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Sumar tratará de recuperar el rumbo tras el "caso Errejón" con la negociación de los Presupuestos

Sumar tratará de pasar página pronto del «caso Errejón» y para ello busca centrarse en la acción gubernamental. Si bien la devastadora DANA ha cambiado todos los focos políticos y mediáticos, en la interna, el partido seguirá a pasos forzados tratando su recomposición tanto dentro del espacio de la izquierda alternativa como de cara a la recuperación de la fortaleza dentro del Gobierno de coalición.

En un momento en el que todo Sumar todavía sigue en «shock» y trata de mostrar unidad para salir adelante de la «bomba nuclear» que reconocen que ha supuesto conocer las acusaciones contra el que es su exportavoz, el partido sabe que la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y conseguir finalmente un acuerdo para reducir la jornada laboral, son las piedras angulares que pueden hacer que se mantengan vivos durante la legislatura.

Así, el primer movimiento se produjo el pasado miércoles, cuando Sumar avisó al PSOE de su malestar por la reforma fiscal pactada con Junts y el PNV que no incluye el impuesto a los beneficios extraordinarios de las eléctricas en el proyecto de ley para reformar el tributo de sociedades, como reclamaba Sumar y como también consta en el acuerdo de coalición firmado por el PSOE y Sumar. El partido minoritario en la coalición llevará su órdago contra los socialistas hasta el final y, de hecho, ha registrado enmiendas al proyecto de ley junto al resto de socios de Gobierno en el Congreso. La formación de Yolanda Díaz buscará forzar al Ejecutivo e incluso votará en contra del PSOE para que éstos se rechacen, al encontrar soledad entre los socios del Gobierno para llevar adelante sus planes. En el entorno de Díaz son conscientes de su necesidad de mantener ahora todas sus líneas rojas de cara a la negociación presupuestaria, puesto que es en esta negociación donde puede Díaz volver a recuperar un espacio central, sobre todo si consigue arrancar al PSOE medidas para intervenir el mercado del alquiler o en materia de conciliación, junto a la reforma fiscal.

En el partido quieren aprovechar también la última hora de la negociación de la reducción de la jornada laboral y esperan con ansia un acuerdo con las empresas para poner el lazo final a la medida estrella de la vicepresidenta segunda del Gobierno. De hecho, fuentes del partido explican que si hay acuerdo, el fin de semana del 14 de diciembre –el que estaba destinado a la celebración de la asamblea de Sumar– prepararán un «acto político» para celebrar la medida. A la vez, puede entenderse como un acto para brindar unidad en medio de la crisis que atraviesa Sumar.

A la vez, la formación de Yolanda Díaz se enfrenta al reto interno de recomponerse como partido. La crisis generada por el «caso Errejón» ha dejado noqueado al espacio, pero, a su vez, los aliados que arropan a Sumar en el Congreso –IU o Compromís– ven el momento como una «oportunidad» para reorganizar las cuotas de poder dentro del grupo parlamentario, que sería, en detrimento de Movimiento Sumar. De hecho, en la alianza ya hablan sin tapujos de dejar atrás las siglas de Sumar de cara a unas nuevas elecciones generales. Y es que, Movimiento Sumar se enfrentaba –antes de que salieran a la luz las informaciones sobre Errejón– a su propia reconstrucción tras los sucesivos batacazos en las urnas en el primer semestre del año. La formación de Díaz había admitido la necesidad de repensar el espacio político que hasta entonces lideraba y a asumir las reclamaciones del resto de partidos: horizontalidad y participación en la toma de decisiones a través de fórmulas democráticas.

Esta semana continuarán las negociaciones para convencer a las diputadas Aina Vidal o Verónica Martínez Barbero de que asuman el mando de la portavocía en el Congreso como relevo a Errejón. De momento, la prudencia es máxima ante las reticencias de estas a asumir esta responsabilidad.

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