Los guardias civiles en prácticas comenzarán a patrullar sin chalecos antibala de su talla y sin la equipación completa
Los nuevos guardias civiles en prácticas sólo contarán con un compañero profesional cuando salgan a la calle y no con dos, como sería lo lógico para alguien que aún se encuentra en periodo de aprendizaje. No es todo. Antes de incorporarse a sus destinos, los guardias civiles en prácticas "han sido obligados a devolver el anorak de abrigo que utilizaron durante su formación, el cual había sido usado previamente por la 128ª promoción, y que será reciclado de nuevo para la siguiente".
Así la Asociación Profesional de la Guardia Civil (JUCIL) y su secretario de Comunicación, Agustín Leal, quien señala que "es inaceptable que los nuevos guardias usen ropa de segunda mano, algo que no debería permitirse en un cuerpo de seguridad con tanta responsabilidad".
Por otra parte, desde la asociación señalan que, a pesar de la presentación mediática que en estos días harán muchos de los subdelegados del Gobierno en España, en la que se presentará la llegada de estos nuevos compañeros en prácticas como un refuerzo para solucionar los problemas de falta de personal en la Guardia Civil, la realidad es muy distinta. "La manera en la que se produce esta incorporación, muestra el abandono que sufrimos los guardias civiles por parte de la Administración", denuncian.
"Hemos visto que, durante buena parte de su formación, muchos de estos agentes tuvieron que estar sin uniforme, utilizando ropa de paisano e incluso, en el mejor de los casos, fueron provistos de un chándal y tres camisetas para pasar una semana completa de trabajo. Esta situación es humillante y muestra una preocupante falta de previsión por parte de las autoridades competentes", añade el representante de JUCIL.
Falta de chalecos antibalas
A juicio de Agustín Leal, estos guardias en prácticas están aprendiendo, por lo que no pueden ser considerados profesionales plenamente cualificados. Y es por este motivo, por lo que "enviar a un guardia en formación a patrullar con un solo compañero es insuficiente. Lo correcto sería que estuvieran acompañados por dos guardias experimentados, quienes puedan darles el apoyo y formación continua que necesitan en estas etapas iniciales", matiza.
Y a esto hay que añadir que algunos de estos guardias civiles han recibido chalecos antibalas que no se ajustan a su talla, una circunstancia que agrava la situación. "Un chaleco antibala mal ajustado es un chaleco que no ofrece una protección adecuada. Por ejemplo, si es demasiado grande, es posible que dificulte el uso del arma o de la defensa extensible y esto pone en peligro a nuestros compañeros en prácticas", explica.
Por ello, Leal insiste en que es fundamental que los guardias, incluso durante el periodo de sus prácticas, dispongan de un equipo que les garantice total seguridad. "La sociedad española no debe permitir que se juegue con la seguridad de quienes están formándose para protegernos. Por ese motivo, exigimos de la Administración soluciones inmediatas para corregir esos errores", concluye el secretario de Comunicación de JUCIL.