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La Inteligencia Artificial se pone al servicio del sector sanitario

Las pandemias, la resistencia a los antibióticos, el desborde de los centros de salud y hospitales, la falta de personal médico, la población cada vez más envejecida… El sector sanitario español se enfrenta a retos cuyo cumplimiento atañe a toda la sociedad, en beneficio de la misma. Para que un país prospere necesita un sistema de salud fuerte y preparado para dar lo mejor de sí. Y es ahí donde entran en juego las nuevas tecnologías, y en concreto, la Inteligencia Artificial (IA). Esta herramienta está llamada a cambiar todos los sectores del mundo y a adaptar los sistemas tradicionales a la nueva era tecnológica, una era que, en última estancia y dentro del ámbito sanitario, pretende aportar a las personas un sinfín de beneficios.

LA RAZÓN, en colaboración con Telefónica Tech, ha organizado seis encuentros que tienen como objetivo debatir sobre la IA, o lo que es lo mismo, analizar los retos, oportunidades y desafíos que este concepto plantea en diversas áreas de índole económico y social de especial relevancia. Mientras que el primero de ellos giró en torno a la relación de la IA con la sociedad general, el segundo, celebrado en el Parque Tecnológico de Leganés, perteneciente a la Universidad Carlos III de Madrid, estuvo relacionado con el ámbito sanitario. En él estuvieron presentes: Antonio Artes, Catedrático de Teoría de la Señal y las Comunicaciones de la UC3M, coordinador de ELLIS Madrid y fundador de la startup eB2; Fernando Fernández Rebollo, Catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la UC3M y fundador de la startup Inrobics; Miguel Llopis, Gerente de Sanidad y Servicios Sociales de Telefónica Tech; María José Herrero Villa, responsable del Desarrollo Ecosistema Innovación del Servicio de Apoyo al Emprendimiento y a la Innovación de la UC3M; Antonio Herrero González, Director de IA/Big Data en Quirónsalud; y María Paula de Toledo Heras, Profesora titular del Departamento de Informática, centrada en el desarrollo de sistemas inteligentes en salud en el grupo CAOS.

Miguel Llopis expresó al comienzo del acto que todo lo relativo a la IA «no ha hecho nada más que empezar». Según sus palabras, estamos ante el inicio de una revolución tecnológica cuya característica principal es la «alta velocidad a la que se está produciendo y se producirá». El Gerente de Sanidad de Telefónica Tech afirmó contundente que el objetivo de esta revolución no puede ser otro que el de estar al servicio de de las personas, incluyendo no solo a los pacientes sino también al personal sanitario, para que la Sanidad sea más eficiente y se preste un mejor servicio a los

ciudadanos.

Para ello, será totalmente necesario una colaboración «interdisciplinar», concepto al que hizo alusión Antonio Artes, Catedrático de Teoría de la Señal y las Comunicaciones de la UC3M. Según palabras de Artes, hablar de ser colaborativos «es algo sencillo de decir y difícil de hacer», pero absolutamente imprescindible de cara «a ser productivos». Esto ocurre porque al hablar de salud se trata un concepto «tremendamente amplio que abarca la ciencia básica, la investigación preclínica, investigación clínica, unidades especializadas, grandes hospitales, centros de salud, atención primaria… Todo eso es salud. Es muy amplio. No hay una única salud, al igual que no hay una única IA», explicó Artes, quien defendió que para poner la mejor Inteligencia Artificial al servicio de los pacientes hay que pasar previamente por una «investigación totalmente multidisciplinar».

Robots sociales asistenciales

Y como no podía ser de otra manera, al hablar de muchas disciplinas dentro del ámbito sanitario, la relativa a lo social y lo humano es una de las más importantes. Y es que la IA también entiende lo que necesitan las personas y está dispuesta a ofrecérselo. Hablamos de lo que esta tecnología puede aportar en cuanto a la sanidad asistencial. «La IA cada vez tiene un impacto más emocional porque nosotros cada vez interactuamos con más inteligencias artificiales. Por eso existe Chat GPT o contestadores automáticos», explicó a modo de antesala Fernando Fernández Rebollo, fundador de la startup Inrobics.

La misión de esta compañía pasa por crear inteligencias artificiales sociales que den vida a los robots y que posibilite la interacción con todos los pacientes, o lo que es lo mismo, hacer robótica social asistencial.

Rebollo arrojó datos relativos a los altos porcentajes que hay en España en materia de demencia o soledad no deseada. También apuntó que «el 25% de las personas tenemos, a lo largo de la vida, un accidente que nos obliga a necesitar rehabilitación. Y un 3% de los nacimientos son de niños que necesitarán este servicio de manera crónica». Todo ello le llevo a defender «la alta necesidad de recursos asistenciales que existen a día de hoy», algo que para poder suplir requerirá «de la ayuda de la tecnología».

Una robótica con la que poder hablar puede aliviar estos procesos, y ya no a nivel sanitario, sino a nivel emocional. En el caso de los niños, se vuelve altamente interesante apreciar los cambios que se producen en las terapias cuando tienen a su disposición juegos o personas que les entretengan. La figura de los «co-terapeutas» la desempeñan robots que ayudan al terapeuta principal a «tener al niño entretenido», explicó el fundador de Inrobics. «Cuando mandas a un niño de 7 años a hacer rehabilitación todos los días, se aburre. Y el terapeuta tiene que pensar qué inventarse hoy para que el paciente haga 40 veces un ejercicio». El 60% de las sesiones de estos profesionales es mantener al niño entretenido, pero la existencia de este robot ayuda a interactuar con el paciente: «Si hay un robot con el que puede hablar, pensará que se lo está pasando pipa y no repitiendo algo que le molesta», aseguró. También añadió que «tenemos que utilizar la IA para que el enganche emocional con el niño sea cada vez más potente y fuerte.

En el ámbito de la salud mental, esta parte asistencial es indispensable. Antonio Artes recordó que hasta los 80 parte de las patologías mentales no estaban dentro del sistema sanitario. Esto puede ir de la mano con que, recientemente, «las personas que estaban en tratamientos mentales tenían visitas con un psicólogo o un terapeuta cada dos o tres meses». Ahora, gracias a la inteligencia artificial, los pacientes pueden tener un seguimiento 24/7, es decir, constante. De esta forma, el personal sanitario puede saber cuándo el paciente va a necesitar ayuda y facilitarle el acceso a una herramienta en el «momento preciso»: «Ahora lo estamos haciendo y hace 10 años no», defendió.

Qué se está haciendo ya

Paula de Toledo cuenta con una experiencia de más de 30 años dentro de la investigación de la salud digital, y remarcó que el rápido crecimiento de la Inteligencia Artificial no se ha visto antes en otras técnicas. El grupo CAOS, al que pertenece, se encuentra actualmente trabajando con el servicio de neurocirugía del Hospital 12 de Octubre de Madrid: «Estamos desarrollando varios proyectos de IA para facilitar el trabajo de los facultativos», indicó. Uno de ellos es «el más clásico», que pasa por hacer modelos predictivos, tanto de diagnósticos como de pronósticos. También están incorporando IA en proyectos de salud digital, en procesos de seguimiento, por ejemplo, tras una cirugía. «El caso de una intervención espinal, por ejemplo, es muy serio. En los programas de seguimiento estamos incorporando herramientas de IA que permiten saber si la recuperación avanza adecuadamente o si está habiendo alguna complicación, algo que es muy útil», contó la ponente.

Esta necesidad de adelantarse a los acontecimientos gracias a la información que aporta la IA también la trataron Antonio Herrero y Miguel Llopis. El primero de ellos aseguró que analizando «ciertos datos para ciertas patalogías», descubren que en el 90% de las situaciones médicas ya se sabe de antemano qué pruebas van a ser necesarias: «El circuito habitual requiere de derivaciones a especialistas. ¿Por qué no hacerlo antes? Dilatamos el tiempo y puede acortarse». Recurrió a su vez al caso de Urgencias, donde el proceso que suele seguirse implica que el paciente entre a triaje, después pase a la sala de espera, y por último al facultativo, quien determina una serie de pruebas: «En los casos menos agresivos se pueden estudiar los procesos de principio a fin directamente en el triaje y empezar a utilizar vías clínicas de atención rápida. Hemos comprobado que la estancia media en Urgencias disminuye unos 30 minutos».

En este sentido, el gerente de Sanidad y Servicios Sociales de Telefónica Tech, aseguró que «la IA permite resolver el problema de la asignación y planificación de los recursos sanitarios, optimizando por ejemplo los cupos de médicos de atención primaria para reducir los tiempos de espera, y también da respuesta a la problemática vinculada al diagnóstico, potenciando la medicina de precisión o personalizada porque ningún paciente va a responder de igual forma ante una patología. En el campo del diagnóstico se están realizando ahora muchas pruebas de concepto y el siguiente paso debería ser ponerlo en práctica en el día a día. Además, se están desarrollando los espacios de datos sanitarios, que son todas las plataformas donde se almacenan, procesan y explotan los datos con los que realizar posteriormente los casos de uso».

Desde Quirón Salud también están realizando un proyecto «bastante disruptivo», el cuál va a transformar el modelo de consulta que conocemos hasta el momento. Este consiste en que la tecnología realizará una transcripción entre médico y paciente, haciendo un pequeño resumen de la cita médica e incluso aportando posibles pruebas que serán necesarias hacerle a la persona que está en la consulta.

Una de las cuestiones claves a desarrollar en el futuro si se quiere avanzar en materia de IA y salud es la regulación. Y el problema aquí, es que hay muchas regulaciones que se juntan y que se aplican: la relativa a los datos, a la tecnología, a los procesos médicos... «Hay un gran vacío y una gran problemática en todas la empresas que incorporan IA», explicó María José Herrero Villa, a lo que añadió que aunque la regulación europea ofrece «muchas posibilidades», continúa habiendo elementos que dificultan la creación de empresas en este ámbito. En esta línea, Fernando Fernández aseguró que, por norma general, cuando hay muchísima innovación «la regulación tiene un efecto y eso es obvio». Los investigadores van más avanzados que los elementos regulatorios, «lo que hace que se frenen las cosas».

Para concluir el acto, Paula de Toledo reivindicó la necesidad de que los profesionales trabajen «codo con codo» con las nuevas tecnologías: «Es fundamental que tengan una formación básica en IA porque es una herramienta más con la que van a trabajar. Cuando la conozcan, será mucho más fácil que la adopten». Superar las barreras contra la tecnología es imprescindible puesto que esta nunca sustituirá a los profesionales, sino que les ayudará.

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