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El presidente del PP europeo, Manfred Weber, acepta a Teresa Ribera con la oposición de Feijóo

El Partido Popular Europeo supeditó la semana pasada votar a favor de Teresa Ribera como futura vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea a tres requisitos: su comparecencia ante el Congreso español para dar explicaciones sobre su gestión de la DANA; su compromiso a a dimitir en caso de posibles responsabilidades judiciales que pongan en entredicho su papel dentro del Ejecutivo comunitario y, por último, que los socialistas europeos aprueben la candidatura tanto del aspirante italiano, Rafaele Fitto, como del húngaro Olivér Várhelyi.

Ahora los populares se muestran más prudentes sobre el segundo requisito, pero mantienen su oferta de votar un paquete conjunto que obligue a los socialistas a votar a favor de Fitto y Varhleyi. El propio presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se ha mostrado abierto a esta responsabilidad en la rueda de prensa tras la cumbre del G20. Aunque los populares españoles siguen mostrándose en contra de votar a Ribera, esto no condicionará el voto del resto del grupo europeo.

El martes de la semana pasada se produzco la comparecencia de Ribera en la Eurocámara, pero la votación sobre su idoneidad para el puesto se ha pospuesto sine die, al igual que el del resto del núcleo duro del futuro colegio de comisarios, compuesto por un total de seis vicepresidentes ejecutivos de diferentes fuerzas políticas.

Según el Partido Popular Europeo, este retraso se ha producido por la negativa de los socialistas a votar a favor de Rafaelle Fitto, el candidato de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, al que los socialistas tachan de extrema derecha y con un perfil no lo suficientemente europeísta para desempeñar el cargo.

Un veto que quedó claro en la reunión celebrada le lunes de la semana pasada por la noche entre populares, socialistas y liberales. Entonces se llegó a un pacto para votar en bloque a los seis vicepresidentes ejecutivos que se examinaban el martes y evitar vetos cruzados. Todo indicaba que los socialistas acabarían mostrándose a favor de Fitto a cambio de que los populares no pusieran reparos a la candidatura de Ribera. Pero este preacuerdo se rompió, tras la tensa comparecencia de la la española en la Eurocámara y las peticiones del PP español de que el Gobierno de Pedro Sánchez sustituyera su candidatura, tras su gestión de la DANA.

Después que los populares españoles consiguieran el respaldo de su familia europea para retrasar la votación de Ribera hasta esta semana, los socialistas amenazaron con tumbar a todo el colegio de comisarios. En su comunicado aseguraban que el núcleo duro del Ejecutivo comunitario – las seis vicepresidencias ejecutivas- debían repartirse entre las fuerzas consideradas europeístas: populares, socialistas y liberales. Una condición que dejaba fuera al candidato de Meloni. Acusaron también al jefe de filas de los populares europeos, Manfred Weber, de estar apoyándose en la extrema derecha y de romper la coalición de centro que durante décadas ha dirigido las instituciones comunitarias.

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