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Vuelta al cole: las 7 pautas a seguir para combatir el síndrome postvacacional en niños

El regreso a la escuela puede ser un alivio para muchos padres, pero para algunos niños representa un auténtico desafío; un proceso difícil que no siempre afrontan con entusiasmo. Han disfrutado de casi tres meses de 'libertad', sin horarios ni tareas, alejados de la responsabilidad académica y del estrés que puede conllevar, estando de vacaciones y pasando más tiempo con su familia y con sus amigos.

“No todos los niños viven ese momento de la misma forma y los adultos no deberíamos trivializarlo; la vuelta al cole puede representar una situación muy dura”, asegura el doctor Alberto Bullón Sáez, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo (Madrid).

De hecho, hay menores que pueden experimentar en esta etapa de adaptación cambios en el estado de ánimo, tener más irritabilidad, sufrir alteraciones en el sueño o pesadillas o presentar problemas con la alimentación. Además, algunos niños pueden mostrar ansiedad al separarse de sus padres lo que en ocasiones se manifiesta con síntomas físicos como cefalea o dolor abdominal; o psíquicos como tristeza y falta de motivación por actividades que antes disfrutaban.

Estos signos pueden ser indicativos de que el menor está teniendo problemas para adaptarse a la nueva rutina escolar.

La cara infantil del síndrome postvacacional

En este sentido, el Dr. Alberto Bullón destaca que algunos menores (entre un 5% y un 8%) pueden sufrir el llamado ‘síndrome postvacacional’ o ‘depresión postvacacional’, un proceso de adaptación a la vuelta a la rutina: “Volver a la rutina, a las obligaciones, también puede resultar problemático para los pequeños de la casa. Al igual que los adultos, ellos han desconectado del día a día durante las vacaciones, han sido dos meses sin horarios, sin madrugones, sin deberes, sin profesores, sin actividades extraescolares, sin exámenes…”.

Es importante tener en cuenta que los síntomas del síndrome postvacacional pueden ser más leves o más graves dependiendo de cada niño y en la mayoría de los casos no supera los 7-10 días de duración: “En los casos en los que los síntomas y su severidad se prolonguen en el tiempo es conveniente consultar con un especialista” subraya el Dr. Bullón.

Consejos para esa vuelta a las rutinas

Con todo ello, el psiquiatra del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo de Madrid aporta los siguientes consejos para esa vuelta a la rutina en el mes de septiembre y para que el colegio no suponga una cuesta arriba para los menores:

1. Pregunte a sus hijos por sus sentimientos y preocupaciones antes de empezar las clases; hable con ellos de los aspectos positivos de ir a la escuela, empezar actividades, aprender cosas nuevas y reencontrarse con los amigos.

2. Es importante el ejemplo: Los padres no deben transmitir a sus hijos ideas negativas sobre la vuelta al trabajo (‘qué horror’, ‘qué pereza’, ‘otra vez los jefes…’); para un niño no es bueno escuchar el lado negativo de la vuelta a la rutina y a las obligaciones; hay que reforzar los aspectos positivos.

3. Organización: Es esencial no dejar todo para el último día; la compra del material escolar, el uniforme, el esquema de los horarios (incluso los detalles sobre quién les recogerá y a qué hora…). Tener bajo control estos aspectos evitará preocupaciones y ansiedad a los pequeños, aportándoles una mayor seguridad y confianza.

4. La readaptación a los nuevos horarios y obligaciones debe realizarse de manera gradual; por ejemplo, es bueno que durante los últimos días de las vacaciones se vuelva al horario de sueño habitual (levantarse más temprano y acostarse antes) así como ajustar los horarios de comida.

5. Se recomienda compaginar el inicio de la actividad lectiva con alguna actividad de ocio cuando termine la jornada escolar, para que el cambio de rutinas no sea tan brusco y los niños encuentren diversión en actividades gratificantes de esta nueva etapa.

6. Se sugiere elevar progresivamente el nivel de exigencia en cuanto al rendimiento escolar tanto en el colegio como en casa (tiempo dedicado a hacer deberes) para una mejor adaptación.

7. Acompañar a los más pequeños los primeros días y mostrarles que si surge algún problema tendrán ayuda, les transmitirá certidumbre y tranquilidad.

En resumen, la vuelta al cole puede ser un desafío significativo tanto para los niños como para sus padres. Reconocer y abordar el síndrome postvacacional en los más pequeños es fundamental para garantizar una transición suave y saludable de las vacaciones a la rutina escolar. Con estrategias adecuadas y apoyo, los niños pueden superar este periodo de adaptación y comenzar el nuevo año escolar con energía y motivación. Estar atentos a sus necesidades emocionales, fomentar una actitud positiva y establecer una rutina organizada son pasos cruciales para ayudarles a superar cualquier dificultad que puedan encontrar.

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