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Las eternas ausencias del Nobel de Literatura

Este jueves 10 de octubre, la Academia Sueca anunciará uno de los premios más esperados del año: el [[LINK:TAG|||tag|||6336154159a61a391e0a0ec0|||Nobel de Literatura]]. El prestigioso galardón, que se concedió por primera vez en 1901, viene valorando históricamente a los escritores más esenciales del mundo, con cierta afición asimismo a la hora de premiar, y por tanto dar a conocer, a autores menos conocidos. Para la edición de 2024, las quinielas y expertos ya barajan diferentes nombres con altas posibilidades de hacerse con el Nobel. Destacan, entre ellos, la escritora china Can Xue, pues reúne varios requisitos que se adecúan a la tendencia de las anteriores selecciones de la Academia: es una autora no europea, así como respondería a, además de una alternancia de procedencias, también de géneros, pues en 2023 el ganador fue el noruego Jon Fosse. También se alza como fijo en las quinielas Haruki Murakami, así como se alzan como favoritos Salman Rushdie, Mircea Cartarescu, Laszlo Krasznahorkai, Gerald Murnane, Margaret Atwood, Anne Carson o César Aira.

De Condé a Kundera

No obstante, el Nobel de Literatura suele ser en la mayoría de los casos una sorpresa inesperada hasta para los estudiosos. No son pocas las ocasiones en las que han sido premiados autores que no aparecían como favoritos, o cuya obra es menos popular que la de otros nombres. Así como son varios los creadores literarios que han fallecido sin haber alcanzado el Nobel en sus carreras, pese a haber sido señalados como férreos candidatos. Este galardón está, por tanto, repleto de eternas ausencias, siendo larga la lista de escritores o escritoras que se han ido llevándose consigo un reconocimiento simbólico. Sin ir más lejos, el caso más reciente de un creador favorito y fallecido fue Maryse Condé. La autora guadalupeña fallecía el pasado dos de abril a los 90 años, dejando como legado literario una teintena de novelas con África, la esclavitud, el colonialismo y el post colonialismo como principales temáticas. Sí es cierto que Condé obtuvo en 2018 el conocido como Nobel de Literatura alternativo, ideado por un grupo de escritores, bibliotecarios y artistas suecos para llenar este tipo de vacíos que deja el premio oficial.

Algo parecido ocurrió con Milan Kundera: el ensayista, dramaturgo y poeta falleció el 11 de julio de 2023, pasando a ser una de los grandes olvidos por parte de la Academia Sueca. El autor de "La insoportable levedad del ser" fue, para muchos autores, un permanente candidato al galardón que nunca obtuvo, dejando un excepcional legado literario basado en la mezcla de ideologías colectivas con el más puro existencialismo.

De Tólstoi a Borges

Ya desde la primera edición del premio comenzaron a echarse de menos ciertos nombres: el ruso León Tólstoi se quedó fuera del galardón, siendo concedido por el que era el otro finalista, el francés Sully Prudhomme. El autor de "Ana Karenina" y "Guerra y paz" estuvo a punto, pero nunca llegó a hacerse con este reconocimiento, siendo el primero en entrar en una lista de ausencias a la que, con el tiempo, se fueron sumando pesos pesados de la literatura como Rubén Darío, Franz Kafka, Paul Valéry, Benito Pérez Galdós, Marcel Proust o Émile Zola.

Uno de los nombres que más resuenan entre los críticos literarios como gran ausencia del Nobel de Literatura es Jorge Luis Borges. El autor de "El Aleph", que trascendió como uno de los pilares de la narrativa latinoamericana, se señala como una de las grandes omisiones de la Academia. De hecho, un documento revelaría años después de su muerte que el presidente del Comité del premio de entonces, Anders Osterling, rechazó a Borges por "ser demasiado exclusivo o artificial en su ingenioso arte en miniatura".

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