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Nolinski: Un refugio único en la ciudad de los canales

Venecia es una ciudad que atrapa. Su belleza supera lo que muchos llaman “una ciudad hecha para turistas” y, aunque sea una vez, debería ser obligado recorrer esta ciudad cuyo futuro incierto amenaza con desaparecer. Su historia suena a “Las Cuatro Estaciones de Vivaldi”, nos lleva a rincones artísticos donde nacieron obras de Tiziano y Tintoretto y sus espacios están en clásicos de la gran pantalla, como la novela del alemán Thomas Mann, “Muerte en Venecia”.

Actualmente no se escuchan buenas noticias de la ciudad si hablamos con guías que viven allí durante años o los propios residentes venecianos: la población decrece (por debajo de los 48.000 habitantes) debido al alto costo de vida y al predominio del turismo, cuya afluencia ha llegado a alcanzar las 25 millones de visitas, generando una presión adicional en los recursos y servicios de la misma; la contaminación del agua, la subida del nivel del mar y la degradación a causa del transporte de motor acuático.

Sin embargo, sin obviar esta situación cada vez más resonada, la oportunidad de conocer su Gran Canal, el Palazzo Ducale, la Piazza San Marcos, la mismísima Fenice o pasear sus callejuelas sin destino convierten una escapada de fin de semana en unas vacaciones de ensueño.

Muy cerca de los más destacados enclaves mencionados se encuentra el hotel Nolinski. Un edificio del siglo XX con 43 habitaciones (13 de ellas suites) distribuidas en cinco pisos y un restaurante bajo la dirección del chef Philip Chronopoulos. Nolinski, en un entorno íntimo y muy sofisticado, es la mejor opción para disfrutar de la paz y la desconexión en uno de los entornos más mágicos de la ciudad, la mayor expresión sin duda del “savoir-faire”.

Entre los rincones del hotel se observan obras de arte clásicas y contemporáneas que explican que el hotel ocupa, no un edificio cualquiera del siglo XX, sino un palacio de 1939 que originalmente fue sede de la Cámara de Comercio de la ciudad. Su icónica fachada de cinco pisos, adornada con líneas curvas y onduladas que evocan sutilmente la temática marina, refleja el espíritu de Venecia mientras rinde homenaje a la riqueza arquitectónica del pasado. En su interior, los diseñadores de interiores Yann Le Coadic y Alessandro Scottohan sido los encargados de decorar las cinco plantas, destacando materiales como mármol y marmorino o los espejos que ensalzan la gran colección de cristalería del hotel, una industria potencial en Venecia.

Tras pasar por el vestíbulo, una recepción atípica y muy íntima, no pasa desapercibido “The Library Bar”. Protagonizado por un piano de cola, este bar es la primera acogida del hotel que invita a tomar asiento y conocer su amplia carta de tés, cafés o cocteles de autor. Igualmente, reúne más de 4.000 libros, seleccionados cuidadosamente por Anatole Desachy, quien buscaba crear una biblioteca “única y ecléctica, construida por libros que la gente pudiera haber recogido de museos y anticuarios durante sus viajes”.

Por otro lado, está el restaurante Paláis Royal Restaurant, ubicado en el antiguo auditorio del Ayuntamiento. El restaurante cuida hasta el último detalle: los vasos de agua, fabricados en exclusiva para Nolinski por el maestro vidriero Avem, los magníficos arcos bizantinos y columnas de más de 7 metros de altura, todo ello coronado con una impresionante lámpara de araña de los años 50 catalogada y protegida por la empresa Barovier, con sede en Murano desde el siglo XIII. Tras esta espectacular sala, se encuentra el equipo de cocina el galardonado chef doble estrella Michelin Philip Chronopoulos, que se inspira no sólo en la cocina francesa, sino también en la italiana y en su Grecia natal. Pero además de esta oportunidad de elevar la experiencia en un restaurante Michelin, la oportunidad de desayunar en él no es menor gracias a su extensa carta con producto de nivel y bollería artesanal.

Todo lo que incluye Nolinski hace sentir al huésped estar en casa, atendido por la profesionalidad y el cuidado al detalle de un equipo profesional excelente y cercano. Finalmente, la sexta planta alberga el spa, pero debido a la unicidad del mismo, la mejor opción es dejarse sorprender porque una vez que entras, será un sueño del que no querer despertar.

Gastronomía en Terrazza Danieli

En sintonía con un resultar viaje inolvidable, Venecia alberga un restaurante único ubicado en el Hotel Danieli (5*) por su alta gastronomía y su contexto histórico. En una azotea con vistas a la laguna de Venecia, el restaurante Terrazza Danieli ofrece una carta de temporada elaborada a partir de ingredientes frescos y locales.

A cargo del a cargo del arquitecto Jacques García, el restaurante Terrazza Danieli puede acoger hasta 120 comensales, tanto en el interior como en su terraza panorámica. Hay asientos al aire libre disponibles de abril a octubre (si el tiempo lo permite).

Gracias a la labor de los chefs Ivan Vasilev y Giuliano Giordano, la experiencia gastronómica es mayúscula. Ofrecen carta y menú degustación, siendo en ambos casos flexibles y adaptados a las preferencias del comensal. La opción aconsejada es dejarse llevar por las sugerencias de los profesionales, no obstante, no se pueden perder el risotto con gallineta nórdica ahumada, ricotta de búfala y limón confitado; las vieiras, ragú de berberechos con crema de almejas; magret de pato, zanahorias, salsa de vino Valpolicella Ripasso; y el refrescante y original “prepostre” sorbete de limón, apio crudo, sucrina, aceite de oliva virgen extra, bayas de Timur.

No olvidemos que nada de esto sería posible sin la mirada de un equipo profesional que se encarga de que tanto la cocina como la sala se coordinen al unísono, prueba de ello es Luigi, un veterano que llegó de la costa amalfitana a ofrecer el mejor servicio en este gran restaurante.

Historia de Danieli

Entrelazado con la historia de Venecia, el esplendor del Hotel Danieli se muestra a lo largo de tres palacios interconectados que datan de los siglos XIV, XIX y XX.

El más antiguo de los tres palacios, el Palazzo Dandolo, de estilo gótico veneciano, es la antigua casa de la noble familia Dandolo. Enrico Dandolo fue el primero de los cuatro miembros de la familia Dandolo en servir como dux de Venecia, que se hizo más famoso después de conquistar Constantinopla en 1204 y regresar a la ciudad con oro, mármol y obras de arte bizantinas, muchas de las cuales se exhibieron en Palacio Dandolo.

El segundo más antiguo es el Palazzo Casa Nuova, de estilo barroco del siglo XIX, que antiguamente era el tesoro de la ciudad, mientras que el más moderno es el Palazzo Danieli Excelsior del siglo XX (rediseñado por Jacques García en 2008). La destacada y céntrica ubicación y la grandeza del Hotel Danieli llevaron a popularidad entre invitados notables desde el Príncipe de Salerno en el siglo XV hasta Charles Dickens en el siglo XIX.

En 1822, el palacio fue convertido por primera vez en hotel por Giuseppe Dal Niel, quien cambió el nombre del palacio a "Danieli". Se agregaron por primera vez energía eléctrica y ascensores, y posteriormente, bajo un nuevo propietario en 1895, antes de que se completaran las modificaciones estructurales finales en 1948 con la incorporación del Palazzo Danieli Excelsior.

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