World News in Spanish

Acribillado a bocajarro en Moscú el ingeniero ruso que modernizó los misiles de crucero lanzados contra Ucrania

Según varias fuentes rusas y ucranianas, Mijail Shatski, un destacado científico e ingeniero que se dedicaba al desarrollo de misiles y drones que Rusia utiliza para atacar a Ucrania, fue asesinado por agentes ucranianos en Moscú.

Shatski, director general adjunto y jefe del Departamento de Software de la oficina de diseño rusa "Mars", fue asesinado a tiros cerca de su casa en la capital rusa.

El periodista ruso exiliado Aleksandr Nevzorov publicó el jueves una foto de un hombre que se parecía a Shatski, mientras que los medios rusos informaron de repetidos disparos en un parque en la zona la tarde del 10 de diciembre.

Shatski fue asesinado por las fuerzas de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, dirigidas por el general Kirilo Budanov, según Nevzorov. Una fuente anonima de las estructuras de defensa ucranianas lo confirmó a los medios ucranianos.

"Cualquier persona que de una forma u otra esté involucrada en el desarrollo del complejo militar-industrial ruso y por lo tanto apoye la agresión rusa contra Ucrania es un objetivo legítimo para las Fuerzas de Defensa de Ucrania", subrayó la fuente.

El científico trabajaba en la modernización de los misiles de los aviones J-59/J-69 y en el desarrollo de nuevos drones. Fue considerado como un ideólogo clave de la introducción de la inteligencia artificial en los drones rusos, que están teniendo un papel cada vez más destacado en el campo de batalla.

Según los funcionarios ucranianos, los misiles J-59/69 han sido utilizados por Rusia en muchas ocasiones para atacar zonas residenciales e infraestructuras ucranianas, como el puerto de Odesa, clave para la exportación de grano a Oriente Medio, África, China y Europa, incluida España. La versión modernizada pretendía ser más precisa y más capaz de evadir las defensas aéreas de Ucrania.

Al menos uno de estos misiles fue utilizado en el último ataque a gran escala de Rusia contra el sistema energético ucraniano el viernes, que provocó cortes de energía de emergencia en todo el país, donde se espera que las temperaturas caigan a -14 grados este fin de semana.

En total, la Fuerza Aérea, la Marina y las fuerzas de misiles de Rusia lanzaron 94 misiles contra el país invadido, incluidos 4 misiles Kinzhal y un misil balístico norcoreano KN-23. También se lanzaron 193, un número récord, de Shaheds de diseño iraní y otros drones, contra la red eléctrica y la infraestructura de tránsito de gas en la región occidental de Leópolis y en otras regiones.

Al menos 81 misiles y 80 drones fueron interceptados, mientras que 105 no lograron alcanzar sus objetivos, informó la Fuerza Aérea de Ucrania. Sin embargo, varias centrales térmicas y otros elementos de la red eléctrica resultaron dañados. Cinco reactores nucleares, de los nueve bajo control ucraniano, tuvieron que reducir la generación de manera urgente, reveló el OIEA.

Tras el ataque, Ucrania pidió 20 sistemas de defensa aérea más que necesita para protegerse mejor. El presidente Volodimir Zelenski denunció también la presencia de cientos de piezas de repuesto producidas por empresas occidentales en los misiles y drones rusos y pidió medidas contra la exportación de petróleo de Rusia, clave para su capacidad de financiar la guerra.

“Necesitamos una reacción contundente del mundo: a un ataque masivo debe responderse con una reacción masiva”, remachó Zelenski, que dijo del bombardeo del viernes que es una prueba de que Putin no quiere la paz.

“Rusia busca privarnos de recursos energéticos. A cambio, debemos privarla de los medios del terror”, subrayó Andri Sybiha, ministro de Asuntos Exteriores.

Mientras que el país atacado espera más urgencia de sus socios en Occidente, sus fuerzas siguen apuntando a los funcionarios rusos y a todos los implicados en los crímenes de guerra.

El asesinato de Shatski, tras lo cual Nevzorov comentó que el general Budanov “tiene los brazos largos”, no es un episodio aislado. Pilotos y oficiales navales rusos han muerto anteriormente sin que Ucrania haya admitido abiertamente su responsabilidad.

Dos días antes del atentado, una explosión en Donetsk, ocupada por Rusia, mató a Sergey Yevsiukov, ex director de la infame prisión de Olenivka, donde murieron más de 50 prisioneros de guerra ucranianos. Yevsiukov fue acusado de no proporcionar deliberadamente asistencia médica adecuada a decenas de soldados cautivos gravemente heridos después de que varias explosiones sacudieran el edificio en el que dormían el 29 de julio de 2022.

Los responsables de la tortura y el asesinato de prisioneros de guerra ucranianos, así como los que dan y cumplen órdenes de destruir ciudades ucranianas pacíficas deben recordar que ninguno de sus crímenes quedará impune, comentó Denís Prokopenko, comandante de la brigada de Azov, que pasó varios meses en el mismo campo de prisioneros de guerra.

"El enemigo debe sentirse constantemente amenazado no sólo en el frente, sino también en la retaguardia", dijo y subrayó que es una tarea crucial para el Estado ucraniano y sus servicios de seguridad buscar y castigar a aquellos criminales que no pueden rendir cuentas ante tribunales internacionales.

Читайте на 123ru.net