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José Coronado: «Haría hasta de Hitler si ello conlleva una enseñanza para el espectador»

[[LINK:TAG|||tag|||63361b921e757a32c790c7b9|||Pepe Coronado]] está de dulce. A su segundo [[LINK:TAG|||tag|||6336131e1e757a32c790b8e4|||Goya,]] obtenido meses atrás por su papel en la película [[LINK:INTERNO|||Article|||65170df3414ab0e41c6c6333|||«Cerrar los ojos»]], suma el estreno de la 4ª temporada de [[LINK:INTERNO|||Article|||66cdf387a89fb0e4b01288bc|||«Entrevías»]], su participación en la película estadounidense «What about love», y un notable desempeño en la piel de Jota en «Puntos suspensivos», el thriller psicológico dirigido por David Marqués, que llega hoy al cine. Asegura haber bajado el ritmo de trabajo, pero seguir ilusionado con su oficio, labor en la que nunca se ha sentido encasillado: ni como tipo duro ni como galán. Aunque, confiesa, ser guapo le ayudó al comienzo de su carrera actoral.

En esta redonda película de intriga y asesinatos, metanarrativa, Coronado, que interpreta a un ambicioso editor que mata moscas con el rabo, mantiene un frenético y hasta cómico pulso con el escritor Leo (encarnado por Diego Peretti); a ambos les separa una disyuntiva: ¿el dinero o la fama?

Dice que el espectador debe llegar virgen a «Puntos suspensivos». ¿Teme que los picados del género negro se adelanten a los giros argumentales?

Una de las claves de la película es que es un thriller psicológico en el que nuestras armas son la palabra y la inteligencia, e involucramos al espectador a que viaje con nosotros. Es un rompecabezas que ponemos en la pantalla, no sé si el espectador aficionado a las novelas de suspense puede de pronto pillarnos algún giro. Creo que el guion es brillante, que es absolutamente novedoso, aunque bebe de clásicos como Hitchcock, Chicho Ibáñez Serrador o Alfonso Paso, o de literatura como la de Agatha Christie.

¿Es una película para un espectador activo?

Sí, pero no se obliga a nadie a participar, pero creo que lo conseguimos. Tenemos una buena historia, una buena dirección y unas buenas interpretaciones: y eso es lo que hace que te enganche y que quieras implicarte.

Cuando en una película todos los personajes son unos cabrones y te es difícil empatizar con ellos, ¿a qué te agarras?

Al sentido del humor. A los personajes no los ves venir: al principio son dos personas normales. El pastel se va descubriendo poco a poco. Se agarra a la verdad y a la simpatía de los personajes. Y, sobre todo, estás viendo una película de crímenes, y aun así sonríes. Empatizas quizás más con la historia que con los personajes.

¿Cómo definiría a su personaje, Jota?

Es un tipo muy seguro de sí mismo, muy egocéntrico, se aburre mucho en la vida: es un pobre niño rico como él dice. Lo que le gusta es sobrepasar o transgredir las normas establecidas. Es un tipo inteligente y bastante perverso. Y que lo que le gusta es jugar, jugar con la gente.

No sé si el caso [[LINK:TAG|||tag|||66e0859923c4d165400bc2fd|||Carmen Mola]] puede haber inspirado el guion.

Ahí anda el juego. Yo creo que sí. Pero hasta ahí puedo leer.

«Lo que te convierte en asesino no es el hecho de matar sino que los demás lo sepan».

Por desgracia, en el postureo que vivimos hoy, que también es una de las frases que a mí más me gusta de la película es «qué prefieres: ¿una mierda de obra que sea un éxito o una obra de arte que no la vea ni dios?» Ahí es donde está la cuestión, y ahí es donde se tiene que posicionar cada espectador: qué prefiere uno, ser reconocido o ser talentoso.

¿Está en el mejor momento de su carrera?

Llevo bastante tiempo sin dejar de trabajar y no sé si es el mejor momento; desde luego es cuando más estoy disfrutando porque según vas creciendo, vas aprendiendo más y gozando más de tus personajes.

Lleva una temporada haciendo de malo o de tipo duro, en su día le tocó hacer de galán...

Nunca le he tenido miedo a encasillamientos de ningún tipo, porque aparte un papel me llevaba a otro. Empecé como galán porque no tenía otra cosa, no tenía oficio; luego fui aprendiendo y pasé a ser el tipo duro del cine español. Pero luego quise hacer comedia e hice comedia, y también quise subir al escenario y recitar, y lo hice. He tenido la suerte de meterme en muchos personajes distintos, que me han enriquecido profesionalmente y me han hecho llegar donde estoy.

¿Ser guapo en su oficio puede llegar a resultar un hándicap?

No lo sé ahora mismo porque los tiempos han cambiado mucho. Cuando yo empecé era una ventaja. Más que nada porque tampoco tenía otra cosa que ofrecer; porque llegué con 30 años a la profesión, sin saber nada, ni quién era Stanislavski. Entonces, al principio esa presencia y esa voz me pudo ayudar; luego es verdad que durante unos años se convirtió en una pequeña losa porque no tenía otras cosas que ofrecer. Al tiempo, la galanura se convierte en un complemento positivo del actor.

¿Habría algún personaje que no interpretaría?

Cualquier personaje que sea amoral y que sea gratuito; si estás haciendo un personaje que es un hijo de puta, pero al final esto tiene una enseñanza para el espectador, pues fantástico. Como si tienes que interpretar a Hitler.

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