Macaco (artista): “En el caso de algunas personas con alzhéimer, la música es pura medicina”
La música tiene una capacidad única para evocar recuerdos y emociones positivas en los pacientes de alzhéimer. No solo ayuda a estimular la memoria, también reduce la ansiedad y la depresión. Esta es la vía que ha elegido el artista Macaco para conectar con su madre. Y es que, María Teresa Heras, reconocida actriz de doblaje, cantante y pianista que ha puesto voz a las canciones de Julie Andrews durante toda su carrera y a Audrey Hepburn en ‘My Fair Lady’, convive con el alzhéimer desde hace dos años. Según Macaco, “una canción siempre hará que la memoria cante”.
El alzhéimer es una enfermedad devastadora. ¿Cómo te ha impactado y en qué momento de tu vida te encontrabas cuando llegó el diagnóstico?
Yo he tenido siempre una conexión muy fuerte con mi madre. Más allá de que sea mi madre, es una mujer a la que siempre he admirado. Y he estado siempre muy cerca de ella. Por ello, el diagnóstico de su enfermedad ha tenido un impacto muy fuerte en mí. Es evidente que una parte de ella ya no está, por lo que tienes que aprender a comunicarte de otra manera. Esto es algo que reflejo en la canción cuando digo ‘mi niña, tú siempre serás mi madre’, porque ahora es un momento en el que se cambian un poco los papeles, yo tengo que ser el que cuida y mima. Al final, esta es una enfermedad que mueve todos los cimientos y estructuras familiares, pero hay que buscarle el lado que saque la sonrisa, darle la vuelta a la situación con mucho amor. Precisamente, en esta canción he querido buscar el lado bonito de todo lo que he vivido. Porque el diagnóstico de mi madre me ha pillado en un momento de muchos cambios. Y es que, también he vivido el fallecimiento de mi tía, mi otra madre. Todo ello me ha provocado una huella interior.
¿Qué obstáculos te has encontrado durante estos años como familiar?El primero es que es una enfermedad que está en continua investigación. Te reúnes con neurólogos que te dicen cosas y te ayudan a entender la situación, pero no hay una cura. También me gustaría que hubiera más acceso a conocimiento sobre cómo podemos prevenir esta enfermedad. Por ejemplo, la importancia que tiene el ejercicio físico y la salud general en esto, como la relación entre el intestino y el cerebro. En cuanto al obstáculo más grande, en el caso de mi madre, tengo sentimientos encontrados por no poder estar constantemente con ella cuidándola, por el tipo de vida que tenemos. Al final ella está cuidada en una residencia y es importante destacar lo importante que son estos espacios.
¿Qué cuestiones crees que deberían resolverse para que las personas con alzhéimer tengan mejor calidad de vida?Lo más importante es la investigación, pero también que existan más campaña para la promoción y prevención de la enfermedad y más ayudas para que reciban cuidados óptimos: más profesionales que puedan atenderles, ayudas públicas para que puedan acceder a terapias...
¿Por qué decidiste convertir esta experiencia tan personal en música?
Sentí que podía ser un bonito homenaje para los pacientes y un impulso para que otros familiares se animaran a buscar esos lugares mágicos, esos cajoncitos escondidos en el interior de los pacientes con alzhéimer. Porque siento que hay un lugar mágico en nuestro interior donde se conservan los recuerdos que van unidos a emociones. En el caso de mi madre es la música. En otras personas puede ser diferente, pero lo tienen.
¿Qué experiencia podrías contar de la relación de música y alzhéimer en tu caso?La música es terapia, embriaga, te lleva al pasado y al futuro, es una máquina del tiempo y, en el caso de mi madre, es pura medicina. Porque ella grabó discos de música Yeye, películas como My Fair Lady… También era pianista. Por lo que, con la música, de repente, apareció este puente de conexión súper potente entre nosotros. De hecho, la canción la compuse inspirada en mi madre después de estas experiencias en las que ella no se acordaba de lo que le acababa de contar hace 10 segundos, pero sí de las canciones que han formado parte de su vida. Si me pongo a cantar, ella canta y recuerda perfectamente toda la letra. Esto demuestra que hay cajones que te ayudan a sacar a la luz esos recuerdos. En definitiva, la música es sanadora, es medicina.
Al final de la canción, podemos escuchar unas palabras de tu madre muy emotivas. ¿Por qué quisiste terminar el tema con ellas?Era casi obligado terminar el tema con ella. En esta frase final, habla de ese pasado, del viaje de la vida… y decidimos ponerlo porque sentimos que era "el cierre" para este pequeño cortometraje sonoro.
¿Qué mensaje te gustaría enviar a las familias que están pasando por algo similar con sus seres queridos?El mensaje para todos los familiares es que no se olviden de los pacientes, que están todavía aquí. Si tienen que estar en una residencia, les animo a que busquen lo mejor dentro de sus posibilidades porque es cierto que tiene un alto impacto económico. También que vayan a verles todo lo que puedan, que conecten, que busquen en esos cajones de recuerdos mágicos y que los abracen, mimen y les den muchos besos, pura medicina. No soy de dar consejos, pero sí de compartir experiencias.
¿Tienes algún plan para seguir involucrado en la causa más allá de esta canción?Quiero seguir trabajando y colaborando con la Fundación Alzheimer España (FAE) que hace un trabajo magnífico para visibilizar esta realidad. Además, tengo otra idea artística que tiene que ver con este proyecto. Para todo lo que necesiten desde la FAE, ahí estaré.