Tener un nivel de VIH detectable persistentemente bajo aumenta el riesgo de desarrollar cáncer
La infección por el Virus de la Inmunodeficiencia humana (VIH) sigue siendo un asunto prioritario en la Salud Pública de España. Se calcula que hay entre 130.000 y 170.000 personas con el VIH en nuestro país. En 2022, se notificaron 2.956 nuevos diagnósticos de VIH, de los cuales más de la mitad fueron hombres que tienen sexo con hombres, grupo para el que la tasa de nuevos diagnósticos mostró una tendencia descendente entre 2018 y 2022. De forma general, se observó una tendencia descendente en las tasas totales y por sexo a partir de 2017.
España ha avanzado de una manera real y efectiva en el cumplimiento de los objetivos marcados por Onusida para 2030 (95% de personas diagnosticadas, 95% de personas diagnosticadas en tratamiento y 95% de casos tratados con carga viral indetectable) con el propósito de lograr el reto de cero nuevas infecciones y reducir al mínimo la mortalidad y el desarrollo de eventos sida. Nuestro país supera ahora mismo el segundo de los objetivos (personas en tratamiento), con un cumplimiento del 96% y el primero (el de personas diagnosticadas) se acerca poco a poco a esa cifra, pues se estima que el 7,5% de las personas que viven con VIH en nuestro medio aún no han sido diagnosticadas. Respecto al tercero (casos tratados con carga viral indetectable), casi un 10% de los pacientes tratados son los que no han logrado la supresión de la carga viral.
Entre ese porcentaje, hay personas que tienen lo que se llama una viremia de bajo grado de VIH persistente- definida como el ARN del VIH en plasma entre 50 y 200 copias/mL- y esta condición podría aumentar el riesgo de padecer cáncer, según un estudio del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III
La investigación, liderada por Verónica Briz y Violeta Lara Aguilar, ambas del Centro Nacional de Microbiología (CNM), ha identificado una huella inmunológica desfavorable en individuos VIH con viremia de bajo grado tratados con inhibidores de la integrasa, una huella relacionada con elevados niveles de activación y senescencia celular. El articulo se ha publicado en la revista Journal of Biomedical'.
Agotamiento inmunológico
Este fenómeno podría desembocar en un agotamiento inmunológico acelerado, lo que podría aumentar en estos pacientes el riesgo de acontecimientos graves no ligados al VIH, como neoplasias malignas y enfermedades cardiovasculares, según informa Ep.
El tratamiento antirretroviral ha mejorado la calidad de vida de muchas personas con infección por VIH, aunque no ha logrado revertir por completo los efectos de la infección vírica en el sistema inmunitario. Se ha demostrado que el VIH provoca una desregulación de las respuestas inmunitarias, que conduce a un agotamiento del sistema inmunitario en las personas con VIH en comparación con la población general, lo que conlleva un mayor riesgo de desarrollar comorbilidades.
Las investigadoras explican que el VIH replica principalmente en los linfocitos T, causando un fallo progresivo del sistema inmunitario. Los resultados de esta investigación revelan que las personas con VIH mostraban un perfil inmunitario diferente a la población general, con mayor activación, senescencia e inflamación celular, y diversos cambios que afectan a células CD4+/CD8+, IL-13 y células T CD8+ naive, entre otros.
El ensayo concluye que la viremia de bajo grado entre 50 y 200 copias/mL conduce a una reducción de la actividad citotóxica y a una disfunción de las células T, que podría afectar a la producción de citoquinas, que serían incapaces de controlar y eliminar células infectadas.
Además, el aumento de marcadores de senescencia sugiere una pérdida progresiva de la memoria inmunológica y una reducción de la capacidad proliferativa de las células inmunitarias. Este agotamiento inmunológico acelerado podría contribuir al riesgo de aparición de patologías asociadas al envejecimiento, lo que pone de relieve la necesidad de paliar el impacto de la viremia de bajo grado en estos individuos.
Reprogramar el sistema inmunitario
En una segunda investigación, el CNM concluyó que el tratamiento con fármacos inmunomoduladores como ponatinib, unido a la terapia antirretroviral, puede ser eficaz para potenciar la actividad antiviral de células citotóxicas y contribuir a la eliminación del reservorio viral en casos de infección por VIH.
El trabajo, liderado por el grupo de Mayte Coiras y publicado en Frontiers in Pharmacology, ha demostrado 'in vitro' que el tratamiento a corto plazo con agentes inmunomoduladores puede representar un método alternativo para reprogramar progresivamente el sistema inmunitario contra el reservorio vírico del VIH.
En la investigación han participado 23 pacientes tratados con ponatinib, un inhibidor de la tirosina cinasa (ITC) que se utiliza contra la leucemia mieloide crónica (LMC), y que también ha demostrado ser eficaz contra la infección por VIH in vitro. El estudio ha evaluado, en células mononucleares de sangre periférica, la capacidad de este fármaco de inducir el desarrollo de poblaciones celulares citotóxicas con actividad anticancerosa y antiviral, según recoge Ep.
Los resultados muestran que los linfocitos T CD4+ son resistentes a la infección por el VIH durante el tratamiento con ponatinib y hasta 1 año después de retirar el fármaco, por lo que este estudio sugiere una nueva estrategia en la que los pacientes podrían realizar tratamientos transitorios con fármacos inmunomoduladores que reprogramasen el sistema inmunitario con el objetivo de mantener controladas a las células del reservorio en ausencia de tratamiento antirretroviral.