España tendrá que reducir un 10% su consumo de energía y duplicar las renovables para rebajar su dependencia al 50%
España tendrá que reducir un 10,1% el consumo total de energía respecto a 2023 y casi doblar la contribución de las renovables (90,9%) si quiere cumplir con el objetivo de alcanzar en 2030 una dependencia energética del 50% gracias al despliegue masivo de renovables y al descenso del consumo de energía total, que debería reducirse a 104 millones de toneladas, según establece el Plan Nacional Integrados de Energía y Clima (PNIEC).
Esa es una de las principales conclusiones del estudio elaborado por el Foro Industria y Energía (FIE) y Opina 360, que señala la necesidad de alcanzar esos hitos para paliar el apagón nuclear previsto, que reducirá la aportación de las nucleares un 38% para esas fechas.
Y eso pese a que el pasado año España tuvo el menor nivel de dependencia energética de las importaciones, según dicho estudio. En concreto, las importaciones energéticas supusieron el 66,8% del total, de acuerdo a los datos analizados del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Este dato supone dos puntos menos frente al 70,6% de 2022 gracias a la menor importación neta de energía (-4,7%), la menor en lo que va de siglo a excepción de 2020 por la pandemia, y la mayor producción de energía primaria (3,7%)
La caída del consumo interior bruto, que disminuyó hasta los 115,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo (-2,2%), la menor cifra de consumo desde el año 2000 (también a excepción de 2020), es la principal responsable de que las necesidades de importación hayan caído con esa intensidad.
El alza en la producción propia de energía primaria ha hecho que España alcanzara el récord de 37,2 millones de toneladas equivalentes de petróleo generadas en casa, gracias al impulso de las renovables, que aumentaron su generación un 9% para llegar a los 21,9 millones de toneladas equivalentes de crudo, máximo histórico.
Esta marca implica que las renovables suponen ya el 58,9% de toda la producción energética interior.
De entre la generación verde, destaca el impulso de la fotovoltaica (38% más en el último año) y la energía hidráulica (42,3% más), aunque la contribución de las renovables sigue liderada por la energía eólica y la biomasa.
La otra gran fuente de energía interior, que sirve además de respaldo al sistema al estar siempre disponible, es la nuclear, que aportó el 39,7% del total de la producción nacional.
Mayor eficiencia
A este descenso de la dependencia energética ha contribuido una menor demanda de la industria, tanto por la mayor eficiencia energética como, sobre todo, por la aportación del autoconsumo, según el estudio.
De hecho, los datos de las dos últimas décadas revelan que el consumo interior de energía acumula una caída del 6,8% desde el año 2000, a pesar de que el Producto Interior Bruto (PIB) ha crecido un 41,2%.
En lo que va de siglo, el descenso de las importaciones netas de energía ha sido más intenso (-14%), porque una parte del consumo energético nacional ha quedado cubierto por la mayor producción interior, que ha subido un 18,9% en estos años.