Moncloa, agencia de colocación: de ministro a candidato
Pedro Sánchez llegó al Gobierno en junio de 2018 tras el triunfo de la moción de censura a Mariano Rajoy. El líder socialista diseñó su primer Ejecutivo en solitario como un "gobierno bonito" marcado por el reconocimiento a las lealtades durante su travesía en el desierto, los fichajes estrella y los perfiles independientes. A partir de la pandemia, coincidiendo con la primera coalición de la democracia Sánchez comprendió que La Moncloa era la mejor plataforma de promoción y proyección pública. La mejor agencia de colocación para convertir a los ministros en candidatos.
El primero en saltar de la cartera al cartel electoral fue Salvador Illa. Tras convertirse en el ministro de Sanidad de la pandemia, Sánchez realizó un "reajuste mínimo" para designarle cabeza de lista del PSC en las elecciones catalanas del 14 de febrero de 2021. La maniobra fue exitosa, en parte. Illa fue el candidato más votado, aunque no pudo gobernar. La hasta entonces ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, asumió la cartera de Sanidad en plena tercera ola de la pandemia de la Covid y con el proceso de vacunación en ciernes, que se desarrolló por completo bajo su mandato. El círculo se cerraba con la llegada al Gobierno de Miquel Iceta, secretario general del PSC, a la cartera de Política Territorial, manteniéndose el resto de los ministros en sus carteras.
Apenas unos meses después, se produjo el segundo salto. Esta vez desde el socio minoritario de la coalición. Pablo Iglesias decidió abandonar la Vicepresidencia y su cartera de Derechos Sociales para encabezar la candidatura de Podemos a las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid. La convicción de que sin un candidato potente el partido no lograría superar el umbral del 5% necesario para tener representación animó a Iglesias a dar el paso. Pese a conseguir diez escaños, tres más de los que tenían hasta ese momento, el líder de podemos decidió abandonar la política por su "fracaso".
Las elecciones municipales de 2023 fueron el momento de mayor vaciamiento del Consejo de Ministros hacia candidaturas electorales. Dos fueron las ministras que abandonaron el Ejecutivo para asumir sendas responsabilidades. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, que había tomado el testigo de Illa también siguió sus pasos y se postuló para la alcaldía de Las Palmas. Consiguió su objetivo. Peor suerte corrió Reyes Maroto, la que fuera ministra de Industria, Comercio y Turismo dio el salto al cartel socialista para el Ayuntamiento de Madrid, pero solo consiguió ser tercera fuerza.
Superado el horizonte electoral de 2023 y tras el profundo quebranto territorial que sufrió el PSOE, perdiendo el grueso de su poder, Sánchez volvió a mirar hacia dentro, hacia su Consejo de Ministros para ir pilotando los relevos en algunos de los feudos cuyo liderazgo había quedado vacante. La primera ministra en culminar esta transición fue la titular de Ciencia e Innovación, Diana Morant, que se hizo con las riendas de la Secretaría General de los socialistas valencianos. Ahora, en plena pugna en las diferentes federaciones son otros dos ministros los que se recolocan para asumir las riendas en Aragón y la Comunidad de Madrid.
En Aragón, la portavoz y ministra de Educación, Pilar Alegría, ya trabaja para suceder a Javier Lambán. En su entorno aseguran que solo se presentará si tiene opciones de ganar y ya está midiendo sus apoyos para enfrentarse al presidente de la Diputación de Zaragoza, Juan Antonio Sánchez Quero. El horizonte ideal para Alegría sería lograr un pacto previo y evitar las primarias. Quien parece que no tendrá que someterse al juicio de la militancia es Óscar López. El que fuera jefe de Gabinete de Sánchez y actual ministro para la Transformación Digital está llamado a relevar a Juan Lobato después de que dimitiera de la dirección de los socialistas madrileños. Otro desembarco ministerial que, como en los casos anteriores, no obliga a hacer una crisis de gobierno.