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Mónica García resuelve las carencias sanitarias de Ceuta y Melilla “privatizando” la asistencia

Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago. Esa parece ser la máxima del Ministerio de Sanidad en Ceuta y Melilla. Desde 2020 hasta ahora, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), dependiente de Sanidad y que gestiona los servicios asistenciales de ambas ciudades autónomas, ha gastado 31 millones en Ceuta y 19 en Melilla en externalizar servicios sanitarios elementales, como ecografías, mamografías, TAC, colonoscopias o densitometrías, a empresas privadas.

Así figura en la respuesta del Gobierno a una pregunta realizada ante la Comisión de Sanidad del Senado a finales de abril de este año por parte de los senadores del Grupo Popular de ambas ciudades autónomas en la que se pedía al departamento que dirige Mónica García que especificara, de manera desglosada y por territorios, qué presupuesto se había destinado a los servicios y especialidades sanitarias que se habían privatizado en la sanidad de Melilla y Ceuta desde 2020.

Además, según fuentes del Gobierno de Melilla, la información que se dio no era completa en lo referente a este territorio. Por lo que ha podido saber LA RAZÓN, la contratación de pruebas realizadas por medios externos para el Hospital Comarcal de Melilla entre enero de 2023 y abril de 2024 ascendió a 1,5 millones de euros.

Hablamos de pruebas como mamografías de screening, colonoscopias, PEC-TAC, logopedia o estudios del sueño, que cualquier hospital público de tamaño medio de cualquier punto de España realiza dentro de su propia estructura.

Estas prácticas son a las que la izquierda que representa Mónica García llama "privatizar", y que demoniza en cualquier comunidad autónoma, específicamente en la sanidad madrileña.

Sin embargo, a la luz de estos datos, en Ceuta y Melilla, únicos territorios sobre los que el departamento que dirige García tiene gestión directa, están alcanzando unas cotas de "privatización" cercanas al 40%, y nunca antes vistas.

La caótica situación sanitaria que viven ambas ciudades autónomas, con la menor tasa de médicos por habitante de España y con una de las plantillas más envejecidas, está siendo parcheada con este tipo de prácticas, que la ministra y sus acólitos critican y denuncian constantemente de cara a la galería.

"Debería dimitir"

Isabel Moreno, senadora del PP en Melilla y autora de la citada pregunta parlamentaria, es tajante con el balance del papel de Sanidad en su ciudad. "La sra. García solo tiene dos hospitales que realmente dependen de ella en España, y no solo es que nunca haya pisado ninguno de ellos, ni Ceuta ni Melilla, en el año que lleva a cargo del Ministerio, sino que no se ha preocupado por ninguna de nuestras necesidades", señala.

"Ha engañado a los médicos de Melilla, con los que pactó la tregua de una huelga que iba para un año de duración, prometiéndoles cosas que nunca ha cumplido. Por lo que respecta a nosotros, si en 12 meses no ha hecho nada, no esperamos que lo haga ahora. Debería dimitir", añade.

Según explica Moreno, el Gobierno de Melilla ha solicitado la encomienda de gestión de la Sanidad, para poder gestionarla directamente, al igual que hacen desde hace décadas todas las CC AA. "Que nos traspasen en presupuesto y nos dejen a nosotros gestionarlo, para que podamos declararnos zona de difícil cobertura y empezar a ser competitivos con las condiciones que les ofrecemos a nuestros médicos", destaca. Una petición que apoya el Colegio de Médicos de Melilla.

"Decimos que estamos a punto del colapso sanitario, y la realidad es que la única razón por la que no hemos colapsado ya es la labor admirable de asistencia sanitaria que hacen los médicos, a costa de su salud física y mental, y de no poder ver a sus familias", recalca Moreno.

"Necesitamos tecnología humana"

Por su parte, Enrique Roviralta, presidente del Colegio de Médicos de Ceuta (Comce), denuncia, como ya lo ha hecho otras veces en este periódico, la incongruente situación que se vive en la ciudad, donde, por ejemplo, no hay un servicio de logopedia en el Hospital Universitario para los pacientes post-ictus, porque no hay logopeda, (ni endocrino, ni dermatólogo, ni oncólogos…), pero el Ingesa ha invertido 1,5 millones de euros en un equipo de resonancia de última generación que está "cogiendo polvo" porque no han formado a ningún técnico para poder usarlo.

"La situación es tan dantesca que el especialista que se encargaba de hacer los exámenes pidió la baja por depresión por la presión de tener que utilizar la máquina sin estar formado para hacerlo. Los médicos se están pagando la formación de su bolsillo para saber usarla y, mientras, mandan los resultados a una clínica privada de Madrid", explica.

"También tenemos un Da Vinci -robot de asistencia en intervenciones quirúrgicas- en un esquina del quirófano desde hace un año, que los médicos usan para colgar las batas… Es indecente, ver como invierten millones en tecnología cuando la única tecnología que necesitamos es la humana", lamenta.

"En Ceuta tenemos la esperanza de vida más baja de España, 4 años menos que cualquier otro territorio. Creo que estamos al nivel de Guatemala…", señala Cristina Díaz, senadora del PP por Ceuta y que también firmó la citada pregunta parlamentaria. "Cuando oímos los ataques del Ministerio y de la ministra a la sanidad madrileña pensamos, ¡ojalá tuviéramos aquí algo parecido!", añade.

Muface, el golpe definitivo

La última "bomba" de Sanidad hacia Ceuta y Melilla ha sido su intención de terminar con el modelo Muface. Las ciudades autónomas son las que mayor proporción de mutualistas tienen en España y, por ende, serían las más perjudicadas si se confirma la no renovación del convenio para 2025-2026.

Tal y como denunciaba hace unos días el Comce, con un 5,27% de la población de Ceuta adherida a Muface, el doble de la media nacional (2,12%), "la desaparición de este modelo supondría un golpe crítico para la atención sanitaria en la ciudad. Este impacto es aún más preocupante si se tiene en cuenta que la sanidad pública de Ceuta ha sido catalogada como una de las más debilitadas de España, con el menor número de médicos por habitante según el propio Ministerio de Sanidad”.

"El sistema de salud público local ya enfrenta importantes desafíos estructurales, como la falta de médicos, el incumplimiento de incentivos en áreas de difícil cobertura, largas listas de espera y unas infraestructuras claramente insuficientes. Esta sobrecarga, que generaría la incorporación de 4.189 mutualistas de Muface al sistema público, supondría un colapso definitivo, con graves consecuencias para la atención sanitaria en la ciudad", señala Roviralta.

Desde el Colegio, también se critica la actitud del Ingesa, que ha asegurado que la incorporación de mutualistas al Sistema Nacional de Salud "no repercutirá significativamente en la actividad asistencial de Ceuta". "Este posicionamiento, ignora la realidad sanitaria de la ciudad y no refleja las carencias que los profesionales denuncian desde hace años", destaca el presidente.

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