Sumar rehúye hablar sobre el "relevo" de Díaz al frente del partido
Sumar comienza el curso político enfrentándose al gran reto de pensar cómo quiere estructurarse para culminar su catarsis tras los batacazos electorales a los que tuvo que hacer frente en el primer semestre del año, al poco de su presentación como partido. La cuenta atrás para este proceso ha comenzado y serán los próximos 14 y 15 de diciembre cuando, en teoría, el partido realice su puesta a punto en la que se espera una renovación de liderazgo.
Uno de los grandes desafíos que tiene el partido a día de hoy, en lo político, es encontrar el sustituto idóneo tras la dimisión en julio de la vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz como coordinadora general de Sumar, a causa de los malos resultados electorales en las elecciones europeas. Es, ahora mismo, el gran «elefante» en la habitación, el designar al «sucesor» o «sucesora» de Díaz en lo orgánico, a la vez que compagina ese futuro liderazgo con el que va a seguir ejerciendo Yolanda Díaz a nivel institucional, como máxima representante de Sumar en el Gobierno de coalición, es decir, como representante de Sumar y máxima interlocutora con el PSOE en Moncloa. En la formación nadie pone en cuestión el liderazgo de la vicepresidenta y, es más, fuentes de Sumar inciden en que sigue siendo «el máximo activo electoral» en la izquierda alternativa.
Sin embargo, es, ahora mismo, el asunto sobre el que menos explicaciones dan en la formación. Sobre quién o cómo será el proceso para culminar el cambio de liderazgo en la formación. Su renuncia expresa a ostentar el liderazgo de Sumar como partido, obliga a una modificación de la ponencia organizativa que el partido aprobó en abril donde quedaba reflejado que el puesto de coordinador general –del que Díaz dimitió– sería el «máximo representante de Sumar tanto a nivel político como institucional». Este es uno de los puntos que el partido deberá reformular para que Díaz siga siendo la máxima representante a nivel institucional, sin contradicción con el nombramiento de un nuevo coordinador general.
En la formación explican que no es el momento de abordar este debate puesto que todavía no se ha presentado el documento organizativo. Ayer, la secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández, anunció que el grupo coordinador había designado un grupo coordinado por el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, que será quien trabajará en actualizar el documento político y otro coordinado por ella misma que hará lo propio con el documento organizativo. «Tenemos que completar en la asamblea cuál es el mejor modelo de organización y para ese debate debe haber un documento encima de la mesa y, para eso, aún es pronto», explicó Lara Hernández a la prensa. En el partido dilatan ese debate que, si reconocen en privado que ya está teniendo lugar. El objeto, aseguran, es centrarse en lo que «importa» a la gente, y no en debates orgánicos que no interesan –defienden– a la ciudadanía. La prioridad de Sumar, según recalcó la dirigente, es hablar de asuntos como la vivienda, la reducción de la jornada laboral o la ampliación de los permisos retribuidos por cuidados. «Así nos va mejor y, sobre todo, le va mejor al país», dijo la secretaria de Organización, quien puso énfasis en que Sumar está «funcionando» a nivel institucional tanto en el Gobierno como en el Congreso. «Nos toca debatir sobre los problemas de la gente y no de nosotras mismas», insistió la dirigente de Sumar, distanciándose así sobre el debate de fondo de quién o quiénes serán los representantes a nivel político de Sumar.
En el partido buscan ahora un foco mediático en medio de una legislatura parada por los congresos de los independentistas y de los que dependerá el futuro de la legislatura. En medio de esta parálisis, el partido exhibe músculo con los asuntos que ocupan hoy la agenda política y mediática. La reducción de la jornada laboral –de la que el PP también hace bandera– o la problemática de la Vivienda, que es, a su vez, un choque dentro del Gobierno de coalición.
Fuentes de la formación inciden en que el «liderazgo de Díaz no está en cuestión» y apuntan a la posibilidad de que se establezca un liderazgo rotatorio o colectivo. Estos serían los modelos que estarían en estos momentos a discusión, aunque otras fuentes explican que, de momento, «no hay nada cerrado». Tampoco hay un calendario de trabajo cerrado sobre el desarrollo de la asamblea ni fórmula de votación sobre los documentos que se van a actualizar –el político y el organizativo–. «Es pronto», inciden.
En el congreso de Sumar ya no tendrá validez la integración de los partidos aliados que los de Díaz idearon en un primer momento, bajo la premisa de incluir a las formaciones que apoyan a Sumar en su dirección con una cuota exigua de poder de representación. Fuentes de Sumar explican que ya está descartada esta vía y fijan como prioridad su definición como partido y dejar para más adelante el debate sobre las alianzas electorales. Un asunto sobre el que el pasado fin de semana ya comenzó a dibujarse en la fiesta anual del PCE, en la que Sumar por primera vez aceptó tomar medidas democráticas en lo orgánico bajo la premisa de «una persona un voto», reclamación por parte de sus socios.
Por último, a la vez que Sumar culmina su fundación, Más Madrid hará lo propio, el mismo fin de semana, con el objetivo de actualizar sus postulados políticos.