Las siete plagas que asolan el 41º Congreso Federal del PSOE
El congreso del PSOE queda lejos de ser un congreso anodino y aburrido. Y tampoco pasará desapercibido. La intención primera era hacer un congreso de reafirmación del líder, de consolidar un equipo de primera línea para llevar adelante la legislatura y preparar el camino para los nuevos líderes territoriales para superar el fracaso de las últimas elecciones autonómicas en Cantabria, Aragón, Madrid, Castilla y León, Extremadura, Andalucía y La Rioja.
En las filas socialistas se viven estos días con una cierta depresión «porque no sabemos qué va a pasar mañana».
Surgen críticas de cómo se está afrontando la política de comunicación «siempre reactiva, siempre a la defensiva», y se afronta el futuro con preocupación. La alegría de la pasada semana tras el acuerdo en política fiscal y el fracaso del PP en su intento de defenestrar a Teresa Ribera, o la de ayer cuando Bruselas dio el ok al plan de ajuste español, duran poco en el seno del PSOE.
Un destacado dirigente socialista decía a LA RAZÓN que «solo hay orgullo de ser socialista en tu tierra, en Cataluña, en el resto no hay alegría». Susana Díaz lo reflejó en "Espejo Público" afirmando: «Es el momento de patriotismo socialista», una forma de hacer piña, incluso desde la discrepancia, para hacer frente a las siete plagas:
Begoña Gómez
El caso Begoña es una carrera de desgaste. La militancia socialista se entusiasmó con Pedro Sánchez tras sus cinco días de reflexión, pero los cuadros del partido se quedaron horrorizados. «Si Pedro se hubiera ido estábamos peor que cuando se fue Felipe y cayó Almunia», decían mandos intermedios del partido. Además, el caso Begoña «es un continuo desgaste que afecta a nuestro electorado», un goteo constante que mina la moral de la militancia socialista.
José Luis Ábalos
Lo fue todo en el PSOE. Fue el todopoderoso número dos en el partido y en el Gobierno. Lo controlaba absolutamente todo. Acudió al Congreso de Valencia y se le maltrató. Incluso mil militantes le hicieron una cena de desagravio. Volvió a primera línea y explotó el escándalo que ha dejado boquiabiertos a todos los militantes. Gastos estupendos, vida disoluta a cargo del erario público y supuestamente una trama de corrupción. De momento, no ha sido imputado pero nadie duda en el PSOE que lo será. ¿Qué contará? ¿Hasta dónde llegará su implicación?
Koldo García
Es un hombre que hoy todos repudian porque repudian sus formas de hacer. En estos días ha concedido entrevistas. No cuenta nada pero sus apariciones llaman la atención. Muchos piensan que sale «con mensajes encriptados», dirigidos «a personas concretas». Koldo y Ábalos, Ábalos y Koldo son una bomba de racimo. La militancia está en estado de shock y las informaciones que surgen ponen de manifiesto una burda forma, todavía supuesta, de corrupción.
Aldama
El último protagonista tras poner en marcha el ventilador contra el núcleo duro del PSOE. Pero antes de eso, el perejil de todas las salsas. Los nervios se han puesto a flor de piel porque un juez y un fiscal dan pábulo a unas informaciones –acusaciones más bien– de chabacana corrupción y de reparto de dinero. Aldama está en la calle y amenaza con seguir tirando de la manta. Su declaración consolidó a Santos Cerdán como secretario de Organización, un blindaje necesario para taponar la vía de agua.
Fiscal general del Estado
Álvaro García Ortiz quiso defender a la Fiscalía de las mentiras que surgían desde la Comunidad de Madrid en defensa del novio de la presidenta Ayuso acusado de fraude fiscal. ¿Lo hizo de la forma correcta? ¿O se saltó la legalidad usurpando la intimidad de un ciudadano? El caso ha ido creciendo como una bola de nieve y la defensa del fiscal general ha perdido enteros en la militancia socialista e, incluso, en la prensa pro-gubernamental.
Juan Lobato
Con el tema del fiscal general en pleno bullicio, aparece el secretario general de los socialistas madrileños para complicar más la situación. Que Juan Lobato llevara a un notario sus conversaciones privadas con su responsable de política institucional –a la sazón jefa de gabinete de Óscar López– seis meses después de producirse han hecho saltar todas las alarmas. En todo el PSOE, pero sobre todo en el siempre caótico PSOE madrileño. «Ha sido desleal», repiten incluso miembros del partido hasta ahora cercanos al secretario general. Los intentos de forzar su dimisión han sido contestados por el propio Lobato dispuesto a dar la batalla en el congreso y abriendo la puerta a implicar a Moncloa en el caso del fiscal general. Por si fuera poco, Lobato declara el viernes, el día del inicio del congreso, y después tiene la intención de hacer acto de presencia. Ferraz elude el enfrentamiento y la incógnita es «la magnitud de la soledad de Lobato» porque el frente anti-Sánchez no es un grupo homogéneo.
Financiación singular
400 enmiendas sobre el nuevo modelo de financiación eran el centro de atención del congreso hasta que han saltado los casos Aldama y Lobato. El PSC no ha presentado enmiendas y la ponencia marco elude entrar en el detalle. Por un lado, para evitar un enfrentamiento en el cónclave de Sevilla y, por otro, para no interferir en la votación clave del congreso de ERC que se celebra el sábado en Barcelona. El acuerdo está por desarrollar y el pacto PSC-ERC es lo suficientemente genérico para dar cobertura a un texto que no tense aún más las relaciones internas en el PSOE.