La OCDE mejora la previsión de crecimiento para España en 2024 y 2025, pero suspende al Gobierno en empleo, deuda y gasto
La economía española seguirá creciendo muy por encima de la media estimada para la eurozona este año y el siguiente. Así lo cree la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha revisado dos décimas al alza su pronóstico de expansión del PIB nacional para 2024, del 2,8% al 3%, y una para 2025, hasta el 2,3% desde el 2,2%, muy por encima de lo que lo hará la economía de la eurozona, que mantiene un débil incremento de la actividad este año del 0,8%, una décima más de lo previsto anteriormente, mientras que mantiene en el 1,3% el pronóstico de expansión de los Veinte para 2025. La organización incluso avanza que el PIB español crecerá medio punto por encima del resto de países europeos, a un ritmo del 2%.
En su informe de mayo, la OCDE había estimado que la progresión del producto interior bruto (PIB) iba a ser del 1,8% en 2024 y del 2% en 2025, y ya había corregido en septiembre esas cifras para subirlas al 2,8% y al 2,2%. Esta previsión es más optimista que la propia del Gobierno, que había anticipado un incremento una décima inferior, del 2,7%, aunque en 2025 esperaba una más, un 2,4%. De esta forma,
los analistas de los países desarrollados se alinean con las cifras del informe de las perspectivas de otoño de la Comisión Europea, con las que coincide tanto para este año como para el próximo.
Eso sí, el informe advierte de malos augurios en empleo y gasto. Por ello, mantiene el paro en dos dígitos durante los dos próximos años y corrige al Ejecutivo español que ya para 2026 augura se bajaría del 10% de desempleados. La OCDE es mucho más pesimista y niega que el paro vaya a descender tan rápido como supone el Ejecutivo -lo deja en el 10,5% de media en 2026 y no en el 9,7%-. Aunque la buena marcha de la economía española permitirá seguir reduciendo el nivel de desempleo, la tasa de paro se mantendrá en el 11,5% este año y se quedará en 10,9% en 2025, para descender hasta el 10,5% un año después, muy lejos de la previsión gubernamental. El informe considera que la reforma laboral no ha mejorado como debiera la eficiencia de la contratación laboral y pide que se corrijan los "desajustes de habilidades de los trabajadores, que ayudaría a aliviar el desempleo estructural e impulsar crecimiento de la productividad en el país".
Además, la OCDE se refiere a una de las paradojas del mercado laboral español, por las dificultades de muchas empresas para encontrar trabajadores con ciertas cualificaciones que conviven con un alto nivel de desempleo. Para mejorar esta situación propone una "mejora de la productividad ajustando los programas educativos con las demandas de ese mercado laboral, lo que necesita una asistencia más efectiva en la búsqueda de empleo, con unas guías en la carrera, así como programas para aumentar o reajustar las cualificaciones".
También alienta muchas dudas sobre la falta de saneamiento de las cuentas públicas. El 'think tank' de las mayores economías reclama la la implementación "efectiva" e "inmediata" de un plan de consolidación fiscal, como ya han hecho entidades como el Banco de España o la Airef, porque será "crucial para cumplir con las reglas fiscales europeas, colocar la deuda pública en una trayectoria descendente y liberar recursos para futuras prioridades de gasto".
Según sus nuevas proyecciones de la OCDE, se espera que el déficit disminuya gradualmente hasta el 3% del PIB en 2024, el 2,5% en 2025 y el 2,1% en 2026, con una consolidación acumulada prevista del 0,7% del PIB en 2025 y 2026, en consonancia con el plan fiscal a mediano plazo presentado por el Gobierno a Bruselas. Pero desde la Organización reclama que el crecimiento del gasto público debe restringirse, ajustando los gastos corrientes y las transferencias de capital, pese a que las medidas antiinflacionarias introducidas en 2022 concluirán en 2024. Por eso recomienda poner la deuda pública en una trayectoria descendente, liberar recursos para los futuros gastos prioritarios, en especial ante el envejecimiento demográfico, por el crecimiento del gasto en pensiones y sanidad, que tensionará enormemente el sistema social.
Para eso, sus recomendaciones son ampliar la base impositiva del IVA, más impuestos medioambientales y una mayor eficiencia del gasto público. También tiene en cuenta el informe el impacto sobre el déficit fiscal el paquete de ayuda para las zonas afectadas por las inundaciones, que equivale a alrededor del 1,1% del PIB. Cree que el golpees todavía "incierto", ya que "dependerá del alcance de la ayuda solicitada y del momento de los desembolsos".
Asimismo, espera que la inversión se recupere "apoyada por unos menores costes de financiación y la aplicación del Plan de Recuperación". Sin embargo, subraya que "los principales riesgos a la baja son el aumento de las tensiones geopolíticas que podrían incrementar los precios de la energía y empeorar la demanda de los principales socios comerciales de España", así como una "implementación lenta del Plan de Recuperación".