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La DANA apuntala la mayoría de la derecha

Pedro Sánchez ha fiado a la DANA buena parte de sus cartas para desgastar al PP y a Alberto Núñez Feijóo, pero no parece que lo haya conseguido. Es lo que se desprende de la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, que recoge que el bloque de la derecha, formado por PP y Vox, obtendría una mayoría absoluta holgada. Mientras el PSOE, lastrado también por los casos de corrupción que asolan al Gobierno y sus guerras internas, es incapaz de mejorar sus resultados del 23 de julio de 2023. De hecho, los de Santiago Abascal surgen como los más beneficiados tras la catástrofe que arrasó 78 municipios: rondarían ya los 40 escaños.

La gestión de la DANA, que ha dejado al menos 222 fallecidos, ha estado en el centro de la agenda política en el último mes y el PSOE, desde el primer momento, trató de rentabilizarla electoralmente (ahí está la imagen de las notas estilográficas de la ministra Ana Redondo donde ponía «este es nuestro momento»), aunque parece que no ha tenido éxito a tenor de los resultados que recoge la encuesta.

Así las cosas, los populares llegarían a una horquilla de 151-153 escaños, 16 más que los que alcanzaron en las últimas generales. Sin embargo, y pese al crecimiento electoral, Feijóo registraría un retroceso con respecto a las encuestas previas a la DANA, ya que ahí se situaba once escaños por encima y llegaba hasta los 164 diputados, a solo 12 de la mayoría absoluta. El líder del PP es consciente de ello y ha tomado distancias con Carlos Mazón, hasta el punto de haber renunciado a defender su gestión. De hecho, liga el futuro del presidente valenciano a la valoración de los vecinos en la reconstrucción.

Mientras, el partido que lidera Abascal emerge como el gran beneficiado tras la DANA. Ha aumentado su intención de voto del 12,4% al 13,5%, lo que le haría subir hasta los 39 escaños, seis más que en las últimas elecciones generales. Este repunte fortalece su posición como socio indispensable para un eventual Gobierno de Feijóo, a pesar de que el líder del PP insiste en que su intención es gobernar en solitario y la batalla sigue abierta en los ejecutivos autonómicos que comparten. Entre ambos sumarían de 190 a 192 escaños, muy por encima de la mayoría absoluta situada en 176 diputados.

El PSOE retrocede ligeramente y cae a una horquilla de 116-118 escaños, menos que los 121 que logró el 23J. Sin embargo, su porcentaje de voto se mantiene con respecto al de hace tres meses, en un 28,4%, por lo que parece que ni la DANA ni las investigaciones judiciales que acechan al entorno familiar de Pedro Sánchez, al partido y a su Gobierno influyen demasiado, por ahora, en su electorado.

Mientras, Sumar es el partido más perjudicado. Según se desprende del sondeo, los de Yolanda Díaz sufren un severo castigo tras el «caso Errejón», donde la formación magenta ha estado en el punto de mira por la gestión que ha hecho al no haber actuado antes, e incluso, por un posible «encubrimiento». Así, Sumar camina hacia la desaparición y pierde hasta 1,7 millones de votos con respecto a los comicios del 23J, dejándose por el camino 23 escaños al lograr tan solo 7-8 diputados. De hecho, la caída se ha incrementado de manera acelerada en los últimos meses. Su ahora «enemigo», Podemos, mantendría los cuatro que logró en los pasados comicios, aunque los consiguió en coalición con Sumar. En cuanto a los aliados nacionalistas e independentistas de Sánchez, se mantienen «estables». El PNV y Bildu no sienten ningún tipo de impacto con respecto a los comicios del 23J y se harían con seis escaños cada uno (los jeltzales suman uno).

Sin embargo, ERC perdería un representante con respecto a las elecciones generales. Poco, pero suficiente para medir el castigo que está sufriendo el partido de Gabriel Rufián por la falta de visibilidad frente a la irrupción de Junts como socio del Ejecutivo.

En este sentido, los posconvergentes crecerían en uno o dos escaños, hasta los 8-9 diputados. Los de Puigdemont están haciéndose notar en cada una de las políticas del Gobierno de coalición y mucho, marcando incluso el ritmo de la actividad legislativa –y de los Presupuestos– a cambio de más cesiones.

Lo que sigue en aumento, con respecto a las elecciones pasadas, es la abstención, que en esta ocasión subiría dos puntos, quedándose en el 35,1%: prueba de ese descontento ciudadano con una política cada vez más bronca.

Díaz, la peor valorada de unos líderes que siguen sin conectar con el votante

El apoyo o desgaste de los líderes políticos se deja ver en el barómetro demoscópico, donde, de nuevo, ninguno llega al aprobado.

El que más se acerca es Feijóo, el más valorado con un 4,4, aunque baja una décima con respecto a hace unos meses. La tendencia se repite en todas las franjas de edad, aunque los que se sitúan entre los 45 y los 65 años son los que mejor le puntúan, mientras que los más jóvenes le dejan en un 4.

Pedro Sánchez también baja una décima en pocos meses y se sitúa en un 4, una nota que se repite en todos los segmentos de edad, siendo los que peor le puntúan los que tienen entre 45 y 65.

Por su parte, Santiago Abascal obtiene un 3,6. Aunque presume de tener un electorado muy joven, es la franja de edad que va de los 30 a los 44 años la que mejor le puntúa (4,8), mientras que los que tienen de 18 a 29, los que peor.

Por último, la vicepresidenta, Yolanda Díaz, continúa en caída. Si hace unos meses el electorado le otorgaba una valoración del 3,9, ahora le suspende con una nota más baja, dándole un 3,3; una tendencia que varía según el segmento de edad. Los que peor la puntúan son los mayores de 65 años (2,7), frente a los más jóvenes, de 18 a 29, donde consigue arañar un 4.

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