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Federer no verá llorar a Rafa Nadal en su santuario

Se juntan emociones, recuerdos y perspectivas de futuro en el imponente Uber Arena de Berlín, que acoge desde este viernes el torneo con formato fotocopiado del golf en la Ryder Cup. Es la Laver Cup , un duelo entre los mejores tenistas de Europa contra el resto del mundo, en un refrescante empeño del tenis por descifrar si es mejor el viejo continente o las estrellas llegadas de tan lejos, Latinoamérica, Oceanía o Norteamérica. Es, en la retrospectiva de las imágenes, el certamen en el que se retiró Roger Federer, jugó su último partido de la mano de Rafa Nadal en un partido de dobles y ambos lloraron a lágrima tendida disfrutando juntos el momento. Estructuralmente la Laver Cup es una competición exclusiva que cada año enfrenta en un lugar del planeta a los seis mejores tenistas de Europa (este año Carlos Alcaraz, Medvedev, Dimitrov, Ruud, Tsitsipas y Zverev) con los seis oponentes del resto (los estadounidenses Fritz, Tiafoe, Shelton, el argentino Cerúndulo, el chileno Tabilo y el australiano Kokkinakis) en una mezcla de partidos individuales y dobles, que gana el grupo que primero suma 13 puntos. Los equipos obtienen puntos por cada victoria en función del día: los encuentros del viernes valen un punto, los del sábado, dos, y los del domingo, tres. En caso de igualada después de los 12 partidos , se disputa un dobles como desempate. Son seis ediciones de la idea gestada por la empresa creada por Roger Federer en 2013, Team 8, junto a tres socios y que se dedica al deporte y el entretenimiento enfocado a la gestión de atletas icónicos, consultoría con marcas globales y creación y gestión de eventos de primer nivel. Federer es la cabeza visible y el primer protagonista del recuerdo. El suizo vencedor de 20 Grand Slam eligió su torneo para despedirse del tenis hace dos temporadas en un día de ensueño, que tal vez Nadal no pueda imaginar por su calvario con las lesiones. Federer jugó su último partido con su íntimo enemigo en las pistas y amigo fuera de ellas, la pareja perdió el duelo aunque eso sea lo de menos, y para la memoria colectiva de cualquier aficionado, sea seguidor o no del tenis, incluso del deporte, fue esa imagen para la eternidad de Nadal y Federer agarrados de la mano, vestidos de azul y sentados en una silla llorando y celebrando el momento emotivo. Un pasaje contagioso que dio la vuelta al mundo, el discurso del tenista suizo junto a su familia en agradecimiento al tenis y en mención especial para Nadal. El balear había anunciado su reingreso a las pistas en este torneo tan señalado, pero una vez más se ha caído del cartel. «Tenía muchas esperanzas de que de alguna manera jugara un partido, pero nos dijo que prefería no hacerlo, que no puede y no se siente preparado», contó Federer en una entrevista con la revista Mopo. Federer no llorará y tampoco verá hacerlo a Nadal. El tenista español, sobre quien se especuló que podría haber elegido la Laver Cup para despedirse, aseguró hace unos días en «El Hormiguero» que no quería que le preguntasen en cada rueda de prensa por la retirada porque «al final me acabo creyendo yo que me tengo que retirar». Federer considera que «Rafa tiene que decidir qué hacer a continuación y creo que ese es el momento por el que está pasando ahora mismo. Lo ha hecho todo por este deporte. Sería fenomenal que pudiera aguantar una temporada más, pero sólo el propio Rafa puede responder a esa pregunta». Mientras Rafael Nadal (38 años) se lo piensa, Carlos Alcaraz (21) debuta en el equipo que será dirigido por Bjorn Borg (John McEnroe en el conjunto adversario para más morbo de nostálgicos). «Lo que te convierte en leyenda del tenis es lo que aportas al deporte y cómo intentas llevar el tenis a lo más alto, que se escuche en todos los rincones del mundo», reflexionó el murciano.

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