El Estado Islámico presenta la yihad como un favor a sus víctimas para que alcancen "el más allá"
Los terroristas yihadistas, cuyas atrocidades sufren tantos seres humanos a diario sencillamente por ser considerados “infieles”, presentan su actividad criminal como una especie de camino hacia el paraíso, como si estuvieran haciendo un favor a sus víctimas que, por otra parte, prefieren seguir con vida a recibir las atenciones de estos fanáticos.
En la estrategia de justificar lo injustificable, el Estado Islámico (Daesh, Isis) acaba de publicar un panfleto, a través de su fundación Al Azaim, de la franquicia que opera en Afganistán y Pakistán (ISPK) en el que hace la siguiente definición de la yihad:
“El propósito de la Yihad es conquistar nuevas tierras y establecer el sistema de vida dado por Allah para que la justicia se establezca en la ley-economía-sociedad-costumbres de esa región, las personas vivan felices en este mundo y conozcan el camino de la felicidad en el Más Allá”. No parece que, por ejemplo, las víctimas del 11-S y sus familiares, atentados de los que hoy se cumplen 23 años, ni las del 11-S, en España, tengan esa impresión.
“Toda obra mundana es una obra religiosa, la obra del más allá. A diferencia del cristianismo, el Islam no reconoce la distinción entre el trabajo religioso y el trabajo mundano. La práctica privada, el aseo, el corte del pelo después de las relaciones conyugales, el vestido, la crianza de los hijos, los negocios, la justicia, la constitución, el gobierno, las guerras, todo trabajo que un hombre tiene que hacer es también un trabajo religioso”.
Si uno sigue los principios mostrados por Allah y el Mensajero, entonces comer se convierte en adoración, vestirse se convierte en adoración, dirigir el estado y la sociedad se convierte en adoración, y el trabajo del más allá es el trabajo de la religión. A éstos también se les recompensa a ellos, se acercan a Alá y se les espera una gran recompensa después de la muerte. La elevación se alcanza en el establecimiento de reglas mundanas”. Bellas palabras si no vinieran de los teóricos de la banda terrorista que se dedica a asesinar y destruir allí donde se le presenta la ocasión.
“El lujo desenfrenado hace que las personas sean inhumanas. Más lujo conduce a la extravagancia, que allana el camino para la opresión y el pecado”, subrayan. "Un musulmán no puede tomar su religión (reglas de conducta) de Occidente. No puede vivir de acuerdo con los estándares occidentales del bien y el mal. Especialmente la sociedad occidental impulsada por el capitalismo posterior a la Segunda Guerra Mundial y la ciencia influenciada por la sociedad occidental son completamente antinaturales”, critican.
“El cristianismo ha hecho del matrimonio y la cohabitación un obstáculo para la espiritualidad. Aquellos que deseen alcanzar la elevación espiritual deben abstenerse del matrimonio. Todavía hoy, los padres y las monjas de la Iglesia observan el voto de virginidad”, señalan. “En el Islam, por otro lado, el matrimonio cumple la mitad de la elevación espiritual”.
Concluyen con otra afirmación tajante: “El Islam es una forma de vida autosuficiente. Contiene instrucciones para anticipar y resolver problemas en todas las áreas de la vida. Todas las áreas de la vida que las personas tienen que enfrentar. En cada uno de esos pasos, personal, físico, mental, familiar, socioeconómico, legal y gubernamental, el Islam muestra el camino para evitar el problema”. Terroristas dixit.