Efecto Osborne: qué es y cómo afecta a nuestras compras

Comprar un coche, una consola o un móvil nuevo conlleva ciertos riesgos económicos que debemos valorar antes de lanzarnos a la aventura, aunque no son los únicos a tener en cuenta. Si por algo se caracteriza la tecnología es porque cada vez avanza más rápido, lo que provoca cierta incertidumbre en los consumidores, un fenómeno conocido como el efecto Osborne, que se define como una caída de las ventas en la oferta actual que está provocada por la expectativa de un próximo modelo más avanzado y con mejores prestaciones, explican desde el blog de CaixaBank.

Al hablar de mercados, el del automóvil parece ser uno de los más afectados por el efecto Osborne, ya que aunque la venta de vehículos nuevos se está recuperando poco a poco, todavía está muy por debajo de los datos prepandemia. Obviamente no es el único factor que está influyendo, otros elementos como la evolución de los precios de los modelos o las restricciones regulatorias también están contribuyendo a esta bajada.

Actualmente, la antigüedad media de un vehículo supera ya los 14 años en nuestro país, un comportamiento que, según los fabricantes de vehículos, puede deberse a que los consumidores retrasan la compra de un vehículo nuevo porque están a la espera de nuevos avances relacionados, por ejemplo, con las baterías de los vehículos eléctricos o respecto a la implantación de un mayor número de infraestructuras de recarga.

Otro “escenario tradicional” del efecto Osborne es el mercado de las consolas para videojuegos. Es casi inminente: se anuncia un nuevo modelo, caen las ventas de la última versión disponible en ese momento. Así ocurrió con la transición de la PlayStation 4 a la PlayStation 5, ni siquiera abaratar la versión que saldría del mercado logró evitar el desplome de sus ventas.

¿De dónde viene este fenómeno?

El ya conocido efecto Osborne debe su nombre a la Osborne Computer Corporation, una empresa que comercializaba productos informáticos en los años 80 del siglo pasado, explican desde el blog de CaixaBank.

Parece ser que la compañía anunció demasiado temprano el lanzamiento de un nuevo modelo de ordenador portátil que mejoraría las capacidades de los que se comercializaban en aquel entonces, lo que provocó un hundimiento en las ventas de su gama actual, pues los consumidores prefirieron retrasar su compra hasta que estuviera disponible el nuevo modelo, lo que propició la bancarrota de la empresa.

Sin embargo, algunos autores ponen en duda la veracidad de esta historia, ya que ese supuesto descenso de ventas se habría recuperado con la entrada del nuevo ordenador en el mercado, por lo que la bancarrota vendría en realidad por otros motivos, especialmente relacionados con problemas de fabricación o cuestiones internas.