El Banco de España avisa: "España es uno de los países desarrollados con mayor vulnerabilidad en sus finanzas públicas"
El Banco de España alerta de la evolución desigual de las "vulnerabilidades económicas" y de los "riesgos identificados" en la economía española. Así los constata en su último Informe de Estabilidad Financiera, en el que confirma que el crecimiento mantuvo en el primer semestre del año un "elevado grado de dinamismo", con un crecimiento que estuvo "claramente por encima" del observado en el conjunto del área del euro, recuperando los niveles de PIB previos a la pandemia, aunque la española ha sido la última gran economía europea en hacerlo.
La información disponible por el regulador en el tercer trimestre apunta ya a que el ritmo de expansión de la actividad ha empezado a moderarse con respecto al registrado en el primer semestre del año. En este contexto, el supervisor avisa de que la actual composición del crecimiento económico en España -basado en el mantenimiento del gasto, la demanda externa de servicios, el consumo público y, sobre todo, el turismo- provocará "vulnerabilidades" en la economía, "incluso si se consolida la actual senda expansiva y se disipan los riesgos a corto plazo sobre la actividad".
Por eso reclama que es "estrictamente necesario" que se cumpla el plan de consolidación fiscal recientemente anunciado, junto con determinadas reformas estructurales, y que se ejecute con "diligencia y rigor" para corregir vulnerabilidades y "perturbaciones adversas" y minimizar su impacto en la actividad económica. Según apunta, el cumplimiento de las nuevas reglas fiscales puede suponer "cierto freno" al crecimiento en los próximos años, pero existen "elementos mitigadores" de estos riesgos sobre la actividad, como una política monetaria menos restrictiva, la elevada tasa de ahorro de los hogares y el impacto positivo de los fondos europeos, que "pueden constituir palancas de apoyo para el consumo y la inversión".
Pero el Banco de España muestra serias dudas sobre las citadas vulnerabilidades de la economía y del sistema financiero español que incluyen, en primer lugar, el "elevado nivel del endeudamiento público", provocado por un déficit que, en términos acumulados de 12 meses, se habría situado en el 3,3% en junio -tres décimas alejado del tope autorizado por la reglas fiscales impuestas por Bruselas-, mientras que la deuda pública sobre PIB se redujo 3,5 puntos en términos interanuales, fundamentalmente por el aumento del PIB nominal, y se situó en el 105,3% en el segundo trimestre.
En segundo lugar, el informe destaca la debilidad financiera de empresas y hogares. En el caso de las empresas, la deuda consolidada presentó un incremento interanual del 1,3% hasta junio de 2024. Este endeudamiento se situó en el 65% del PIB, 3,6 puntos menos que 12 meses antes, el valor más bajo registrado desde septiembre de 2002. Por su parte, las familias tienen una ratio de carga financiera del 2,9%, con un incremento interanual de medio punto, el valor más elevado desde 2014.
Otra de las razones por las que duda el Banco de España es porque pese a que el coste medio de la nueva financiación captada por el Tesoro español se ha reducido, la carga por intereses "continuará elevando el gasto público en los próximos años". En concreto, estima que el coste medio de la deuda viva de las Administraciones Públicas pasará del 2,3% en 2023 al 2,6% en 2026. La carga por intereses en porcentaje del PIB se elevaría desde el 2,5% al 2,7% en esas mismas fechas. No obstante, en un contexto de deuda elevada, "un comportamiento al alza de los tipos de interés de emisión tendría un impacto adicional negativo en las cuentas públicas".
En este contexto, el regulador sentencia que "España continúa situándose en el grupo de países desarrollados que muestran una situación de vulnerabilidad en sus finanzas públicas", porque "en ausencia de nuevas medidas de ajuste de ingresos y gastos, las reducciones de las ratios de déficit y deuda pública tenderían a agotarse en los próximos años".
Asimismo, sigue creando sombras para el futuro por la debilidad en la capacidad de intermediación del sector financiero -marcado por el endurecimiento de las condiciones de préstamo y por la evolución negativa del mercado inmobiliario-, con descensos interanuales de dos dígitos de los volúmenes de compraventas y de nuevas hipotecas, a lo que hay que sumar los problemas en el acceso al alquiler.
Respecto al crédito, en el caso de los hogares, el informe destaca la menor caída interanual del destinado a la adquisición de vivienda y un aumento significativo del crédito de consumo. Así, se redujo en un 0,7% interanual en junio de 2024 y 1,6 puntos menor que en diciembre de 2023, contrastando el descenso del crédito para adquisición de vivienda (-1,4% interanual) y con el crecimiento del resto de préstamos a hogares (2,1%), especialmente del consumo (5,7%, frente al 2,1% de diciembre de 2023). En las empresas se observa un cierto aumento del flujo de operaciones de modificación de condiciones. Hasta junio, estas operaciones con respecto al saldo de la cartera en junio de 2023 fue del 10,9%, frente a 10,3% en diciembre de 2023, con una ratio de préstamos en vigilancia especial de apenas una décima.