Sánchez sostiene a Mazón para acentuar su desgaste
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a comparecer hoy en el Palacio de la Moncloa tras la celebración de un Consejo de Ministros adelantado -por el viaje a la cumbre del clima del jefe del Ejecutivo- para seguir poniendo cara a las ayudas que su Gabinete está poniendo en marcha. Hoy, un nuevo paquete de 3.765 millones de euros, un total de 14.373 millones.
El Gobierno mantiene su hoja de ruta en esta crisis. Una estrategia equiparable a la que se siguió durante la pandemia de la Covid-19. El presidente capitaliza las "buenas noticias", en este caso las ayudas económicas a la reconstrucción, mientras que se delega en los expertos y uniformados las explicaciones sobre la gestión. Sánchez ha evitado hoy confrontar con la Generalitat y personalmente con Carlos Mazón, pese a que el presidente valenciano haya cargado contra el Ejecutivo central en las últimas horas y de manera sostenida desde hace días.
En Moncloa han dado la orden de no desviar el foco, más allá de las declaraciones del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que pidió este domingo la dimisión de Mazón, y no van a respaldar este tipo de exigencias de asumir responsabilidades en este momento. "Tiempo habrá para ello, ahora estamos en lo que estamos, que es en servir a los ciudadanos y dar soluciones. No nos vamos a desviar de ese objetivo", ha destacado.
"El Gobierno está a lo que está, en Valencia con los valencianos y las valencianas, con su duelo, en la reconstrucción y su relanzamiento de una comunidad que es fundamental para la sociedad española", ha señalado para apuntar: "Posteriormente vendrá el debate político sobre la asunción de responsabilidades políticas que tendrán que ser sustanciadas en el Parlamento y en las Cortes Valencianas".
En el Ejecutivo central no quieren entrar en el cuerpo a cuerpo con Mazón, saben que esto ahora es contraproducente y no se corresponde con las exigencias y necesidades más perentorias de los valencianos, y entienden que la presión que tiene el presidente de la Generalitat Valenciana es ya lo suficientemente persistente, como para darle una vía de escape con una confrontación directa con Moncloa.