colchoneta incluida. El actual plusmarquista mundial ya se probó con 5 años, competía un año más tarde y a los 8 años logró una marca de 2,90 metros elevándose con su pequeña pértiga. Según García Chico, que actualmente ejerce como técnico en el club Atletismo Cordobés, el sueco ha transformado de golpe la técnica del salto con pértiga. «Estábamos acostumbrados a una manera de hacer las cosas, a los métodos de la escuela soviética de Bubka. Y entonces llega Duplantis y lo cambia todo. Él va bajando ya la pértiga antes de llegar al cajetín». ¿Dónde puede estar la clave de los futuros récords de Duplantis? García Chico lo tiene claro. «En la velocidad. Él es el más rápido de la historia, entra a 10,20 metros por segundo y Bubka lo hacía a 9,80. Si consigue mejorar aún más la velocidad, por ejemplo, a 10,30, mejorará sus registros. Pero, a su edad, esto ya no va a ser fácil». Ruiz se muestra de acuerdo con Chico en la importancia de la velocidad. «Aquí la clave no es la velocidad pura, sino la velocidad con la pértiga agarrada. Es descomunal la rapidez con la que Duplantis llega a la batida. Cuando vas tan rápido, hay que tener muchos cojones para clavar una pértiga. Ahí está la cuestión. Duplantis tiene una facilidad que es innata. Es el Messi de la pértiga». Otro de los secretos del sueco, según Sola, reside en que «se coloca con las caderas muy altas, y cuando la pértiga recupera, sale hacia arriba como una flecha, la pértiga le empuja a la perfección. Yo lo veo con un gran potencial de mejora todavía. Con las pértigas actuales, saltará 6,35. Y en el caso de que lleguen nuevas tecnologías, es decir, pértigas que cueste menos doblar y recuperen bien, pues, 6,50… ¿por qué no? Este hombre no tiene límites».

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