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España no mejora su productividad: solo País Vasco, Madrid y Navarra superan la media europea

La productividad de las empresas españolas no remonta porque "no se ha conseguido mejorar sustancialmente y de manera continuada la eficiencia productiva en la última década". España es el quinto país de la UE con el menor aumento de la productividad real, que se ha situado en el 0,4% de media anual en la última década (2013-2023), lo que ha empeorado su posición relativa y ha situado al país por debajo del promedio europeo. Nuestro país es, por tanto, el que ha acumulado un "menor aumento de la productividad real, retrocediendo en términos relativos y evidenciando su incapacidad de mejorar su eficiencia".

Así los constata el Consejo General de Economistas (CGE) en su "Análisis de la productividad del trabajo en la comunidades autónomas españolas", que apunta que la mayor parte de las comunidades españolas no alcanzan los niveles de productividad media del conjunto de las 'Nuts 2' -nomenclatura común aplicada a las diferentes divisiones territoriales de los países miembros-. A la cola se encuentran Extremadura, Región de Murcia, Melilla, Canarias y Andalucía, que acumulan los peores registros, mientras que tras las tres primeras posiciones -y por encima de la media comunitaria- se sitúan País Vasco, Comunidad de Madrid y Navarra. Sin superar la media comunitaria se sitúan a continuación Cataluña -que sí lo hacía en 2013-, La Rioja y Baleares, -que sí están muy por encima de la media española en 2022-.

El informe subraya que dentro del territorio nacional -como ocurre el conjunto de la UE- las diferencias de productividad son muy significativas. "Las desigualdades en el seno de España se han mantenido constantes a lo largo de esta década, por lo que una de las tareas que se pone encima de la mesa es saber por qué no ha habido una reducción de estas desigualdades", ha señalado el investigador de la Universidad de Murcia y autor del informe, José Carlos Sánchez de la Vega. Según ha explicado, existe una clara relación "entre la mayor presencia del sector primario en estas regiones menos productivas, una mayor tasa de temporalidad en el empleo o una menor inversión en I+D como los motivos que subyacen a las diferencias entre regiones".

Para Sánchez de la Vega, ha destacado que las diferencias interregionales de productividad explican entre el 75% y el 89% de las desigualdades de renta por habitante en todo el territorio. Entre los factores que determinan esas diferencias ha señalado "la estructura productiva, el esfuerzo tecnológico, la calidad del empleo, el tamaño de la empresas y el capital humano", además de la relación que cada región tiene con un mayor o menor peso en el sector primario, que determina que el empleo más precario, las empresas de menor tamaño y crezca la falta de formación, elementos que "lastran la productividad en estas regiones, sin que haya una evidencia clara de convergencia regional".

Por ello, el informe destaca que las actividades industriales son "cruciales" para las mejora de la productividad por sus elevados niveles de actividad empresarial y su relevancia en la estructura ocupacional y que se identifican relaciones significativas entre los niveles de productividad regionales y otros factores adicionales, "como la estructura productiva y ocupacional, el esfuerzo tecnológico, la calidad del empleo, el tamaño de las empresas y el capital humano".

Precisamente, el factor humano es el que más incide en las diferencias entre autonomías, ya que los profesionales altamente cualificados -que se concentran en regiones altamente industrializadas y digitalizadas- son determinantes para la productividad del trabajo, "siempre que no estén sobrecualificados para el puesto que ocupan", ha apuntado el analista Patricio Rosas, para el que las actividades con una mayor eficiencia productiva son las inmobiliarias, las financieras, los seguros, la industria y la información y comunicaciones, mientras que las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, reparación de artículos de uso doméstico y otros servicios, así como agricultura, ganadería, silvicultura y pesca son las ramas menos productivas.

Por tanto, el informe resalta que pese a que las actividades inmobiliarias y financieras son las más eficientes, estas tan solo suponen "alrededor del 3% de las horas trabajadas", por lo señala que recomienda hay que "poner el foco en las actividades industriales", que suponen de media hasta "el 20% de las horas en algunas regiones y alrededor del 10% de media".

Según el estudio, España ha crecido en los últimos diez ejercicios anuales completo un 0,4% en productividad real, la mitad de lo que lo ha hecho la zona euros (0,8%), que mantiene una "atonía en el crecimiento", generalizada dentro de la UE y las con grandes "desigualdades internas" entre los 27, ha señalado Sánchez de la Vega. con una especial incidencia en el caso español. En el ranking de más productivos están encuadrado "sobre todo países del norte" como Irlanda, Luxemburgo, Dinamarca y Bélgica, mientras que los que cuentan con menor productividad son Bulgaria, Grecia, Letonia y Rumanía.

Once de los 27 países de la UE en 2013 presentan una productividad superior a la media -cuatro de ellos están al menos un 30% por encima de la media (Irlanda, Luxemburgo, Dinamarca y Bélgica) y siete presentaban niveles de productividad inferiores al 70% de la media en 2013 (Polonia, Portugal, Croacia, Rumanía, Letonia, Grecia y Bulgaria), aunque estos mismos países son los que con mayor intensidad está creciendo la eficiencia productiva. En el caso de España empeora su posición relativa respecto al promedio a lo largo del periodo -de 102,2 a 97,9 y también frente a los Estados del podium europeo. País Vasco, Madrid y Navarra son las únicas comunidades autónomas que alcanzan valores de productividad iguales o superiores a la media de la UE.

España tampoco está entre los países que destacan por haber sido los más dinámicos -pero con menores rentas- en esta última década: Bulgaria, Eslovaquia y Letonia, a los que se une Irlanda, que ha experimentado un crecimiento muy significativo pese a ser de los que la renta ha experimentado un mayor crecimiento. Además, Sánchez de la Vega ha mostrado su preocupación por el sesgo temporal en la mejora de la productividad en la economía española, al recordar que los momentos en los España ha seguido una evolución positiva de productividad -con niveles superiores o similares a la UE-, han coincidido con grandes crisis, como en la crisis inmobiliaria de 2008 y durante la crisis del 2020 por el Covid, "cuando la destrucción de empleo provocó el aumento de la productividad en el mercado de trabajo".

Por su parte, el presidente del CGE, Valentín Pich, ha señalado que mejorar los niveles de productividad debe ser un "objetivo como país para no quedar rezagados, tanto de las tradicionales potencias económicas mundiales como de las nuevas economías que emergen con fuerza en el panorama internacional". Además, ha recalcado las importantes implicaciones que tiene la productividad "en el crecimiento a largo plazo, en los niveles de renta per cápita y, en general, en el bienestar de una sociedad. Su impacto en la competitividad exterior o su influencia en la relación salarios-inflación, la convierten en uno de elementos clave en el análisis económico moderno".

Pich ve un panorama oscuro a corto y medio plazo, ya que "los resultados obtenidos arrojan un panorama preocupante, que evidencia un insuficiente desempeño de la economía española en términos de productividad y que, además, se prolonga en el tiempo, dificultando su convergencia respecto a los promedios comunitarios".

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