El campo español pagará la factura del acuerdo con Mercosur
Una vez más el sector agrario comunitario, o por lo menos una parte de él, será el que pague la factura de un acuerdo comercial firmado entre la Unión Europea (UE) y un país o grupo de países terceros, en este caso Mercosur. Esa es la conclusión más clara que puede extraerse tras el anuncio realizado el pasado viernes por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Montevideo sobre el cierre del acuerdo comercial entre la UE y los cuatro países miembros de Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), aprovechando la reunión que estos celebraban en la capital uruguaya. El sector agrario comunitario se ha puesto en pie de guerra contra el mismo, como lo demuestra el duro comunicado hecho por el COPA (organización que agrupa a los sindicatos agrarios de los países miembros); hoy habrá una manifestación en Bruselas, coincidiendo con la reunión del Consejo Agrícola. Por otro lado, hay un número de Estados, encabezados por Francia, que también se oponen a este pacto, que, una vez ratificado, servirá para liberalizar los intercambios comerciales entre la Unión Europea y Mercosur.
Un proceso aún por culminar
El anuncio hecho por Von der Leyen supone el primer paso de un largo proceso hasta que se complete la ratificación del acuerdo en la UE, tanto por el Consejo de Ministros como por el Parlamento Europeo, que podría descarrilar. Y no sería la primera vez que esto sucede. En 2019 se alcanzó un acuerdo entre ambas partes, que en la parte comercial es básicamente el mismo que el de ahora, al que se han añadido una serie de compromisos medioambientales, que era la exigencia para que se pudiese ratificar, algo que no ha sucedido. A pesar de ello, hay una serie de Estados miembros que han anunciado su rechazo.
El más beligerante ha sido siempre Francia, al que se han sumado Polonia, los Países Bajos, Austria y en ciertos momentos Irlanda. Ahora falta saber lo que hará Italia, pieza clave para saber si los opositores consiguen bloquear el acuerdo en el Consejo de Ministros, tanto por el número de Estados como por el porcentaje de población. En el caso del Parlamento Europeo nos vamos a encontrar con el primer gran asunto polémico de la nueva legislatura y el resultado de la votación es, a priori, muy incierto.
Coches por carne
El acuerdo alcanzado supone, como el de 2019, la liberalización completa de los intercambios comerciales de bienes en un plazo determinado. Por resumirlo gráficamente, facilitaría las ventas a los cuatro países de Mercosur de coches, frigoríficos y algunos productos agroalimentarios a cambio de que estos puedan exportar a la UE sus productos agrarios como la soja, el maíz, la carne de vacuno, la de pollo, la de cerdo, el arroz o el zumo de naranja, por poner tan solo algunos ejemplos. Contemplado el acuerdo desde el punto de vista del sector agrario español, se abren oportunidades para nuestras exportaciones de vino y de aceite de oliva, especialmente a Brasil; también para algunos productos lácteos, aunque en el caso de estos últimos beneficiaría a Francia, sobre todo. Por el contrario, resultarían perjudicados el sector de los cereales, oleaginosas, arroz, zumo de naranja, carne de vacuno y de pollo.
Pero, al margen de los resultados sectoriales, producto por producto, lo que preocupa más es el problema de fondo que subyace: los agricultores y ganaderos comunitarios, incluidos los españoles, se encuentran con que la normativa comunitaria obliga a producir con una serie de exigencias de todo tipo (especialmente medioambientales) que aumentan sus costes de producción, mientras que en los países terceros (en este caso Mercosur) no tienen que respetar ese exceso de reglamentación, por lo que, al final, sus mercancías son más competitivas. Y eso sucede en el caso de todos los acuerdos comerciales que firma la UE.
Movilizaciones en España
Con carácter general, las principales organizaciones agrarias españolas han rechazado el acuerdo por considerarlo muy lesivo para nuestros intereses. Mientras tanto, Luis Planas, el ministro «sanchista» de Agricultura, siguiendo la estela del Gobierno del que forma parte, se ha deshecho en elogios al pacto en cuestión. Mientras tanto, las organizaciones agrarias ASAJA y COAG han convocado movilizaciones para la próxima semana con una tabla reivindicativa en la que figuran los perjuicios que provocará en el campo español el acuerdo con Mercosur, pero también otra serie de asuntos, entre ellos lo que está pasando con los seguros agrarios, relacionados directamente con la política del Ministerio de Agricultura o el de Transición Ecológica, departamento que seguirá adelante con su política de protección al lobo a pesar del acuerdo alcanzado la semana pasada en el marco del Convenio de Berna.