Las olas de calor amenazan a la infancia
El 72% de los niños españoles han sufrido olas de calor extremas en el último año, y además, un 25,8% de ellos se han enfrentado a temperaturas sin precedentes. A nivel mundial, un total de 766 millones de niños, lo que equivale a uno de cada tres, estuvieron expuestos a olas de calor extremo entre julio de 2023 y junio de 2024.
Estas son las principales conclusiones de un estudio recogido por Ep y realizado por Save the Children, que ha hecho un llamamiento a los gobiernos para que eliminen rápidamente el uso y la subvención de los combustibles fósiles y garanticen una transición justa y equitativa, en defensa de la infancia.
También entre julio de 2023 y junio de 2024, 344 millones de niños y niñas experimentaron la temperatura más alta registrada en su localidad desde al menos 1980 (lo que equivale al 15% del total). Con respecto al periodo 2022/2023, el número de afectados por olas de calor extremas prácticamente se duplicó.
Para realizar el estudio, «Save the Children» utilizó datos de satélite del Servicio de Cambio Climático de Copernicus y estimaciones de la población infantil mundial de WorldPop, alineadas con las Perspectivas de la Población Mundial 2022 de la Organización de Naciones Unidas (ONU). En la investigación, se definió una ola de calor como tres días consecutivos con temperaturas superiores al percentil 99 de los últimos 30 años para un lugar específico.
Los datos incluyen registros de olas de calor a partir del año 2000, así como picos de temperatura sin precedentes en comparación con los registros de 1980-2023.
Las zonas más afectadas
A lo largo del texto, la organización ha incidido en que el mayor número de niños que sufrieron olas de calor tenían su residencia en el sur de Asia. Por zonas, Asia meridional registró el mayor número de afectados con 213 millones. A esta le siguen Asia oriental y el Pacífico, con 129 millones; y África occidental y central, con 117 millones.
En concreto, los países más afectados fueron Andorra, San Marino y Albania, donde el 100% de los niños sufrieron las consecuencias del calor extremo; mientras que en Tailandia fue el 97,5%; en Camboya, el 97,2%; y en Siria, el 88,7%.
Sin embargo, por número de niños afectados, 170 millones de menores en India sufrieron las temperaturas extremas (el 39,5% del total de la población infantil); 38 millones lo hicieron en Bangladesh (el 71,5%); y 37 millones en Nigeria (33,7%). Por otro lado, el informe también recoge que el número medio de días de olas de calor en América Latina y el Caribe, y África Occidental y Central se duplicó con creces en comparación con los doce meses anteriores.
Desde «Save the Children» han asegurado que el auge del calor extremo está provocando un aumento de las hospitalizaciones infantiles y de la prevalencia de afecciones respiratorias en el mundo y un agravamiento de las desigualdades existentes y la inseguridad alimentaria. Además, ha indicado que afecta a la salud mental y al desarrollo general de la infancia. «Los niños y niñas de todo el mundo están sufriendo olas de calor más intensas y frecuentes como consecuencia de la crisis climática. No solo pone en grave peligro su salud física y mental, sino también sus derechos fundamentales, como el de la educación», ha explicado Andrés Conde, director general de la ONG.
Esta investigación fue publicada ayer, coincidiendo con otra noticia que convierte el panorama en poco alentador: las emisiones de metano crecen más deprisa que nunca. La tendencia «no puede continuar si queremos mantener un clima habitable», escribían los investigadores en un artículo enmarcado dentro del Global Carbon Project, una iniciativa presidida por el científico de la Universidad de Stanford, Rob Jackson, que rastrea las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo.
«Solo la Unión Europea y posiblemente Australia parecen haber disminuido las emisiones de metano provenientes de las actividades humanas en las últimas dos décadas», explica Marielle Saunois, autora principal del artículo. «Los mayores aumentos regionales se han producido en China y el sudeste asiático», añade.
En 2020, el año más reciente para el que se dispone de datos, casi 400 millones de toneladas, lo que equivale al 65% de las emisiones globales de metano, provinieron directamente de las actividades humanas. Nuestra atmósfera acumuló casi 42 millones de toneladas de este gas solo ese año.